Queramos o no, el estrés es parte de la vida. Todos en algún momento hemos experimentado alguna forma de estrés. Esta es la manera que tiene el cuerpo de responder cuando nos enfrentamos a un peligro súbito, a un choque emocional o cuando nos abruman las constantes demandas de la vida.
Por eso te compartimos tres estrategias sencillas de realizar pero efectivas para reducir la tensión. Estas herramientas son proporcionadas por Kelly Bilodeau, ex editora ejecutiva de Harvard Women’s Health Watch, y te pueden ayudar a evitar los efectos negativos que provoca el estrés, que van desde el aumento de peso hasta la inflamación peligrosa en el cuerpo. Además, puede afectar negativamente la presión arterial, niveles de azúcar en la sangre e incluso la memoria.
Ten en cuenta que las presiones y los riesgos de la vida en sí no son el problema. Los efectos debilitantes del estrés dependen de cómo reaccionamos a estas demandas, pero esto es algo que puedes aprender a controlar.
No. El estrés es una reacción física a una situación demandante, y ha estado con nosotros durante millones de años. Aun así, ha resultado difícil definirlo. Es más, a este fenómeno no se le dio un nombre sino hasta la década de 1930, cuando el endocrinólogo austriaco Hans Selye (1907-1982) tomó prestada la palabra “estrés” de la física —que lo define como “una presión externa ejercida en un objeto maleable con el fin de producir una distorsión o tensión”— para usarla en un contexto biológico. Por supuesto, en la actualidad nos enfrentamos a demandas muy distintas a las que amenazaban a nuestros antepasados en la prehistoria.
Ahora sí, vamos con las estrategias:
La primera estrategia de Kelly es sencilla pero poderosa. No todos percibimos el estrés de la misma manera; mucho depende de nuestro diálogo interno. Si logras ajustar tu narrativa mental, podrás reducir significativamente los factores agobiantes en tu vida. En lugar de ver un desafío como una amenaza, considera verlo como una oportunidad para crecer y aprender.
Es una excelente forma de reducir los niveles de cortisol y equilibrar tu estado emocional. Sin embargo, el truco está en elegir una actividad que realmente disfrutes y te ayude a desconectar y recargar energías. No tiene que ser una rutina de ejercicios agotadora; podría ser algo tan sencillo como caminar en la naturaleza o practicar yoga.
La desorganización y el desorden pueden ser fuentes adicionales de estrés. ¿alguna vez has perdido más de 20 minutos buscando las llaves de la casa/carro o bien el celular? Bilodeau refiere que establecer sistemas simples, como un lugar específico para tus llaves o una planificación previa puede aliviar estas molestias diarias. Además, tener un plan te da una sensación de control y bajará tus niveles de estrés.
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