5 cosas que el amor le hace a tu cerebro y que tal vez sepas
En el organismo se producen cambios importantes que afectan el sistema nervioso. Al sentir amor se produce un mayor flujo de sangre.
Al sentir amor se produce un mayor flujo de sangre hacia las áreas del cerebro que producen placer.
Los neurólogos, al hacer tomografías axiales en personas que están pasando por lo que se reconoce como la primera fase del enamoramiento, han encontrado que dichas regiones se muestran encendidas a causa de este flujo sanguíneo intenso.
Se ha probado que los sentimientos amorosos provocan una estimulación cerebral semejante a la que producen algunos fármacos como la morfina.
De hecho, se han hecho investigaciones con hombres a los que se les administra esta sustancia y se les enseñan imágenes de mujeres. El resultado es una mayor atracción, lo que sugiere que ambos, droga y amor, actúan sobre el sistema nervioso de la misma forma.
Si bien el amor parece ser un sentimiento positivo, que favorece el buen funcionamiento del organismo, también puede asociarse con desórdenes mentales.
Aunque en niveles muy bajos, enamorarse reduce las cantidades de serotonina en el cerebro, lo que conduce a una mayor concentración y focalización en un objeto específico. Así mismo sucede en los pacientes con conductas obsesivo-compulsivas.
Desde el punto de vista biológico, el amor atraviesa las fases de deseo, atracción y cariño. En los primeros estadios, se produce un aumento del flujo de hormonas por todo el organismo.
Los procesos hormonales dejan de seguir un ritmo organizado y rutinario para inundar el cuerpo con su intensidad. Se segrega dopamina en el cerebro. No es de extrañar entonces que los enamorados se sientan tan emocionados.
Si ya te has enamorado y has pasado las fases de deseo y atracción, verás que en la siguiente etapa comienzas a sentir afecto verdadero por el objeto de tu amor.
Lo que está sucediendo en tu cerebro es que se las hormonas oxitocina y vasopresina inundan todo el sistema nervioso, produciendo sensación de bienestar y haciéndote sentir seguro. Ello conduce a un apego con el objeto de placer.