5 cosas que quizás no sabías sobre el pan de muerto
Un símbolo de vida y tradición en el Día de MuertosUno de los elementos más emblemáticos y tradicionales de la celebración del Día de Muertos es, sin duda, el pan de muerto. Este...
Un símbolo de vida y tradición en el Día de Muertos
Uno de los elementos más emblemáticos y tradicionales de la celebración del Día de Muertos es, sin duda, el pan de muerto. Este alimento, que ha perdurado a lo largo de los años, tiene un origen fascinante que se remonta a 1519, según afirma Ricardo Bonilla, historiador gastronómico. En esa época, existía un ritual prehispánico que incluía el sacrificio de una princesa, cuyo corazón era sumergido en un olla de amaranto, para que un sacerdote lo mordiera como ofrenda.
Con la llegada de La Conquista, los españoles incorporaron nuevas costumbres, creando un pan de trigo en forma de corazón, cubierto con azúcar roja, que simbolizaba la sangre. De esta fusión cultural nació lo que hoy conocemos como pan de muerto. Sin embargo, otros historiadores sugieren que este pan tiene raíces más profundas y se relaciona con ritos de los pueblos mesoamericanos, quienes enterraban a sus muertos con pan de amaranto entre sus pertenencias.
A medida que la tradición ha evolucionado, el pan de muerto ha dejado atrás tanto el amaranto como los colores rojos, convirtiéndose en un dulce que representa los huesos del cuerpo. Este pan puede encontrarse en casi todas las panaderías del país, aunque muchas familias todavía disfrutan de la tradición de prepararlo en casa. Así que si puedes consume local.
¿Por qué comemos pan de muerto?
Comer pan de muerto tiene varios significados que están entrelazados con el simbolismo cultural y espiritual:
Mantener viva la memoria: El pan de muerto representa la continuidad de la vida y la muerte. Al consumirlo, recordamos y honramos a quienes ya no están, asegurando que su legado permanezca en la memoria colectiva.
Fortalecer la conexión entre el mundo de los vivos y los muertos: Esta ofrenda no solo es para los difuntos, sino también para quienes compartimos la vida. Al reunirnos en familia o con amigos para disfrutar del pan, creamos un vínculo que une ambos mundos, el terrenal y el espiritual, celebrando el ciclo de la vida.
Un ofrecimiento fraternal para las ánimas: En las ofrendas del Día de Muertos, el pan de muerto es un elemento esencial, colocado en altares como un gesto de hospitalidad para calmar el hambre de las almas que regresan a visitar a sus seres queridos. Se cree que estas ánimas disfrutan de los aromas y sabores que sus familias les han preparado.
El pan de muerto, con su forma y decoración —muchas veces con huesos entrelazados de masa— también refleja la muerte y el renacimiento, un recordatorio constante de que, aunque la vida física termina, la memoria y el espíritu siguen presentes entre nosotros.
5 cosas que no sabías sobre el pan de muerto:
Rituales de recuerdo: En México, se consume pan de muerto los días 1 y 2 de noviembre para honrar y recordar a los difuntos.
Simbolismo en la forma: Su forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte, con una esfera en el centro que representa un cráneo, y cuatro canillas que aluden a los cuatro puntos cardinales y a los dioses aztecas.
Rituales prehispánicos: Se cree que en la antigüedad, el pan era elaborado con sangre de sacrificios como parte de los rituales en la época de La Conquista.
Aromas reconocibles: Se le añaden esencias de azahar y naranja, ya que se creía que los muertos podían reconocer estos aromas, junto con la luz de las velas.
Variedad según la región: Existen diferentes técnicas, formas, sabores, recetas e ingredientes. Los hay cubiertos de azúcar, ajonjolí o mantequilla. Actualmente se han creado una gran variedad de rellenos como nata, cajeta, dulce de leche, chocolate, galleta, crema de limón y frutos secos, así como coco, queso crema y parmesano, calabaza, nuez, manzana y hoy ya existen versiones de harina integral, sin glúten, veganos, etc. O sea hay para todos los gustos.
Comunicóloga por la UNAM. Redactora de temas de bienestar general. Apasionada del mundo digital, soy geek, metalera, petfriendly. Fan de las pelis de terror y el anime. Una de mis frases favorita es: "Yo solo sé que no sé nada” de Sócrates.