12 enfermedades que pueden causar deshidratación en adultos
A continuación, te compartimos 12 condiciones de salud que pueden provocar deshidratación, aunque mantengas una hidratación adecuada.
La deshidratación ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere. Esto puede suceder por diarrea, vómito, fiebre, sudoración excesiva o micción frecuente. Pero incluso si tomas suficiente agua, algunas enfermedades crónicas pueden alterar la forma en que el cuerpo absorbe o retiene los líquidos, aumentando el riesgo de deshidratación en adultos.
Conocer las señales de alerta es clave para actuar a tiempo. Algunos síntomas comunes son: fatiga, sed extrema, piel seca, boca seca, mareo, orina oscura o poco frecuente, y sudoración excesiva.
A continuación, te compartimos 12 condiciones de salud que pueden provocar deshidratación, aunque mantengas una hidratación adecuada.
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Es un trastorno autoinmunitario en el que el consumo de gluten (una proteína presente en trigo, cebada y centeno) provoca daño en el intestino delgado. Las vellosidades intestinales, encargadas de absorber los nutrientes, se deterioran, dificultando la absorción de líquidos y electrolitos.
Uno de los síntomas más frecuentes es la diarrea crónica, lo que puede llevar a una deshidratación progresiva. En casos extremos, algunas personas desarrollan lo que se conoce como crisis celíaca, una situación grave con pérdida de peso, desequilibrios metabólicos y deshidratación severa.
Síntomas comunes:
Dolor abdominal
Distensión o gases
Diarrea o heces grasosas y malolientes
Náusea o vómito
Estreñimiento
Intolerancia a la lactosa
Pérdida de peso no intencional
Este trastorno autoinmunitario afecta las glándulas que producen humedad en el cuerpo, como las salivales (saliva), lacrimales (lágrimas) y mucosas. Esto provoca una sequedad excesiva en la boca, ojos, piel y mucosas, lo que interfiere con el equilibrio hídrico del organismo.
Además, puede afectar órganos como los pulmones o los riñones, comprometiendo aún más la regulación de líquidos. La deshidratación es una de las complicaciones frecuentes, especialmente en adultos mayores.
Síntomas frecuentes:
Boca seca (xerostomía)
Ojos secos e irritados (xeroftalmía)
Tos seca
Fatiga
Dolor articular
Erupciones o sequedad en la piel
Debilidad muscular
Inflamación de glándulas en el rostro o cuello
Es una enfermedad inflamatoria intestinal que afecta el colon y el recto, causando úlceras e inflamación crónica. Esta condición disminuye la capacidad del intestino grueso para absorber agua y electrolitos, lo que provoca evacuaciones frecuentes, líquidas y con urgencia.
La diarrea persistente es uno de los síntomas más comunes, y si no se reponen los líquidos perdidos, puede derivar en deshidratación. En algunos casos graves, se requiere atención médica urgente.
Otros síntomas:
Dolor o calambres abdominales
Heces con sangre
Fiebre
Fatiga
Pérdida de apetito
Pérdida de peso
Anemia
Tenesmo (sensación de evacuación incompleta)
En esta condición, las glándulas suprarrenales no producen suficientes hormonas, especialmente cortisol y aldosterona, que son clave para regular el equilibrio de agua, sodio y potasio en el cuerpo.
Cuando estas hormonas faltan, los riñones pierden la capacidad de retener sodio, lo que puede llevar a una pérdida excesiva de agua a través de la orina. Esto provoca deshidratación, presión arterial baja y, en casos graves, una crisis suprarrenal, que puede ser potencialmente mortal si no se trata a tiempo.
Síntomas comunes:
Fatiga extrema
Mareo al ponerse de pie
Pérdida de peso
Náuseas, vómito o diarrea
Hipotensión
Ansias de sal
Cambios en el estado de ánimo o depresión
Algunos tipos de cáncer, como los gastrointestinales, pueden provocar vómito, diarrea, fiebre o sangrado, lo que incrementa la pérdida de líquidos. Además, los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia pueden alterar el apetito, causar náuseas o dificultar la hidratación adecuada.
En pacientes con cáncer avanzado o metastásico, la deshidratación puede ser un síntoma del deterioro progresivo del organismo. También es frecuente en personas que ya no pueden comer ni beber con normalidad.
