Hace unos días en Nueva York las casas que dan a un animal en adopción se quedaron prácticamente sin animales. Todos los perros y gatos de la Gran Manzana fueron adoptados por los ciudadanos ante la presente emergencia por el coronavirus.
Se presume que ante la cuarentena obligatoria muchas personas que vivían solas llegaron a la conclusión de que el aislamiento era mejor pasarlo acompañado, y por ello los neoyorquinos acudieron a las casas de adopción y las dejaron vacías.
Para esto influyeron los reportes de que perros y gatos pueden convivir libremente con humanos contagiados de Covid-19 sin problema alguno, y por ello ante el terrible ataque de esa enfermedad a la ciudad de Nueva York la gente decidió estar acompañada, y el final feliz fue porque ahora no hay animales abandonados en las casas de adopción.
Un animal adoptado pasa por un proceso de cambio enorme desde el momento en que su nueva familia acude por él al refugio para ser llevado a su nuevo hogar. Estos cambios se pueden percibir desde las primeras 24 horas en que el animal rescatado se encuentra ya viviendo con sus nuevos compañeros y puedes notarlo a través de sus conductas.
Este proceso, aunque positivo, es al mismo tiempo delicado, pues muchos de estos seres se han encontrado en condiciones de vida lamentables, o bien, tienen antecedentes de maltrato por parte de humanos, por lo cual es necesario guiarlos para que se acoplen a su nuevo estilo de vida.
Adoptare, organización sin fines de lucro que promueve una cultura responsable y de respeto entre los seres humanos y los animales de compañía, enumera 5 conductas que cambian en un animal cuando es rescatado y adoptado.
Cada perro y gato es único, poseen comportamientos que los diferencian del resto; tranquilos, hogareños o hasta aquellos hiperactivos y juguetones que prefieren salir y correr todo el tiempo al lado de los niños. El abanico de “personalidades” es enorme.
Es común que, al salir de un albergue o refugio, los animales se sientan estresados al llegar a su nueva casa, y lo manifiesten siendo huraños o inseguros, lo cual puede ocultar su verdadera forma de comportarse. Es importante tener paciencia, darle al animal la seguridad de que se encuentra a salvo.
Los rescatistas y administradores de los refugios conocen bien el carácter de cada uno, no dudes en consultarlos para elegir un compañero que se acople a tu estilo de vida.
Las condiciones de vida previas de los animales rescatados suelen ser muy malas, sobre todo en la alimentación, la cual es inexistente en algunos casos o particularmente precaria.
Tanto perros como gatos en condición de calle apenas comen lo suficiente para sobrevivir y en condiciones sanitarias bastante pobres, lo que les ocasiona problemas digestivos frecuentes.
Cuando comiences a alimentar a tu nuevo compañero, podría sentirse inseguro para comer con confianza, además es probable que tenga poca hambre, así que comienza con porciones pequeñas para que se vaya acostumbrando al alimento.
Al pasar el tiempo, notarás que su apetito crecerá y comenzará a adaptarse bien a los nuevos sabores y a los horarios de comidas. Infórmate con un veterinario para saber las porciones ideales de acuerdo al tamaño y edad del animal que hayas adoptado.
Es el cambio más grande que notarás cuando recibas a tu nuevo compañero en casa. Aunque en el refugio tuviera las mejores condiciones posibles para mantenerlo, es muy posible que antes viviera en la calle, sin afecto y maltratado por otros perros o personas.
Mientras desarrolla su confianza y se fortalece su convivencia, notarás un cambio en su estado de ánimo que, independientemente de su temperamento, será mucho más relajado y alegre en todo momento.
Aunque el animal que adoptes te tome confianza en un tiempo relativamente corto, puede llegar a ser más complicado que tenga la misma docilidad con otras personas.
Esta conducta es normal, pues muchos de ellos han recibido maltrato lo que los hace desconfiar de las personas debido al estrés que les han generado en el pasado.
Mientras más acostumbres a tu mascota a la convivencia, y se dé cuenta que otros también lo pueden tratar bien, comenzará a ser más amigable, por ello es recomendable hacer dinámicas para que tu “amigo peludo” conozca a todos los integrantes de su nueva familia, así empezará a ser más sociable hasta cuando salgan a dar un paseo.
Después de vivir con una movilidad limitada dentro de albergues o refugios, los animales adoptados suelen explotar toda su energía acumulada cuando son llevados a su nuevo hogar.
Es importante que los dejes explorar todos los rincones para que se vayan familiarizando con el nuevo terreno. Desde el momento en que se sienta en confianza, se mostrará con ganas de jugar todo el tiempo.
No a todos los animales les gusta salir a correr o pasear con la misma frecuencia e intensidad, pero en todos se muestra una mejoría en su condición física.
Además de mejorar la calidad de vida de los animales, adoptar también tiene consecuencias positivas en la conducta y estado de ánimo de las personas: mejoran la atención y la memoria, pues atender las necesidades de tu animal de compañía te exigirá mejorar estos aspectos de su vida; y al mismo tiempo, los paseos al aire libre te ayudarán a mejorar tu condición física, e incluso, tus habilidades para socializar, al tener mayor contacto con otras personas que también pasean a sus animales.
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