1. Tienes problemas en casaEstás en tu escritorio, intentando concentrarte, pero tus problemas en casa te distraen y estresan. La psicóloga clínica Barbara Greenberg afirma que la solución está en la habilidad para compartimentar.Explica:...
Estás en tu escritorio, intentando concentrarte, pero tus problemas en casa te distraen y estresan. La psicóloga clínica Barbara Greenberg afirma que la solución está en la habilidad para compartimentar.
Explica: “Necesitamos desarrollar la capacidad para separar aspectos de nuestra vida. Así puedes evitar que lo que ocurra en tu hogar afecte tu vida laboral al tener un lugar apropiado (quizá con un amigo o un terapeuta) para hablar sobre tus problemas en casa. También te permite estar realmente presente en tu trabajo e involucrarte cuando estás en casa”.
2. Estás en un ambiente demasiado estricto
Aunque ames tu trabajo, hay momentos en los cuales necesitas ausentarte para resolver problemas personales. Cuando tu jefe no es flexible y no tienes opciones, tu estrés aumenta.
Brie Reynolds, especialista en carreras de Flexjobs, explica: “Tener opciones, como trabajar en casa o contar con un horario no tan rígido, ayuda a solucionar situaciones de estrés laboral como el trayecto a la oficina, las políticas de la misma y las juntas sin fin”.
De acuerdo con una encuesta de Flexjobs, el 89 por ciento de los entrevistados creen que contar con un horario más flexible ayudaría a reducir sus niveles de estrés.
3. Tienes demasiados pendientes
Sí, se supone que tengas obligaciones, pero cuando son demasiadas quizá ha llegado el momento de decir “alto”.
Stress.org cita un estudio que revela que más del 50 por ciento de los empleados pasan 12 horas diarias en actividades relacionadas con el trabajo, y que una cantidad semejante recorta su hora de comida para poder cumplir con sus obligaciones.
Si te encuentras debajo de una pila de responsabilidades que es imposible de terminar, la doctora Greenberg recomienda hablar con tu supervisor para considerar opciones, además de escribir listas para recordar todos tus pendientes.
4. Te sientes atrapado
No importa si se debe a que eres el único sostén de tu familia o a si te encuentras en una empresa donde no hay crecimiento personal: esta sensación incrementará tu estrés.
La doctora Greenberg nos dijo que “si te sientes atrapado y no puedes cambiar de empresa, necesitas encontrar opciones para que tu trabajo resulte más agradable. Usa bien tu tiempo libre y hazte de un par de amigos. Encuentra opciones para que te guste más estar en la oficina. Uno o dos cambios pueden crear toda una diferencia”.
5. Te sientes inseguro
Si tu trabajo es tan impredecible que no estás seguro de que tu próximo día de pago no será el último, seguramente te sofocará la ansiedad.
Un estudio de CareerCast demostró que la inseguridad laboral es el estresor más grande relacionado con el trabajo. De acuerdo con la doctora Greenberg, tener una mejor relación con tu supervisor podría ayudarte.
“Podrías recibir información correcta en lugar de convertirte en una víctima del llamado radiopasillo. Es importante encontrar a alguien en quien puedas confiar”.
6. Te rodea el sarcasmo
Algunas oficinas se parecen a la escuela secundaria, y los empleados que no forman parte del “club” pueden sentirse incómodos.
Moritz Kothe, CEO de Kununu, afirma que “Algunas veces los departamentos se dividen en grupitos. Carecer de relaciones firmes en la oficina puede ser una gran fuente de estrés. Muchos trabajadores confiesan que sienten que no pueden contribuir al equipo porque no se les invitó a comer o a alguna reunión después del horario laboral”.
Una opción es que el empleado trate de volverse parte del grupo, pero también hay que evaluar si conviene que un superior se involucre en el tema.
7. Siempre respondes “no estoy en la oficina”
Un estudio de la Facultad Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia sugiere que los empleados que necesitan viajar dos semanas o más al mes tienen una mayor probabilidad de presentar síntomas de ansiedad o depresión. También son más propensos a fumar y a tener problemas para dormir.
Si tu ritmo de trabajo está destrozando tus nervios, quizá quieras platicarlo con un supervisor o considerar cambiar de puesto.
8. No te sientes merecedor
Cuando un empleado se siente menos preparado y competente que los demás, sus niveles de estrés incrementarán y la confianza en sí mismo caerá.
La doctora Greenberg recomienda: “necesitas analizar objetivamente si estás en esta situación. De ser así, busca capacitaciones que te ayuden a mantenerte al mismo nivel. Encuentra el lado positivo y conviértelo en una oportunidad de aprendizaje”.
9. No encuentras el equilibrio
“Hay empleados a quienes se les dificulta mantener límites en el trabajo pero a la vez desarrollar amistad con sus compañeros”, explica la psicoterapeuta Alicia Hodges.
Por ejemplo, explica, quizá alguien sienta que necesita ser más sociable para obtener un ascenso.
“Esforzarte para hablar un poco más con los otros puede ayudarte a convivir mejor”, sugiere, pero recomienda permitir que las relaciones se den de forma natural. “Es fácil detectar cuando una relación es a la fuerza”, agrega.
10. Dejas de revisar tu e-mail
La tecnología puede facilitar tu trabajo, pero también dificulta alejarte de él, dice la doctora Hodges. “Como el correo electrónico puede enviarse las 24 horas, es tanto una ventaja como una desventaja porque los trabajadores lo revisan constantemente”.
Sugiere que “si tus notificaciones te hacen sentir tenso o si las evitas, podría ser una señal de estrés laboral. Definir con claridad lo que se espera de tu trabajo y no consultar tu e-mail cuando estés en casa te dará el espacio que tanto necesitas”.