Sin importar las buenas intenciones, la realidad es que los padres (sobre todo los primerizos) se equivocan todo el tiempo.
Pero algunos errores pueden poner en peligro la vida de su bebé. Aquí tienes lo que necesitas saber para no cometerlos.
A todo padre primerizo le emociona el que su bebé comience a comer alimentos sólidos. Son tentadores el ver las reacciones del bebé al probar sabores diferentes y la posibilidad de dormir más (aunque no siempre ocurre así).
Sin importar si la leche es materna o de fórmula, existen razones científicas y médicas por las cuales el pediatra recomienda esperar a que el bebé cumpla seis meses antes de empezar a darle alimentos sólidos.
De acuerdo con Mayo Clinic, a los seis meses el bebé ya está listo para aprender a mover la comida del frente de la boca hacia la garganta y a tragar. También es la etapa en la cual el bebé desarrolla enzimas estomacales que facilitan la digestión de alimentos, mismas que hasta ese momento se han producido a bajos niveles. Los riesgos de dar alimentos sólidos a un bebé menor de cuatro meses incluyen asfixia, desnutrición, malestar estomacal y obesidad.
El agua atrae a niños y bebés, y con demasiada frecuencia acaba en tragedia. Para prevenir la peor pesadilla de todos los padres, healthychildren.org recomienda que los padres de niños pequeños permanezcan alertas cuando sus hijos estén cerca del agua.
Cualquier cuerpo de agua debe ser considerado como un peligro, incluyendo tinas, cubetas usadas para la limpieza, tambos y fuentes, entre otros. Los bebés nunca deben encontrarse cerca de albercas o cuerpos de agua sin protección porque, incluso aunque no puedan caminar, sí pueden rodar o arrastrarse hacia el peligro en cuestión de segundos. Además, no deben acercarse a spas o tinas con agua caliente porque el agua puede quemarlos además de ahogarlos.
Los padres nunca pueden ser demasiado cuidadosos y, si bien inscribirlos a clases de natación puede dar cierta seguridad a los padres, nunca debe reemplazar a la supervisión adulta. Y los padres deben reducir al mínimo las distracciones, como el uso del teléfono o de la computadora, cuando su bebé esté cerca del agua.
Para los padres primerizos puede resultar difícil distinguir entre un malestar estomacal y una alergia alimentaria peligrosa. Cuando un bebé muestra incomodidad que no cede o que reaparece después de cada ingesta, es necesario investigar si hay otra causa. Hasta la fórmula para lactante puede contener ingredientes que activen las alergias, y los síntomas incluyen irritación, malestar estomacal, heces con sangre, vómitos y dificultades al respirar, entre otros.
Si notas que tu hijo reacciona negativamente ante ciertos alimentos o fórmula para lactante consulta con el pediatra lo antes posible y suspende el alimento que sospechas que es responsable. Las dificultades para respirar y las sibilancias provocadas por una reacción alérgica pueden ser fatales: si tu hijo las presenta, acude de inmediato a Emergencias.
La seguridad en el auto es un debate común entre padres de familia, y cada uno cree tener la razón. La realidad es que, de acuerdo con los Centros para el Control de Enfermedades y Prevención de Estados Unidos, el 59 por ciento de los autoasientos para bebé no se usa correctamente, lo que aumenta el riesgo de que el pequeño sufra heridas de gravedad.
David Hill, pediatra y vocero de Chicco, es parte de la iniciativa TurnAfter2, la cual educa a los padres sobre la importancia de colocar el autoasiento mirando hacia atrás hasta que el niño cumpla dos años. Explica que “en el caso de un choque, los niños que miran hacia atrás están cinco veces más seguros, y esa estadística debería bastar para convencer a los padres de mantenerlos así durante el mayor tiempo posible. Voltear antes el autoasiento para que el niño vea hacia adelante aumenta considerablemente el riesgo de que sufra heridas graves en cabeza y espalda”.
Al colocarlo en la posición correcta, a muchos padres les preocupa que las piernas de sus hijos queden apretadas; sin embargo, los especialistas afirman que no es razón para sacrificar su seguridad. Además, como los bebés son mucho más flexibles que los adultos, la postura no les molesta. Lo ideal es que sean colocados viendo hacia atrás hasta que alcancen el límite de altura y peso indicado en el autoasiento.
