Si tienes entre 40 y 60 años, es probable que ya no corras tan rápido como cuando tenías 20, ni golpees la pelota con la misma fuerza o precisión que antes. Pero aunque el cuerpo cambie con los años, aún hay muchas formas de mantenerse activo… también en la intimidad.
Así como puedes seguir practicando tu deporte favorito, también puedes disfrutar de una vida sexual plena. La clave está en cuidar tu salud general y adoptar algunos cambios sencillos pero efectivos que comparte Harvard Health Publishing.
La disfunción eréctil (DE) es la dificultad para lograr o mantener una erección firme el tiempo suficiente como para tener una relación sexual satisfactoria. Si al menos el 25% del tiempo el pene no se endurece lo suficiente o pierde firmeza antes de lo deseado, podría tratarse de DE.
La disfunción eréctil puede tener múltiples causas. Algunas veces es un efecto secundario de ciertos medicamentos, pero también pueden influir el estrés, los problemas de pareja o la depresión.
Sin embargo, en el 75% de los casos, la raíz del problema es más compleja: enfermedades vasculares, daños neurológicos, diabetes o tratamientos relacionados con la próstata son factores comunes.
En muchos hombres, la disfunción eréctil es una señal de que hay problemas con el flujo sanguíneo, debido a arterias obstruidas. De hecho, en casi un tercio de los casos, la DE es el primer síntoma de una enfermedad cardiovascular.
Ya sea que estés enfrentando este problema o que simplemente quieras prevenirlo, estas estrategias naturales pueden ayudarte a mejorar tu salud sexual sin recurrir a medicamentos:
Un estudio de Harvard encontró que caminar 30 minutos al día puede reducir el riesgo de disfunción eréctil en un 41%. Además, se ha visto que el ejercicio moderado mejora el rendimiento sexual, especialmente en hombres con sobrepeso.
La alimentación es clave. Según el estudio Massachusetts Male Aging Study, una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales y pescado —y baja en carnes rojas, procesadas y harinas refinadas— disminuye significativamente la probabilidad de sufrir DE.
La presión alta, el colesterol elevado, el exceso de triglicéridos o el azúcar en sangre dañan los vasos sanguíneos, incluidos los que irrigan el pene. Un perímetro abdominal en aumento también es señal de alerta. Hazte chequeos médicos y sigue el tratamiento adecuado para mantener en forma tu corazón, cerebro y, claro, tu vida sexual.
El tamaño importa, sobre todo cuando hablamos del abdomen. Un hombre con una cintura de 107 cm tiene 50% más riesgo de padecer disfunción eréctil que uno con una cintura de 81 cm. Bajar de peso no solo mejora la circulación, también equilibra las hormonas y reduce el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares.
No hablamos de bíceps, sino de músculos que quizás no sabías que puedes entrenar. Los ejercicios de Kegel fortalecen el suelo pélvico, mejorando la firmeza de las erecciones al evitar que la sangre se escape del pene. En un estudio británico, practicar Kegels dos veces al día durante tres meses, junto con cambios en el estilo de vida (como dejar de fumar o reducir el alcohol), fue más efectivo que solo hacer cambios generales.
La disfunción eréctil no es una sentencia. Con un enfoque natural que incluya actividad física, buena alimentación, cuidado del sistema cardiovascular, peso saludable y ejercicios específicos, es posible recuperar la función sexual y mejorar la calidad de vida.
Consultar a un médico siempre es recomendable, pero estos cambios están al alcance de todos y pueden marcar una gran diferencia.