Di siempre el nombre de una persona en voz alta después de conocerla, dos veces, si es posible. Preséntales a un amigo, felicítalos por algo que estén usando para asociar el nombre con una señal visual o simplemente diga “¡Es un gusto conocerte, Ashley!”, así evitar la situación incómoda.
Si corresponde, solicita su tarjeta de presentación; ahora no necesitas recordar nada.
Nunca comentes sobre el embarazo de una mujer a menos que sepas con certeza que está embarazada. También puede ser que tus hábitos causen incomodidad a las personas, ¿lo habías pensado?
Siempre golpea la puerta del baño cerrada antes de entrar. No dejes que una cerradura rota o la negligencia de la otra persona te pongan en medio de, quizás, la situación más incómoda posible.
Nunca te dirijas a alguien que no conoces por su nombre en la correspondencia comercial. Si la persona te responde por su nombre, oficialmente tienes autorización para responder en especie.
Siempre verifica la línea del destinatario de tu correo electrónico antes de presionar enviar. Si envías un correo electrónico enojado a la persona equivocada, no hay nada que puedas hacer más que reconocerlo y disculparte, disculparte, disculparte.
Nunca permitas que una “pausa incómoda” en la conversación dure más de 4 segundos; las investigaciones demuestran que eso es todo lo que se necesitas para inducir sentimientos de rechazo en el cerebro. Contrarresta un silencio con una pregunta para que la otra persona hable.
Siempre lleva dinero en efectivo si planeas salir a cenar con amigos o en una cita. Hace que pagar tu parte sea fácil, y si tu parte de la factura es “todo”, entonces no quieres arriesgarte a que te rechacen una tarjeta de crédito o débito. Ofrecer pagar y no poder hacerlo es el epítome de la incomodidad.
Nunca asumas que dos personas son pareja (o no lo son) en función de su raza, sexo, edad o poder adquisitivo. No te entrometas; te dirán algo si quieren que sepas.
Lleva siempre contigo un teléfono celular. Fingir recibir una llamada o un correo electrónico es como una bala de plata para alejarse de la incomodidad que te rodea.
Nunca publiques nada que no quieras que tu jefe (o tu madre) lea en tu cuenta de Facebook o Twitter. Muchas empresas incorporan controles de redes sociales en su proceso de búsqueda de empleo ahora, y muchas madres tienen demasiado tiempo libre.
Emplea siempre una regla de dos segundos antes de enviar un mensaje de texto, sin importar cuán corto sea; tomarse dos segundos para corregir tu mensaje antes de presionar “enviar” es tiempo suficiente para detectar un error de autocorrección que enrojece la cara.
Nunca finjas reírte de algo que una persona te dijo solo porque no pudiste escucharlo y estás harto de pedirle que lo repita. Es posible que reírse no sea la respuesta adecuada, y si lo descubren haciendo un farol, la situación se volverá amarga.
Sé siempre cortés y honesto con el personal del restaurante si decides irte antes de ordenar. Un simple “gracias, pero estamos de humor para algo más ligero (o más formal, o lo que no sea el restaurante)” será suficiente, así que no les mientas sobre una emergencia falsa o planes que olvidaste; han escuchado alguna vez excusas y merecen la verdad.
Si los camareros ya te trajeron pan y agua, considera dejar una pequeña propina antes de irte.
Trata de no dejar salir un gas en el ascensor, especialmente si estás solo. En el momento en que el ascensor se detiene y llega un nuevo pasajero, será imposible desviar la culpa si te encuentras solo en una cámara de olor. Mejor espera hasta salir.
Tomado de rd.com 15 Ways to Avoid a Severely Awkward Situation
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