Busca el mejor lugar de la casa para cada planta y no tengas miedo de probar diferentes ubicaciones hasta que encuentres el mejor lugar.
Si una habitación parece demasiado oscura para mantener una planta sana, no te dejes engañar. La mayoría de las plantas de interior se originan en regiones tropicales y subtropicales, en particular los bosques ecuatoriales, y prosperan en entornos tenues y con luz filtrada.
El lugar ideal está frente a una gran ventana orientada al este o al oeste, filtrada si es necesario a través de una cortina de red.
Si tienes una planta que prospera con mucho sol, colócala en un alféizar de la ventana orientado al norte o al noreste.
Comprueba los niveles de humedad del suelo regularmente e inspecciona las hojas para comprobar que no se están quemando.
Con la más mínima señal de marchitamiento, mueve la planta hacia el centro de la habitación.
A los helechos y otras plantas amantes de la humedad les va mejor en habitaciones vaporosas como baños, donde pueden retomar dosis regulares de niebla.
El agua vertida directamente sobre el suelo puede inundarse o no llegar a las raíces de la planta en maceta. En su lugar, riega las plantas de abajo hacia arriba poniéndolas en un plato y llenando el plato con agua.
Las plantas delicadas como las fucsias prosperan con este método. Para que este método funcione, todas las macetas deben tener agujeros en el fondo a través de los cuales se absorbe el agua.
Si no quieres que tu planta muera de calor o frío, evita colocarla en áreas con corrientes de aire o cerca de salidas de calor o aire acondicionado canalizadas.
Riega tus plantas solo cuando la mezcla para macetas se sienta seca al tacto: el riego excesivo es a menudo la causa de la muerte de las plantas de interior.
Comprueba empujando el dedo hacia el suelo; si sale sin ningún rastro de tierra, empieza a regar. Recuerda que las plantas pueden necesitar riego más frecuente en verano. Este es el mejor momento para regar tus plantas.
La mayoría de las plantas de interior se benefician de una nebulización ocasional del agua. Asegúrate de que el agua esté a temperatura ambiente y utiliza un atomizador o una botella de spray.
Alimenta tus plantas con pequeñas cantidades de fertilizante. La solución más rápida y sencilla es el fertilizante líquido completo en la dosis recomendada, generalmente cada dos o cuatro semanas; consulta la etiqueta.
Una forma eficiente de regar tus plantas directamente a un ritmo constante es usar cubitos de hielo. Pon un par encima de la tierra de la maceta y déjalos derretir. ¿Necesitas más consejos? Aquí hay más información para cuidar tus plantas.
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