Existen muchas teorías convincentes sobre el bajón del mediodía: la sobrecarga de hormonas matinal ha decaído; algún grado de “tedio cerebral” –es decir, aburrimiento– ha comenzado.
O tal vez tenga que ver con lo que comas: todos los alimentos desvían la sangre que va hacia tu cerebro hacia el estomago, pero algunos otros alimentos también elevan los niveles de la hormona soporífera, la serotonina.
O mejor aún, toma tu almuerzo afuera y divide tu descanso entre la comida y una caminata. Aquí está el porqué: tu oficina probablemente tiene 500 luxes, lo que equivale a 500 velas. Compara eso con las 10,000 luxes que encuentras al amanecer o las 100,000 de una tarde julio.
Así que cuando el abatimiento vespertino comience, sal y toma el sol. Te ayudará a poner en cero tu reloj cronológico, manteniendo baja la cantidad de melatonina (la hormona del sueño) que tu cuerpo produce durante el bajón circadiano y te dará un valioso incremento de la beneficiosa vitamina D, reduciendo el riesgo tanto de osteoporosis como de varios tipos de cáncer.
Simplemente, cada vez que tengas hambre, come alimentos nutritivos en vez de comer tu almuerzo per se, pero cuida los tamaños de las porciones. Entonces utiliza tu descanso para hacer algún tipo de ejercicio, ya sea en el gimnasio de la oficina o caminando alrededor de un parque.
Una ensalada de atún sin pan es una mejor opción que un sándwich de atún. Una ensalada verde espolvoreada con queso bajo en grasa, un huevo cocido y rebanadas de pavo le ganan a una pasta. Este cambio puede realmente hacer la diferencia.
Cuando los investigadores compararon a hombres que comían un almuerzo con 1,000 calorías con aquellos que comían un almuerzo de 300 calorías o que se saltaban por completo la comida, encontraron que cuando tenían la oportunidad de dormir después del almuerzo, casi todos los participantes lo hicieron.
Pero mientras que el primer grupo dormía un promedio de 90 minutos, los del segundo grupo sólo lo hacían por 30 minutos. Estos almuerzos también eran altos en carbohidratos (éstos estimulan la liberación de serotonina, que incrementa la somnolencia), lo que pudo contribuir al sueño. No debes saltarte el almuerzo, pero la combinación de comer menos y comer menos carbohidratos debería provocar menos somnolencia.
Hazte la rutina de una taza por las tardes. Es un buen paso para derrotar el mal del puerco gracias a su contenido de cafeína y por los minutos de tranquilidad que conlleva. La meta no es comer algún pan con crema batida, pero puedes preparar algo mejor que sólo una bolsa de té en tu taza para café sin lavar.
Mantén en tu oficina una selección de té de sabores exóticos (preferentemente con cafeína) junto con una taza que te sea estéticamente agradable y sólo para el té. Cuando empieces a sentirte de capa caída, prepárate una taza y siéntate en un lugar callado (que no sea tu oficina) para beber a gusto y reflexionar. El tiempo de meditación calmará a tu alocado cerebro mientras la cafeína te dará lo que necesitas para terminar tu día.
Llama a tu esposa, a tus hijos, hermanos, padres, amigos o algún colega retirado. Una llamada de 5 minutos para estar en contacto con esas personas te levantará el ánimo por horas y te revitalizará para que termines tu trabajo.
Cuando unos investigadores norteamericanos compararon a los participantes de un estudio que comieron una barra de chocolate con los que caminaban durante 10 minutos y encontraron que los primeros se sentían más tensos durante la siguiente hora, mientras que los segundos no sólo tenían más energía durante una o dos horas más, sino que también reducían la tensión.
Después frota vigorosamente ambas manos, luego frótalas sobre tu rostro, evitando el contacto con los ojos. La menta es una esencia conocida por ser energizante.
Ésta es una actividad física que hace que te levantes de tu escritorio, te flexiones, tires y estires. Además, puedes ‘perderte’ haciendo esta actividad, y cualquier cosa que hagas que te permita concentrarte, te ayudará a levantar tu ánimo.
Este tipo de ejercicio sólo requiere que tenses un músculo y lo dejes así. Por ejemplo, con tu brazo extendido, tensa tus bíceps y tus tríceps al mismo tiempo y sosténlo así de 5 a 10 segundos. Puedes hacer esto con tus músculos de las pantorrillas de los muslos (anteriores y posteriores), pecho, abdomen, nalgas, hombros y espalda.
Si quieres, puedes trabajar con una rotación o un ciclo, o ejercicios isométricos que requieran de utilizar casi todo tu cuerpo mientras permaneces en tu escritorio durante el día. El trabajo total puede ser muy significante, a pesar de no haber interrumpido nunca tu trabajo o provocar que sudes. Además, no sólo tonificas tu cuerpo, tonificas tu mente.
El tedio pone a prueba tu mente y produce somnolencia. La mayoría de los estudios sugieren que la concentración en cualquier cosa disminuye después de una hora y llega a ser casi lamentable después de 90 minutos. Así que divide tus tareas para maximizar el balance entre variedad y productividad.
¿Cómo vences la somnolencia después de comer?
Tomado de: Stealth Health, Reader’s Digest
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