La sexualidad cambia a lo largo de la vida, y esos cambios no siempre son negativos. Aunque el cuerpo madura y las respuestas físicas pueden volverse más lentas o menos intensas que en la juventud, también aparecen nuevas ventajas: mayor confianza, mejor comunicación con la pareja y menos miedos o prejuicios.
Esa combinación hace que la vida sexual en la mediana edad y más allá pueda ser más profunda, más consciente y más satisfactoria.
[Puedes leer: Mitos y otras ideas sobre el sexo que quizás sigas creyendo]
Si bien existen opciones médicas y apoyo terapéutico para atender problemas sexuales, muchas dificultades comunes pueden mejorar con ajustes sencillos en la rutina íntima.
Estas son 11 estrategias prácticas que pueden ayudarte a disfrutar más de tu vida sexual.
1. Infórmate y conversa abiertamente
Los libros, guías y recursos digitales sobre sexualidad pueden ser un excelente punto de partida. Elegir materiales confiables, leerlos y luego comentar con tu pareja lo que les llama la atención rompe el hielo cuando hablar del tema resulta difícil. Incluso pueden subrayar fragmentos y compartirlos para iniciar la conversación.
2. Date más tiempo para excitarte
Con la edad, la respuesta sexual necesita más estímulo y calma. Busca un ambiente cómodo, privado y sin interrupciones. Aceptar que el cuerpo requiere más tiempo —y no verlo como un problema— puede mejorar mucho la experiencia.
3. Usa lubricantes si los necesitas
La sequedad vaginal es común a partir de la perimenopausia y durante la menopausia. Los lubricantes a base de agua o silicona pueden evitar dolor, tensión y pérdida de deseo. Si no son suficientes, consulta al médico sobre alternativas, como estrógenos vaginales de bajo riesgo.
4. Mantén el contacto físico fuera de la cama
Los abrazos, besos y muestras cotidianas de cariño fortalecen la conexión emocional. A veces, el mejor preludio no es un gesto sexual, sino sentirse querido, acompañado y visto.
[Quizá te interese: ¿El sexo cuenta como ejercicio?]
5. Practiquen el tacto consciente
Los ejercicios de enfoque sensorial —en los que la pareja explora el tacto sin buscar un resultado inmediato— ayudan a reducir la presión y recuperar la intimidad. Muchos recursos de autoayuda enseñan cómo hacerlo paso a paso.
6. Experimenta con nuevas posiciones
Cambiar la rutina puede dar variedad y ayudar a resolver dificultades. Las posturas que facilitan la estimulación del punto G, por ejemplo, pueden ayudar a algunas mujeres a alcanzar el orgasmo con más facilidad.
7. Escribe y comparte tus fantasías
Poner por escrito recuerdos, escenas o ideas que te resulten eróticas puede ayudarte a descubrir qué te excita y generar una comunicación más honesta con tu pareja. Esta técnica es especialmente útil cuando el deseo ha disminuido.
8. Fortalece el suelo pélvico
Los ejercicios de Kegel —que consisten en contraer y relajar los músculos que detienen el flujo de la orina— pueden mejorar la erección en los hombres y la sensibilidad en las mujeres. Realízalos varias veces al día. También existen pesas vaginales para aumentar la fuerza muscular, siempre bajo asesoría profesional.
9. Reduce la tensión y relájate antes del encuentro
Una mente estresada casi siempre desconecta del deseo. Hacer actividades relajantes antes de la intimidad —cenar juntos, jugar algo divertido, salir a caminar o practicar ejercicios de respiración o yoga— puede crear el ambiente adecuado.
10. Considera el uso de vibradores o dispositivos sexuales
Un vibrador puede ayudar a las mujeres a conocer mejor sus respuestas sexuales y darles herramientas para comunicarlas. Para muchas parejas, incorporar juguetes es una forma de explorar sin presión.
[Otro tema de interés: ¿Cuál es la cantidad ‘normal’ de sexo en pareja? Lo que revela la ciencia]
11. No descartes pedir ayuda profesional
Si las dificultades persisten, el médico puede identificar causas físicas, efectos secundarios de medicamentos o problemas hormonales. Un terapeuta sexual también puede acompañar a la pareja en temas emocionales, de comunicación o de expectativas que interfieren con la intimidad.
Conclusión
Disfrutar la sexualidad en la madurez es absolutamente posible. Con información, paciencia, comunicación y pequeños cambios, muchas personas descubren que su vida íntima se vuelve más consciente, más conectada y más plena que nunca.