Desde el pasado 12 de julio se han registrado algunos microsismos, principalmente en la alcaldía Álvaro Obregón, ¿qué está pasando?
A través de su cuenta en Twitter, el Servicio Sismológico Nacional (@SSNMexico) informó que entre las 22:59 del 16 y las 01:04 del 17 de julio, se registraron siete sismos de magnitudes entre 2.2 y 3.0 con epicentro en la Ciudad de México.
Con esto suman 5 días que la Ciudad de México ha sido afectada estos fenómenos naturales, lo bueno de esto es que las magnitudes han sido bajas, aunque la población no deja de alarmarse por los repentinos movimientos.
12 de julio
13 de julio
14 de julio
16 de julio
Noche del martes 16 y madrugada del 17 de julio
El SSN indicó que estos eventos pueden ocurrir como resultado de la acumulación de tensión regional o que el hundimiento del Valle de México podría originar tensiones que, si bien no generan propiamente a los sismos, sí pudieran dispararlos.
La Ciudad de México está catalogada como zona sísmica B, un área intermedia donde se registran sismos no tan frecuentemente, aunque sí es una zona afectada por altas aceleraciones de otros puntos del país, como son las costas, de acuerdo con el Servicio Geológico Mexicano.
Es un fenómeno normal porque formamos parte del cinturón de fuego, esto no es ninguna condición atípica o anormal para la ciudad. Como el Valle de México es una zona densamente poblada, explica el investigador Luis Quintanar, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), por ello cualquier sismo con epicentro en Ciudad de México, por pequeño que sea, lo siente una buena parte de la población.
En la costa, la interacción entre placas tectónicas genera los movimientos. “La placa oceánica de Cocos se mete por debajo de la placa continental y entonces ese movimiento de fricción da lugar a rupturas considerables, produciendo sismos de magnitud 5, 6 o más como los ocurridos recientemente”, señala Quintanar.
Mientras que los sismos que tienen epicentro en el Valle de México se deben al menos a tres factores, según el Sismológico Nacional: la existencia de pequeñas fallas activas y que atraviesan la zona; por la acumulación de tensión regional derivado del hundimiento del Valle o porque grandes sismos generan desequilibrios que ocasionan sismos locales.
El tamaño de las fallas en el Valle de México es mucho menor a las de la costa del Pacífico, por eso la magnitud también baja, aunque la manera como lo siente la gente es igual: un jalón, un empujón, porque se encuentra sobre el epicentro.
En conclusión: estos sismos son normales y comunes, más de lo que los capitalinos pueden pensar… y percibir.
Con información de Animal Político y Excelsior
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