Aunque no lo creas, el microondas ha triunfado frente a todas las otras técnicas para cocinar vegetales. Entre menos los expongas al calor y al agua, más nutrientes conservarán.
Esto quiere decir que cocinando el brócoli en el microondas obtendrás más vitamina C y glucosinolato, para prevenir el cáncer, que con cualquier otro método (excepto si lo cocinas al vapor); además, tendrás menos trastes sucios que lavar.
Utiliza estos trucos para espumar la leche, preparar pan francés y más, estas son algunas cosas que puedes cocinar con tu microondas.
Si tienes prisa, dejar tu comida por más tiempo en el microondas es quizá lo último que querrás hacer. Pero presionar el botón de pausa puede ahorrarte un montón de tiempo.
Es importante que mezcles los sobrantes y las comidas congeladas mientras las recalientas; esto permitirá que tu comida se caliente de manera homogénea, sin dejarla con pequeños pedazos de hielo dentro (lo que es un caldo de cultivo para bacterias que podrían hacerte daño).
Nunca jamás recalientes un huevo duro que sigue en su cascarón. Hacer esto puede causar una pequeña explosión con un gran sonido y pedazos de huevo por todo tu microondas. Pela el huevo primero, después caliéntalo con cuidado.
A menos que el contenedor especifique que es seguro usarlo en el microondas, no lo metas. Muchos recipientes de plástico contienen químicos (como el BPA) que han sido vinculados a casos de diabetes, infertilidad y enfermedades cardiacas; pueden contaminar tu comida mientras la calientas.
Averigua por qué el horno no calienta los recipientes.
Si no quieres esperar a que se sequen las hierbas que colgaste, utiliza el microondas. Colócalas en una sola capa entre dos toallas de papel, luego mételas al microondas en intervalos de 30 segundos hasta que estén tan secas como las quieras.
Olvídate de pelar diente por diente de ajo. Puedes meter toda una cabeza de ajos al microondas durante 20 segundos y los dientes se resbalarán de sus cáscaras sin esfuerzo alguno, y sin dejar tus dedos perfumados.
El desayuno se vuelve más limpio y sencillo cuando puedes hacerlo en el microondas. Coloca el tocino entre dos toallas de papel o en un plato cubierto. Caliéntalo en el microondas en intervalos de un minuto hasta que esté crujiente; no sólo te llevará menos tiempo sino que te ahorrará todo el desastre de la grasa.
También puedes hacer huevos revueltos y omelets en un recipiente especial para microondas: con uno o dos minutos por huevo será suficiente; mezcla a la mitad del proceso para que queden revueltos.
Usos ingeniosos del microondas: ¡Puedes hacer cosas sorprendentes!
No se trata de que corras por una bolsa de papas y la metas al microondas. Puedes hacer unas papas saludables sin usar un horno o una freidora. Corta las papas (o los camotes, si quieres) en rebanadas tan delgadas como puedas.
Agrégales un poco de aceite de oliva y colócalas en un plato en una sola capa. No olvides echarles también un poco de sal (y pimienta, si te gusta) y caliéntalas sin cubrir por tres minutos, luego voltéalas y repite el proceso por otros tres minutos. ¡Pero no te las comas en cuanto salgan! Es importante que las dejes enfriar para que estén bien crujientes.
No necesitas una gran cafetera para hacer un latte o un capuccino. Una vez que hayas preparado tu espresso, puedes hacer la leche espumosa usando el microondas.
Llena una jarra con leche hasta la mitad, tápala y agítala con fuerza. Luego retira la tapa y caliéntala en el microondas durante 30 segundos. ¡Ta-da! Ahí tienes espuma de leche para tu café.
Tostar nueces nunca había sido tan sencillo. Los métodos tradicionales como la sartén o el horno funcionan bien, pero el microondas puede hacer lo mismo en mucho menos tiempo.
Coloca nueces rebanadas (en una sola capa) sobre un plato y colócalas en el microondas por 30 segundos, o hasta que estén tan crujientes como las desees.
Aunque el microondas se vea limpio, es casi seguro que no lo está. Es importante que lo talles de vez en cuando por dentro y fuera. Esto eliminará las bacterias de la carne o el pescado y removerá partículas olorosas.
Meter la carne al microondas directamente en su empaque puede parecer una buena forma de evitarte el desastre de la sangre y bacterias que trae consigo, pero en realidad puede ser más peligroso de lo que parece.
Los químicos de las bandejas de unicel pueden contaminar tu carne mientras la calientas.
Secar un par de calcetines o guantes en el microondas puede no ser tan buena idea como parece. Incluso aquellos artículos que parecen inofensivos pueden tener pedazos diminutos de metal e iniciar un incendio.
Cocinar una mazorca de maíz puede ser mucho más sencillo (menos desastroso) en el microondas. Olvídate de encontrar cabellos por toda tu cocina, puedes dejar que el microondas haga todo por ti.
Corta el ‘soporte’ del maíz y caliéntalo en el microondas durante dos o cuatro minutos, dependiendo de qué tan grande sea. Luego sostenlo con una toalla para que no te quemes, sacúdelo en un área limpia y podrás comerlo.
Deja de ver a tu horno de microondas como un aparato en el que solo puedes calentar y descongelar, dale oportunidad de cocinar tus alimentos.
Siempre debes cubrir la comida que metas al microondas, pero debes dejar la tapa un poco floja. Si la cierras con mucha fuerza, puede ser que se atasque y que no puedas abrirla hasta que tu comida se haya enfriado.
Y calentar algún líquido en un recipiente cerrado fuertemente puede causar una explosión mientras lo calientas.
Tomado de rd.com 18 Ways You’re Using Your Microwave All Wrong
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