Según una investigación del Centro del Resfriado Común (CRC), la mayoría de las personas contrae entre dos y cinco resfriados al año. “Por cada individuo que se resfría, podría haber dos o tres personas que portan el virus pero nunca se enferman”, señala Ron Eccles, director del CRC.
En esas personas afortunadas, el virus del resfriado activa el sistema inmunitario para que produzca anticuerpos que se lancen contra él.
Para reforzar tus defensas contra los virus, aplica en los meses de frío estos sencillos consejos. Si ya comenzaste a toser y estornudar, puedes acortar la duración de los síntomas o atenuarlos.
He aquí cómo:
Una de las medidas más eficaces para evitar el resfriado es la limpieza frecuente de las manos. Para que queden completamente limpias y libres de virus, te las debes lavar con jabón por lo menos durante 15 segundos.
Cuando las personas resfriadas tosen y estornudan, en las superficies cercanas a ellas caen gotitas que contienen el virus. Al tocar esas superficies recoges los virus, y si te tocas la cara sin lavarte las manos, los gérmenes entrarán a tu organismo.
“Así es como suelen contraerse los resfriados: tocándose la nariz o frotándose los ojos”, dice Chuck Gerba, profesor de microbiología en la Universidad de Arizona. “Los adultos se tocan el rostro unas 16 veces por hora”
Si no tienes acceso a agua y jabón, el desinfectante de manos puede ayudarte a eliminar los virus. “El uso de estos desinfectantes previene el resfriado casi tan eficazmente como lavándose las manos”, afirma Gerba.
“Reducen entre 30 y 50 por ciento el riesgo de resfriarse. Y estudios recientes indican que aunque las manos están visiblemente sucias, los desinfectantes son igual de eficaces”.
No uses desinfectante solo antes de comer; hazlo también cuando hayas tocado la fotocopiadora en el trabajo o un pasamanos en el autobús.
“Los virus se propagan velozmente en las oficinas, los hogares y el transporte público”, añade Gerba. “Hicimos un estudio que demuestra la eficacia del desinfectante de manos: redujo en 90 por ciento los contagios”.
Cuando te arda la garganta y te escurra la nariz, bebe algo caliente y sabroso, como una infusión frutal concentrada o una mezcla tibia de miel y jugo de limón.
“Estas bebidas alivian mucho la irritación de garganta y la tos”, dice Eccles. “Estimulan la producción de saliva y reducen el escurrimiento nasal”. No todas las bebidas calientes logran este efecto.
“El té y el café no ayudan mucho porque no son tan sabrosos”, explica Eccles. “Cuanto más acentuado sea el sabor de la bebida, tanto mayor el efecto”.
Cuando hace frío, te pones ropa gruesa y una gorra antes de salir a la calle, pero tu nariz queda desprotegida. La exposición a temperaturas frías reduce tu resistencia a los virus que se alojan en la mucosa de los conductos nasales. Esto aumenta el riesgo de contraer una infección.
“Existe una relación directa entre los resfriados y la gripe y la temperatura ambiental. Cuanto más frío hace, más nos enfermamos”, advierte Eccles. Cubrir tu nariz y boca con una bufanda es la solución más sencilla.
“La bufanda permite un intercambio térmico”, explica. “El aire frío que entra por la nariz se calienta en la boca”.
Los estudios indican que tener fríos los pies reduce la resistencia a los virus del resfriado. Investigadores del CRC dividieron en dos grupos a personas aparentemente sanas, algunas de las cuales podrían portar el virus del resfriado.
La mitad metió los pies en agua helada y contrajo muchos más resfriados que la otra mitad. “El enfriamiento de cualquier parte del cuerpo puede provocar esto, pero los pies parecen ser particularmente sensibles”, señala Eccles.
“Debilitan nuestras defensas y dejan que el virus desencadene los síntomas”.
Muchas personas creen que los antibióticos ayudan a combatir el resfriado. Se equivocan: no solo son ineficaces contra los virus que causan esta enfermedad, sino que pueden ocasionar otros problemas.
“Cuando tomamos antibióticos innecesariamente, hay un riesgo cada vez mayor de que las bacterias que intentamos combatir se vuelvan resistentes a ellos”, dice el doctor Pasi Penttinen, del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, con sede en Estocolmo.
“Estamos viendo la aparición de bacterias resistentes a los antibióticos de última generación, lo que limita considerablemente las opciones de tratamiento. Es una de las mayores amenazas para la salud pública en todo el mundo”.
Muchos estudios han demostrado una relación entre el déficit de sueño y una mayor incidencia de resfriados. El cansancio hace que resulte más difícil trabajar con eficiencia.
Eso le ocurre a tu sistema inmunitario cuando se ve obligado a combatir los virus sin tener un descanso suficiente. “El déficit de sueño es un problema grave en los países occidentales”, afirma Penttinen.
“La mejor defensa contra los resfriados es el propio sistema inmunitario del cuerpo. Tener un estilo de vida saludable, lo que incluye dormir el número de horas necesario, es una buena forma de mantener fuertes las defensas”.
No le declares la guerra total a los gérmenes en los meses de frío, aunque alguien en casa esté enfermo. Cuando limpies superficies, usa jabón común; los jabones antibacterianos son un exceso.
“Si alguien en casa tiene catarro o tos, hacer la limpieza con un detergente neutro y un trapo bastará para detener la propagación del virus”, dice la doctora Nuala O’Connor, asesora sobre resistencia a los antibióticos en el Colegio Irlandés de Médicos Generales.
“Frotar la superficie con un trapo elimina casi todos los virus. Si usamos demasiados desinfectantes, favorecemos la proliferación de microorganismos resistentes”.
Tal vez evites besar a tu pareja cuando alguno de los dos está resfriado, pero estudios realizados a lo largo de varias décadas han demostrado que los besos no transmiten los virus del resfriado.
Aunque están presentes en las diminutas gotas que salen de la nariz y la boca al toser y estornudar, la boca no alberga virus cuando la tos no es muy fuerte, así que besa a tu pareja en los labios con confianza, en lugar de hacerlo en la mejilla.
“Es preferible que la beses en los labios porque quizá se haya tocado la cara con las manos contaminadas de virus”, dice el profesor Gerba”.
Es probable que conozcas personas que comen yogur con probióticos para mejorar el funcionamiento de su aparato digestivo.
Los probióticos son microorganismos vivos —entre los cuales se cuentan ciertas bacterias— que proporcionan beneficios para la salud cuando se ingieren y refuerzan el sistema inmunitario; los investigadores han observado también que su consumo regular ayuda a mantener a raya los resfriados.
Una reciente revisión de 10 estudios realizados por científicos coreanos reveló que comer yogur con probióticos durante un lapso de hasta tres meses ayuda a prevenir los resfriados durante la temporada invernal.
“No parece que sea necesario ingerir probióticos todos los días del año, sino solo en los meses de frío”, dice la doctora Karsch-Volk. Los lactobacilos y las bifidobacterias son los microorganismos más comunes contenidos en el yogur.
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