El Día de la Bestia
Álex de la Iglesia convierte Madrid en un gigantesco y sangriento Belén, donde se espera el nacimiento del Anticristo durante la Navidad.
Los Reyes Magos son víctimas de un tiroteo y en Plaza de Castilla luce la estrella. Violencia, humor y terror a partes iguales en uno de los grandes clásicos del cine español de las últimas décadas.
Inolvidable Santiago Segura colgado del mítico luminoso de la Plaza de Callao.
Silent Night, Deadly Night
Uno de los títulos claves entre los grandes ‘slashers’, ese subgénero protagonizado por psicópatas que no tienen piedad con sus víctimas.
Un niño presencia la muerte de sus padres a manos de un hombre vestido de Santa Claus, y, cuando crece, decide continuar él mismo con esta macabra tradición.
Para fans del terror hecho en los años 80. Por otra parte, una de las brillantes para este género.
Die Hard
El edificio Nakatomi Plaza acoge una fiesta de Navidad celebrada a balazos y peleas a mano limpia.
Presentación en sociedad de John McClane, uno de los grandes héroes de acción de la historia del cine, al que da vida (en camiseta interior y con un humor muy socarrón) Bruce Willis.
Vista con distancia es retrógrada en muchos aspectos, pero continúa siendo muy divertida.
À l’intérieur
Una de las películas que popularizaron la pasada década el cine extremo de terror francés. La acción transcurre el día de Navidad, cuando una mujer embarazada que acaba de enviudar recibe una terrorífica visita.
No apta para todos los paladares cinéfilos: este film contiene secuencias que se indigestan y producen cortes de digestión.
Bad Santa
Los fans de ‘Fargo’ ya conocen la habilidad de Billy Bob Thornton para crear personajes siniestros y sanguinarios.
En este film también interpreta a un villano, pero el tono es de comedia negra. Un homenaje para todos aquellos que no disfrutan con estas fechas y que consideran que Santa Claus tiene un ‘puntito’ siniestro. Una película distinta para ver en familia.
Eyes Wide Shut
Testamento cinematográfico de Stanley Kubrick, en el que como siempre en su cine las imágenes se prestan a múltiples lecturas y ningún detalle es accesorio.
Hay que fijarse en cada plano. En la historia de un matrimonio en crisis, la decoración navideña contrasta con la oscuridad de los sentimientos.
Y a las fiestas a las que acude Tom Cruise no hay, precisamente, gorritos de Papa Noel.
Gremlins
No podía faltar en esta lista. La película de Joe Dante es el verdadero clásico anti-navideño. Una tesis sobre el significado de recibir un regalo envenenado.
Todo el mundo sabe las tres reglas para cuidar a un ‘mogwai’: no le puede dar la luz del sol, no se puede mojar y no hay que ofrecerle comida después de medianoche. Si se incumplen comienza el caos, la diversión y se estropean las navidades.
Kiss Kiss Bang Bang
Shane Black, el guionista responsable de ‘Lethal weapon’, debutó con este film de cine negro que, poco a poco, ha ido convirtiéndose en un título de culto.
Igual que en la saga que le dio la fama, aquí también hay una mezcla de acción y comedia. Pero el tono es mucho más oscuro y la historia más adulta.
Transcurre en Navidad y Robert Downey Jr., Val Kilmer ejercen de pareja antagónica y muy divertida. Entre ellos hay química, algo fundamental para una ‘buddy movie’. (Conoce como Robert Downey le salvó la vida a una abuela).
Secret Santa
El terror navideño casi es un subgénero. Esta película plantea una vuelta de tuerca y sustituye al tradicional psicópata que odia la paz y la felicidad (armado con un hacha, un cuchillo o una motosierra) por una familia que mata unida.
Una película que recupera lo peor y lo mejor del cine más casposo y de serie B libre de prejuicios. Hay que buscarla directa en DVD.
Saint
El holandés Dick Maas quiso dar un propia versión del origen de la leyenda de Santa Claus con esta película.
Que nadie espere un idílico relato infantil, con Santa Claus preparando los regalos para los niños del mundo junto con sus ayudantes al calor de la lumbre en su cabaña. Nada de eso.
Este film es la aportación ‘gore’ que le faltaba a la lista. Y, además, un festival de imágenes sangrientas y humor (a veces, involuntario) que sirve para compensar el empacho de azúcar de estas fiestas.
Fuente: El País
