13 cosas que no sabías sobre los resfriados

1. El término “resfriado común” es una imprecisión: “común” nos hace pensar que un solo patógeno es el culpable. Bajo este esquema, solemos atribuir nuestra rinorrea, tos y fatiga al mismo bichito. Sin embargo, son más de 200 los virus que pueden enfermarnos, cada uno con sus propios métodos para evadir los sistemas corporales de defensa.

Por eso es tan difícil creer que algún día existirá una navaja suiza de los antigripales.

2“Resfriado” remite al clima, tal vez de manera inexacta porque no se sabe con certeza si las bajas temperaturas inciden en el poder patogénico de los virus. Según la hipótesis de los científicos, estos son más frecuentes en invierno debido, en parte, a que pasamos mucho tiempo en espacios cerrados, con personas enfermas y superficies contaminadas.

3Además, aspirar el frío aire invernal reseca la capa mucosa protectora que reviste la cavidad nasal. Por eso el organismo no puede atrapar los microbios antes de que lleguen a las vías respiratorias. “El cuerpo secreta moco para combatir la agresión y expulsar los virus”, explica Evangeline Lausier, médica y profesora del Centro Duke de Medicina Integrada en Durham, Carolina del Norte.

No culpes a la secreción nasal del resfriado: ¡tan solo es la señal de que tus defensas dan batalla! (Si quieres ayudarles, bebe muchos líquidos).

4Nos resfriamos más de lo que pensamos. Los adultos se enferman entre dos y tres veces al año, en promedio; algunos niños padecen ocho o más episodios en ese mismo periodo. Y sale caro. Según una encuesta llevada a cabo en 2012, la productividad de los estadounidenses disminuyó 26 por ciento debido a los resfriados.

El costo total estimado de esta baja de productividad es de casi 25,000 millones de dólares al año.

5Sin embargo, el mejor remedio es gratuito: ¡descansar! Cuando nos enfermamos, el cuerpo solo desea aniquilar al virus. Si ignoras los síntomas y continúas con tu rutina sin tomar cartas en el asunto, el resfriado tendrá un peor impacto en tu salud y afectará tu cerebro.

Durante un estudio en casi 200 personas publicado en Brain, Behavior, and Immunity, los pacientes resfriados dijeron sentirse distraídos, de mal humor y con lentitud psicomotriz: presentaron problemas para pensar con claridad y su tiempo de reacción resultó ser peor que el de los participantes sanos.

6Si te vas a recostar para descansar, que no sea boca arriba. Esta postura exacerba el malestar porque el moco, impulsado por la gravedad, fluye de la cavidad nasal a la garganta, en donde produce irritación y tos. Expectorar acostado es incómodo y te impedirá dormir. Mejor reposa con la espalda recta, apoyándote en varias almohadas.

Así “se reducirá la irritación de los receptores que desencadenan el reflejo tusígeno en la parte posterior de la garganta”, explica Lausier. Esto también estimulará la circulación del moco y te facilitará respirar.

7. ¿Otro remedio gratuito para reponerte pronto? Pídele a un amigo o familiar cariñoso que te cuide. Según un estudio de 2009 llevado a cabo en la Universidad de Wisconsin-Madison, los pacientes que asignaron puntajes perfectos a sus médicos al evaluar su empatía mediante cuestionarios se recuperaron un día antes que las personas con especialistas menos sensibles.

Además, las concentraciones de IL-8, una proteína que libera el cuerpo para combatir resfriados, resultaron ser dos veces mayores entre los pacientes con los médicos más empáticos.

8Si bien necesitas un descanso, Lausier afirma que hay un excelente método para reforzar el sistema inmunitario: ¡haz un poco de ejercicio! Con razón dicen que entrenar con frecuencia ayuda a combatir gérmenes. Durante un estudio de la Universidad de Washington en Seattle, el grupo de mujeres posmenopáusicas con sobrepeso u obesidad que se ejercitó presentó menos resfriados que el grupo que no tuvo actividad física.

Como señaló una revisión de 2014, el ejercicio frecuente de intensidad moderada podría ayudar a prevenir los resfriados, aunque se necesitan más investigaciones para confirmarlo. La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos sugiere que podría deberse a que entrenar ayuda a expulsar los gérmenes de los pulmones y las vías respiratorias.

9El caldo de pollo sí funciona, pero la magia no está en la receta de mamá. De hecho, cualquier consomé, sopa de verduras o caldo es bueno porque el líquido descongestiona y estimula la circulación de mucosidad. “Es una excelente opción para hidratarte porque contiene líquido caliente, sal y electrolitos”, afirma Lausier.

10No le apuestes a la vitamina C. Una revisión de 29 estudios clínicos independientes llevada a cabo en 2013 mostró que, en general, el compuesto no redujo la incidencia de resfriados. Las dosis altas administradas para atenuar los síntomas produjeron ligeras mejorías, aunque solo en algunos casos.

11Pero el cinc podría ser eficaz. El médico Brent A. Bauer comentó en mayoclinic.org que algunos estudios recientes confirmaban que el cinc en jarabe o pastillas reduce la duración de los resfriados un día, sobre todo si se toma dentro de las 24 horas posteriores al inicio de los síntomas. “El cinc es necesario para el buen desempeño del sistema inmunitario; así que, definitivamente, puedes elevar la dosis al inicio de un resfriado”, afirma el doctor Jonny Bowden, especialista en nutrición.

Antes de recurrir al cinc, consulta al médico para no crear interferencia.

12Los virus que causan los resfriados pueden sobrevivir 24 horas o más fuera del cuerpo, así que lávate las manos muy bien después de tocar las llaves del grifo o las manijas de las puertas en el trabajo.

Según un pequeño estudio hecho en 2011, las personas infectadas con rinovirus, causa más común de los resfriados, contaminaron 41 por ciento de las superficies de sus casas, como manillas, controles remotos y llaves del grifo. Una hora después de tocar los objetos contaminados, 25 por ciento de las personas seguían arrojando resultados positivos en la prueba para detectar virus en las yemas de los dedos.

13. La abuela tenía razón: hacer gárgaras es útil, aun como medida preventiva. Durante un estudio japonés, un grupo de voluntarios hizo gárgaras con frecuencia y el otro no. Tras 60 días, la incidencia de resfriados entre los sujetos del primer grupo resultó 40 por ciento menor que entre los que no las hicieron.

Para calmar el dolor de garganta, los especialistas de la Clínica Mayo recomiendan disolver entre un cuarto y media cucharadita de sal en 240 mililitros de agua caliente y hacer gárgaras con la mezcla (la sal ayudará a eliminar el exceso de líquido del cuerpo).

Juan Carlos Ramirez

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