Al igual que el ejercicio en tierra, los ejercicios en el agua o aeróbicos acuáticos y la natación pueden ser estrategias efectivas para mejorar la capacidad cardiovascular, desarrollar fuerza, mejorar el estado de ánimo, aliviar el dolor de las articulaciones, dormir mejor y reducir el riesgo de padecer enfermedades como enfermedades cardíacas, diabetes e incluso cáncer.
Además, el ejercicio acuático ofrece algunas ventajas que no se pueden conseguir en tierra:
Tu cuerpo se vuelve flotante en el agua.
En el agua, las articulaciones sufren menos impacto, lo que hace que la piscina sea un entorno agradable para cualquier persona con artritis o lesiones articulares. Las sentadillas que pueden agravar las rodillas artríticas en tierra se pueden realizar en el agua sin afectar tanto.
La resistencia del agua también ralentiza los movimientos que pueden ser rápidos y bruscos en la tierra, creando movimientos más suaves y fluidos que tienen menos probabilidades de agravar las lesiones.
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Como es más densa que el aire, el agua ofrece entre un 12% y un 14% más de resistencia. Incluso cuando haces ejercicios cardiovasculares, como trotar en el agua, trabajas contra una resistencia mayor que si estuvieras en la tierra.
Debido al factor de resistencia, el ejercicio acuático es un entrenamiento de doble función: cardiovascular y de fuerza. Esta puede ser la razón por la que muchos estudios han encontrado aumentos en la masa corporal magra en personas que participan en un programa de ejercicio acuático.
La resistencia que encuentras en el agua también significa que quemas más calorías que en la tierra y ayuda a trabajar más músculos.
Cuando haces entrenamiento de fuerza en tierra, estás trabajando contra la gravedad. Por lo tanto, si estás haciendo un curl de bíceps (el ejercicio de fuerza clásico), estás contrayendo el bíceps mientras doblas el brazo para levantar una mancuerna y continúas trabajando el músculo mientras bajas el peso nuevamente de manera controlada, sin simplemente dejarlo caer.
Durante este ejercicio, el músculo opuesto en la parte posterior del brazo, el tríceps, se une al ejercicio, alargándose y luego acortándose. Pero no trabaja contra resistencia. Todo el trabajo lo realiza el bíceps. Sin embargo, en el agua, entra en juego la resistencia, lo que supone un mayor desafío para el músculo opuesto.
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Además de la natación tradicional, existen muchas otras actividades acuáticas que puedes disfrutar, como:
Con información de Harvard Medical School
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