Cómo no amar los huevos tibios y movedizos, especialmente con pan o frijoles, uno de los alimentos más nobles y versátiles. Pero detrás de tanto amor está la salmonela, una de las enfermedades estomacales más comunes, y que puede ser cortesía de una gallina infectada.
Cómo evitar una intoxicación
El riesgo es bajo, pero si estás preparando el desayuno para niños o personas mayores, o para cualquiera con un delicado sistema inmune, lo mejor será que cocines el huevo lo suficiente como para que cualquier bacteria muera con el calor.
También puedes optar por huevos duros, revueltos o bien cocidos. Otra opción, dice Francisco Diez-Gonzalez, profesor y director del Center for Food Safety de la Universidad de Georgia, es usar huevos pasteurizados.
Un pollo caliente recién salido de la rosticería puede ser parte de una comida fácil y rápida, pero asegúrate de comerlo mientras aún está caliente. Si lo dejas sobre la mesa por un par de horas, podría ser que alguna bacteria comience a crecer (también aplica para el pollo que rostices tú en tu propia casa).
“Tienes que saber que el pollo crudo y sus jugos están contaminados”, dice Patricia Griffin, jefa del Centers for Disease Control and Prevention’s Enteric Diseases Epidemiology Branch.
Cómo evitar una intoxicación
Las bacterias pueden duplicarse cada veinte minutos a temperatura ambiente en estos tipos de alimentos; mantén tus alimentos fuera de peligro (alrededor de los 6 oC) hasta que la vayas a ingerir. Si lo dejas fuera del refrigerador por más de dos horas, será mejor que te deshagas de él.
“Córtalo en trozos pequeños para que se enfríe rápidamente y llegue a una temperatura segura”, dice Marianne H. Gravely, especialista en seguridad alimenticia. Si estás cocinando tu propio pollo, no lo laves: sólo esparcirás los gérmenes. Mejor, enfócate en cocinarlo a la temperatura correcta: por dentro debe estar a 75 oC durante unos 20 ó 30 minutos por cada medio kilo de peso.
Es muy común comer hígados de pollo, pero pueden ser una opción bastante riesgosa, dice la Dra. Griffin. Al final es pollo, así que el hígado puede estar lleno de bacterias, advierte ella.
Cómo evitar una intoxicación
Evita seguir recetas que recomienden no cocinar el hígado por completo. Para asegurarte de que estás libre de peligro, su temperatura interna debe alcanzar los 70oC y deben desmenuzarse fácilmente.
Los alimentos que incluyen carne molida, ya sea de pollo, cerdo o res, pueden ser problemáticos porque cualquier patógeno que entre en contacto con la superficie puede contaminar el interior de tu hamburguesa. Además, puede ser que ciertas bacterias escapen a la muerte dentro de la carne, aunque por fuera luzca bien cocinada.
Como con cualquier carne, dice Gravely: “el color no es indicador de que ya ha terminado la cocción”. En algunas ocasiones, aunque la hayas cocinado a una buena temperatura, sigue viéndose rosa por dentro. Y en algunas otras, “puede verse marrón aunque esté siendo cocinada a la temperatura correcta”.
Cómo evitar una intoxicación
Lo mejor es usar un termómetro. La carne molida de res y cerdo debe cocinarse al menos a 70 oC. La carne de pavo, que es particularmente engañosa dado su color natural, debe cocinarse al menos a 75 oC.
Si huele bien, probablemente esté en buen estado, ¿no? No. Cuando no almacenas bien alimentos como el pescado crudo antes de cocinarlo, puede desarrollar las bacterias necesarias para ocasionarte algo llamado intoxicación escombroide –y si lo comes ya no podrás esquivar el peligro.
El atún es especialmente propenso a este tipo de toxinas (algunos otros culpables son el pez dorado y los abulones). El pescado descompuesto puede tener un ligero sabor a quemado o a pimienta. Además de las incomodidades regulares patrocinadas por una infección gastrointestinal, puedes presentar sarpullido, sudoración y enrojecimiento.
Cómo evitar una intoxicación
Procura comer pescado sólo en lugares seguros. Cuando lo cocines tú, guárdalo en el refrigerados tan pronto como te sea posible luego de comprarlo. El pescado crudo debe cocinarse a 60 oC, y los sobrantes deben recalentarse a 75 oC mínimo.
No te estamos dando excusas para dejar de comer vegetales, pero es importante que recuerdes lavarlos (o cocinarlos) antes de comerlos. También, mantente al tanto de bacterias como las del E. Colli en la lechuga romana, a la que se le atribuye el 40% de los casos de esta enfermedad.
Las hojas verdes pueden ser engañosas porque se comen crudas, así que es esencial que las laves con mucho cuidado. Después de todo, los campesinos suelen tener demasiado trabajo para estar al pendiente de esto: los patógenos suelen estar en todo, en el excremento de las aves, en los fertilizantes y hasta en el agua.
Cómo evitar una intoxicación
Algunas bacterias pueden permanecer en la lechuga después de lavarla y hasta pueden adentrarse en ella, dice la Dra. Griffin, así que el lavado no es garantía de nada, pero sí puede eliminar cualquier resto de tierra y ayudarte a reducir el riesgo. También, procura comprar las hojas más verdes y firmes que encuentres.
El caluroso clima necesario para que una semilla germine también puede ser el paraíso de una bacteria malvada. “La contaminación de estos alimentos ocurre típicamente en la semilla, así que lavarla no necesariamente hará que desaparezca”, dice el Dr. Diez-Gonzalez.
Cómo evitar una intoxicación
No existe ningún método cien por ciento efectivo para desinfectar los germinados, así que lo mejor que puedes hacer es cocinarlos.
Las harinas son granos molidos: si los granos tienen algún bicho que logre sobrevivir a todo el proceso, llegará hasta tu repostería. Por eso es que aún las mezclas sin huevo son potencialmente peligrosas.
Cómo evitar una intoxicación
Siempre lávate las manos antes de trabajar con harina (incluso si la estás usando para tortillas o pizza).
Los pepinos contaminados son una fuente de salmonela. A diferencia de cómo consumes otros vegetales, estos pocas veces los cocinas y pueden tener algún patógeno en la cáscara. Si no lavaste bien estos alimentos, al rebanarlos el cuchillo entrará en contacto con cualquier germen que se encuentre en la cáscara y lo esparcirá hacia el interior.
“Los productos listos para comer te ponen más en riesgo que aquellos que atraviesan algún proceso para desinfectarse”, dice Sterling S. Thompson, presidente de B&G Safe Foods Consulting. Los vegetales con semilla, además, están asociados con los brotes de salmonela más recientes.
Cómo evitar una intoxicación
Asegúrate de tallar los pepinos con agua y cepillo antes de comerlos, independientemente de si les quitas la cáscara o no. Sécalos y córtales cualquier golpe antes de servirlos.
El problema con estos pasteles es que el relleno no se hornea y generalmente se prepara a mano: estás confiando en que quien sea que haya preparado tu postre se haya lavado las manos. Según ciertos estudios, los estafilococos pueden encontrarse en hasta un cuarto de la población, o sea que podrían terminar en tu pastelito.
Además, también podrías estar consumiendo cualquier bacteria que se reproduzca en los lácteos usados para su elaboración.
Cómo evitar una intoxicación
Si en verdad tienes antojo de crema pastelera, procura que los postres que compres sean de un lugar limpio y seguro, certificado e inspeccionado, dice Diez-Gonzalez.
Tomado de rd.com 14 Foods You Had No Idea Could Give You Food Poisoning
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