A lo largo de la historia, la humanidad ha buscado incansablemente alimentos que no solo nutran el cuerpo, sino que también deleiten los sentidos. Entre estos anhelos, las personas han buscado ingredientes que puedan despertar el deseo sexual. Desde las antiguas civilizaciones hasta nuestros días, diversas culturas han desarrollado creencias y tradiciones en torno a los poderes afrodisíacos de la comida.
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El término “afrodisíacos”, derivado de la diosa griega del amor, Afrodita, describe sustancias naturales que se promocionan por su capacidad para aumentar el deseo sexual y la excitación.
Al igual que el hambre, la libido es un instinto primitivo que puede influir significativamente en nuestro comportamiento. “Ambos impulsos pueden afectar nuestras prioridades”, explica la Dra. Uma Naidoo, psiquiatra nutricional, chef y experta en nutrición. “Tanto el hambre como la libido involucran sustancias químicas similares, como la dopamina, un neurotransmisor que juega un papel crucial en el centro de placer y recompensa del cerebro”.
En la cultura mexicana, abundan alimentos con fama afrodisíaca como:
A pesar de la poca evidencia científica a favor, muchas plantas han sido usadas por siglos en varias culturas para mejorar la satisfacción sexual.
A continuación, te presentamos algunas hierbas tradicionales que puedes incorporar a tu rutina para aumentar tu libido y bienestar general:
Según la experiencia de los antiguos herbolarios, la vainilla se considera un poderoso ingrediente para estimular el apetito sexual. Su fragancia cautivadora y placentera la convierte en una especia ideal para elevar el estado de ánimo, desatar los sentidos e incluso encender la pasión.
En México, la vainilla fue utilizada inicialmente por los totonacas como un elixir que induce el amor, posicionándose como uno de los afrodisíacos con mayor tradición en el mundo.
Este árbol originario de China ofrece una amplia gama de beneficios para la salud, incluyendo el aumento de la circulación sanguínea, la mejora de la función cerebral, la reducción del estrés y la disminución de la disfunción eréctil.
El ginkgo biloba, también conocido como culantrillo, se encuentra disponible en tabletas, cápsulas y tinturas. Sin embargo, preparar una infusión de hierbas es otra forma popular de aprovechar sus propiedades afrodisíacas y estimular el cerebro.
El azafrán, derivado de la flor Crocus sativus, es una de las especias más caras del mundo. Tiene componentes activos que han sido ampliamente utilizados en la medicina tradicional por sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y antidepresivas.
En el ámbito de la salud sexual, un estudio publicado en la revista Human Psychopharmacol sugiere que el azafrán podría mejorar la lubricación y reducir el dolor durante las relaciones sexuales, especialmente en mujeres que experimentan una libido baja inducida por antidepresivos.
El Tribulus terrestris, conocido como gokhshura en sánscrito, ha sido utilizado con fines medicinales durante siglos en la medicina ayurvédica y tradicional china para apoyar la función sexual.
Estudios recientes han confirmado algunos efectos beneficiosos de esta pequeña planta; sin embargo, la evidencia aún no es concluyente y se requieren más investigaciones para confirmar sus propiedades afrodisíacas.
Esta poderosa planta ayurvédica ha sido utilizada durante siglos en la medicina tradicional india para mejorar la salud y el estado de ánimo en general.
“Debido a sus propiedades antiinflamatorias, los médicos ayurvédicos también emplean la ashwagandha para tratar la disfunción eréctil y aumentar el deseo sexual tanto en hombres como en mujeres”, explica la Dra. Naidoo.
Otras investigaciones asocian la ashwagandha con la regulación de los niveles de estrés y el estado de ánimo. Un estudio realizado con 50 participantes encontró que los suplementos de extracto de raíz de ashwagandha pueden mejorar la función sexual en mujeres sanas.
Antes de consumir cualquier hierba o suplemento nuevo, es fundamental considerar posibles reacciones o efectos secundarios. “Una pequeña cantidad puede ser muy útil, pero al igual que con cualquier otro tipo de alimento, incluso algo bueno y saludable puede ser tóxico en exceso”, advierte la Dra. Naidoo. Se recomienda observar las reacciones del cuerpo y, en caso de experimentar algo inusual o desagradable, limitar el consumo o consultar con un médico.
Con información de MBG
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