El celular podría salvarte el pellejo. Fruto del análisis de las emergencias atendidas durante 11 años, un artículo publicado en la Journal of Emergency Medicine reveló que se salvaron 137 vidas más por cada 100,000 pacientes cuando la llamada al número de emergencias se hizo desde un celular y no de una línea fija.
Utilizar el celular justo antes de acostarte podría perturbar el sueño. La luz azul brillante de longitud de onda corta que emite agudiza la atención durante el día; sin embargo, durante la noche podría inhibir la producción de melatonina, hormona que te ayuda a quedarte dormido.
Para evitar este fenómeno, acostúmbrate a no usar el celular al menos media hora antes de cerrar los ojos.
El sonido generado por la vibración del celular que indica que tienes un mensaje en el teléfono basta para menguar tu capacidad de concentración, explican los investigadores de la Universidad Estatal de Florida.
A fin de evitar la distracción puedes activar la función de “no molestar”.
No hacerle caso cuando te encuentras a solas (en vez de sacarlo para jugar) podría inspirar ideas creativas.
“El aburrimiento activa cuatro áreas distintas del cerebro que funcionan conjuntamente para atraer pensamientos fortuitos y combinarlos de maneras singulares”, ilustra el psicólogo Larry Rosen, quien escribió un libro sobre este fenómeno.
Actualmente, los estadounidenses pasan más de cinco horas al día deslizando, escribiendo, pulsando… y adoloridos por hacerlo.
El llamado “codo de selfi” es una lesión infligida por el esfuerzo que se hace al mantener esta coyuntura en un ángulo inusual. Son 85,000 personas las que cada mes buscan “pulgar en gatillo” y términos similares en Google.
La mayoría de los móviles nada en gérmenes: tienen 10 veces más que los que encontrarías en muchos escusados, asevera el microbiólogo Charles Gerba, de la Universidad de Arizona.
Limpia tu teléfono a diario con una toallita antibacterial apta para aparatos electrónicos o con un paño de microfibra.
Dicho lo anterior, cabe mencionar que tu celular también te ayuda a estar más sano.
En un estudio hecho con participantes que presentaban sobrepeso, aquellos que utilizaron una aplicación para registrar su consumo de alimentos fueron mucho más perseverantes que quienes emplearon un cuaderno o un sitio de Internet para bajar de peso; además, perdieron casi el doble de kilos.
La exposición a la radiación, que por mucho tiempo se pensó era un riesgo para los usuarios frecuentes del celular, seguramente no sea algo de lo que debas preocuparte. Sí emite radiación; sin embargo, la mayoría de las evidencias científicas disponibles hasta el momento no vinculan su uso con el cáncer.
Un estudio preliminar detectó que la exposición de ratas macho de laboratorio a los niveles más altos permitidos para celulares se asocia con un tipo raro de tumor en los tejidos que rodean los nervios del corazón. Si esto te inquieta, usa audífonos internos o auriculares la siguiente vez que hagas una llamada.
Orientarse por medio de un mapa y tratar de recordar la ruta a seguir podría ser mejor para el cerebro que relegarse a la pasividad y depender de las instrucciones pormenorizadas del GPS.
Los científicos han detectado que, en los adultos mayores que eligen el sistema más activo, aumenta la actividad del hipocampo, una parte del órgano en cuestión que desempeña un papel importante para la memoria.
Tomar una foto con la cámara de tu celular podría afectar tu capacidad de recordar. En una prueba efectuada al terminar un recorrido por un museo de arte, era menos probable que los alumnos recordaran objetos que habían fotografiado.
“Es como si al hacer clic, le dieras vacaciones a tu memoria,” ilustra la psicóloga Linda Henkel.
El teléfono puede jugarle una mala pasada a los ojos. Alrededor del 60 por ciento de los estadounidenses presentan síntomas de esfuerzo ocular digital, como sequedad, irritación, visión borrosa, fatiga visual y dolores de cabeza. Intenta parpadear a menudo, aumentar el tamaño de la letra y descansar de las pantallas cada 20 minutos.
Todos sabemos que caminar por la calle con la cara metida en el celular es peligroso, y hay estudios que lo reafirman. Los peatones urbanos que usan el teléfono no miran a la izquierda o a la derecha tan a menudo, y es más probable que los atropelle un auto, según un análisis de estudios sobre peatones distraídos publicado en la Journal of Traffic and Transportation Engineering.
En un experimento pequeño, 94 por ciento de los transeúntes que usaban el móvil para charlar y enviar mensajes de texto no vieron dinero en efectivo que colgaba de las ramas de un árbol. (Así es, se les escapó una pequeña fortuna.)
Todos estos trastornos se evitarían fácilmente si nos olvidáramos del celular. ¿El problema? No es tan sencillo. El dolor que puedes sentir producto de la ansiedad que separarte de él te genera es más que emocional.
De hecho, explica Rosen, desprenderse del celular podría provocar la liberación de cortisol, la hormona del estrés. Naturalmente, hay muchas aplicaciones que te ayudan a controlar la adicción a este medio de comunicación (muchas de ellas con nombres apacibles). O también podrías dejar que se agote la batería y ¡olvidarte de él!
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