La mayoría de los padres creen que no es necesario adaptar la seguridad de su casa antes del parto. Después de todo, ¿cómo podría un bebé de brazos alcanzar el botiquín? La verdad es que los padres primerizos están muy ocupados, y eso solo aumentará con el tiempo.
Los bebés no avisan que ya pueden hacer algo, así que aunque no lo creas, tu pequeño de apenas seis meses sí podría rodar hasta un gabinete y abrirlo. Para prevenir situaciones peligrosas que podrías pasar por alto, y antes de que tu bebé nazca, explora tu casa a gatas para darte una idea de todo a lo que tendrá acceso. Colocar cerraduras y rejas para bebés es un buen inicio.
También necesitas asegurar todos los muebles pesados, los televisores y los electrodomésticos, porque es frecuente que el bebé los use (o sus cables) cuando aprenda a levantarse, a caminar o a trepar.
Los padres de niños pequeños suelen enfrentar dificultades para realizar sus tareas. ¿Llevan al bebé en una carreola o en un canguro? Cualquiera de estas opciones es mucho más segura que lo que hacen la mayoría de las personas: colocar el portabebés en la parte superior del carrito del supermercado.
En 2011, un bebé de tres meses falleció por las lesiones que sufrió al caer después de que sus padres colocaron el portabebés sobre uno. La parte superior de los carritos de supermercado no está diseñada para sujetar el portabebés, incluso aunque quepa.
Hay que llevar al bebé en un canguro o en una carreola. Y si necesitas colocar el portabebés en el carrito del supermercado, ponlo en el espacio donde colocas la compra: es la única opción segura.
Los padres primerizos saben que dormir es un privilegio durante los primeros días, tanto para ellos como para su pequeño. Pero aunque la regla “nunca despiertes a un bebé dormido” tiene mucho de verdad, esta desaparece si el bebé está durmiendo sin supervisión sobre un cojín para lactancia.
Este tipo de almohadas es una herramienta perfecta para la mamá, pues le ayuda a alimentar al bebé con comodidad. Sin embargo, pueden convertirse en un peligro si se les usa para que duerman sin supervisión.
De acuerdo con consumeraffairs.com, los cojines para lactancia pueden provocar asfixia si la cabeza del bebé se desliza hacia la curvatura de su diseño, pues será incapaz de volver a levantarla. Tu bebé siempre debe dormir en una superficie firme y plana sin mantas, juguetes de peluche o cualquier otro objeto que podría asfixiarlo en caso de que quede junto a su rostro.
Debido a los hallazgos de varias investigaciones, el Instituto de Salud de Estados Unidos recomienda que los padres de bebés que tengan un alto riesgo de desarrollar alergia a los cacahuates empiecen a darles alimentos que los contengan (como crema de cacahuate) entre los cuatro y los seis meses de edad.
Los estudios detectaron que los infantes con alergia al huevo o con eczema pueden reducir hasta en un 80 por ciento el riesgo de desarrollar alergia a los cacahuates, siempre que reciban alimentos que los incluyan antes de cumplir un año. También se sugiere que los niños sean revisados por un alergólogo antes de proceder.
Como los estudios se enfocaron solamente en niños con alta probabilidad de desarrollar esta alergia, aquellos bebés que no estén en riesgo deben seguir una alimentación apropiada para su edad.
La mayoría de los padres primerizos disfrutan decorar el cuarto del bebé, y prestan mucha atención para que todos los detalles combinen. Pero la recomendación de la Academia Estadounidense de Pediatría es no colocar almohadillas protectoras para cuna sin importar el material del que estén hechas (incluyendo red).
Según señalan, los protectores para cuna no evitan las heridas, y solo aumentan el riesgo de asfixia y estrangulación. También se reitera la recomendación de que los infantes duerman sobre su espalda en un colchón firme y plano, libre de mantas, juguetes o almohadas.
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Los niños y bebés sienten mucha curiosidad por lo que hay dentro de la bolsa de mamá. Después de todo, lo lleva a todos lados, y saben que contiene cosas importantes y divertidas.
Las madres de niños pequeños siempre deben colocar sus bolsas en una superficie alta, lejos del alcance de sus manitas. En las bolsas hay muchos objetos peligrosos (como medicamentos, cortauñas o tijeras), y los niños pueden encontrarlos con facilidad.
Si tienes que llevarlos contigo, guarda todos los objetos peligrosos dentro de un contenedor a prueba de niños.
Tomado de Reader’s Digest 10 Mistakes New Parents Make That Could Put a Baby’s Life in Danger
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