Signos de alerta:
Boca seca
Fatiga
Mareo
Disminución de la producción de orina
Pérdida de peso rápida
Es una enfermedad genética que provoca una acumulación de moco espeso en órganos como pulmones, páncreas y aparato digestivo. Las personas con fibrosis quística pierden más sal de lo normal al sudar, lo que puede llevar a una deshidratación por pérdida de sodio y cloruro.
Esto es especialmente peligroso durante el ejercicio o en climas cálidos, cuando el cuerpo suda más.
Síntomas frecuentes:
Tos crónica
Dificultad para respirar
Infecciones respiratorias frecuentes
Sudor muy salado
Retraso en el crecimiento
Heces grasosas o con mal olor
Tener niveles altos de glucosa en sangre puede hacer que los riñones trabajen de más para eliminar el exceso de azúcar, lo que genera una pérdida importante de líquidos por la orina. Si no se controla, esto puede llevar a una deshidratación progresiva, incluso si la persona bebe agua con frecuencia.
Además, la hiperglucemia puede provocar náuseas, vómito y pérdida de apetito, lo que empeora la hidratación.
Síntomas comunes:
Sed intensa
Micción frecuente
Boca seca
Visión borrosa
Fatiga
Pérdida de peso sin causa aparente
Los riñones regulan el equilibrio de líquidos y electrolitos. Cuando dejan de funcionar correctamente, el cuerpo puede retener o eliminar líquidos de manera inadecuada, lo que aumenta el riesgo de deshidratación o, por el contrario, de sobrehidratación.
En etapas avanzadas, el paciente puede presentar vómitos, diarrea, fiebre o infecciones, todos factores que agravan la deshidratación.
Síntomas asociados:
Fatiga
Hinchazón en piernas o cara
Cambios en la micción
Náuseas
Calambres musculares
Hipotensión
Tanto el hipotiroidismo como el hipertiroidismo pueden influir en la regulación de líquidos del cuerpo. En el caso del hipertiroidismo, se acelera el metabolismo, lo que puede provocar sudoración excesiva y aumento en la temperatura corporal, favoreciendo la deshidratación.
Además, puede haber diarrea, nerviosismo y pérdida de peso, factores que incrementan la pérdida de líquidos.
Síntomas comunes de hipertiroidismo:
Palpitaciones
Pérdida de peso
Aumento del apetito
Nerviosismo o irritabilidad
Intolerancia al calor
Sudoración excesiva
La anorexia nerviosa y la bulimia pueden alterar gravemente el equilibrio de líquidos y electrolitos. El vómito autoinducido, el uso excesivo de laxantes o diuréticos y la restricción de líquidos pueden llevar a una deshidratación peligrosa.
En casos severos, la deshidratación puede afectar el ritmo cardíaco, la presión arterial y el funcionamiento cerebral.
Síntomas frecuentes:
Mareo
Desmayo
Orina muy oscura o escasa
Sequedad en la piel o labios
Fatiga crónica
Desnutrición
La colitis ulcerosa ya fue mencionada, pero también la enfermedad de Crohn forma parte de las EII. Ambas provocan inflamación del tracto digestivo, diarrea frecuente y dificultad para absorber líquidos y nutrientes.
Esto genera un riesgo alto de deshidratación, especialmente en brotes o crisis agudas.
Síntomas de la EII:
Dolor abdominal
Heces blandas o líquidas
Pérdida de peso
Fiebre
Sangrado rectal
Urgencia para evacuar
Cualquier infección que cause fiebre alta, vómito o diarrea —como la gastroenteritis viral, dengue, influenza o COVID-19— puede llevar rápidamente a la deshidratación, sobre todo en adultos mayores o personas con enfermedades crónicas.
La fiebre por sí sola puede aumentar la pérdida de agua por sudor, y si se combina con dificultad para comer o beber, el riesgo se eleva.
Síntomas a vigilar:
Temperatura elevada
Vómito o diarrea
Sudoración excesiva
Debilidad general
Dificultad para orinar
Aumenta la ingesta de líquidos con agua, caldos, sueros orales o bebidas con electrolitos. Evita el alcohol, el café en exceso y las bebidas azucaradas. Si los síntomas persisten o empeoran —como confusión, mareo intenso o palpitaciones—, acude de inmediato con un profesional de salud.