5 poderosas lecciones que nos enseña una ruptura
Los expertos en relaciones explican cómo podemos tomar este caos emocional y convertir las lecciones de ruptura en un poderoso crecimiento personal.
Todos hemos pasado por alguna ruptura y aunque todos reaccionamos de diferente forma, estas no dejan de ser dolorosas y así lo indican las investigaciones, pues consideran que las rupturas son una experiencia profundamente traumática.
Pero los expertos en relaciones también explican cómo podemos tomar este caos emocional y convertir las lecciones de ruptura en un poderoso crecimiento personal.
Las rupturas no solo son difíciles: una investigación de 2021 publicada en el Journal of Psychology & Clinical Psychiatry descubrió que la ruptura de una relación se considera una experiencia traumática que puede desencadenar una angustia emocional y física grave.
Pero aunque puede llevar tiempo recuperarnos de una angustia, los estudios desde la década de 1980 han notado una tendencia humana convincente: las personas a menudo experimentan cambios positivos en la vida después de un evento traumático, un fenómeno llamado crecimiento postraumático.
Esta teoría ha estimulado un debate en curso desde que se acuñó por primera vez, y los investigadores continúan estudiando sus limitaciones , como por ejemplo, cómo la experiencia difiere según las circunstancias, las situaciones y los factores de personalidad.
Sin embargo, los expertos en relaciones dicen que la experiencia de la ruptura es una instancia en la que esta transformación positiva puede ocurrir realmente, si estamos abiertos a mirar hacia adentro y reflexionar sobre la relación, sus altibajos y su dinámica interna.
Después de que ocurre una ruptura, generalmente hay una sensación de conmoción, sorpresa o incertidumbre, dice Erin Engle, PsyD, psicóloga del NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center. “La tendencia natural es reflexionar sobre las muchas facetas de la relación y tratar de entender por qué finalmente no funcionó”, explica.
Puede ser fácil culparnos a nosotros mismo y hacernos la pregunta ¿qué hicimos mal?, o incluso se pueden experimentar emociones locas como alivio, desesperanza, emoción y resentimiento.
Pero debemos ser paciente y compasivo con nosotros mismos, ya que este es un proceso que se desarrolla naturalmente.
Y al permitir que surjan las emociones, podemos aprender valiosas lecciones de ruptura que guiarán las futuras relaciones que tendremos con los demás y con nosotros mismos.
El Dr. Engle comenta: “Animo a las personas a pensar en lo que faltaba en la relación, o a examinar lo que necesitaban en comparación con lo que realmente se ofreció y recibió”.
Por ejemplo, si una fuente de estrés a lo largo de una relación fue no recibir noticias sobre los planes o sentir ansiedad por los mensajes de texto sin respuesta, los valores entre nosotros y nuestra pareja no estaban alineados.
“Esta autocomprensión a menudo puede dar sentido a una experiencia emocionalmente agotadora y convertirla en algo positivo para el futuro”.
La forma en que lidiamos con una ruptura es similar al duelo, dice Michelle Hagen, terapeuta licenciada en matrimonio y familia en Cerebral.
Quedarse atrapado en la fase de negación es un mecanismo de afrontamiento común para adormecer el dolor y la confusión de la situación. “Necesitas darte permiso conscientemente para soltar lo que te pesa mucho”, dice ella. “Dígase a sí mismo que está bien seguir adelante”.
Pero aquí están las buenas noticias: pasar por las etapas del duelo, sin importar cuánto tiempo tardemos, es un ejercicio mental que puede hacernos más resistentes y capaces de aprovechar el poder curativo de la aceptación frente a los desafíos futuros.
La autoculpa y el autodesprecio son comunes después de la ruptura, dice el Dr. Engle. Pero “es importante recordar que las relaciones son dinámicas”, explica. “Las relaciones se tratan más de encajar, en lugar de que una pareja haga o diga todas las cosas correctas para simplemente mantener una relación”. Por lo tanto, consideremos cómo se cumplieron o no nuestras propias necesidades, como tiempo de calidad, respeto, confianza, seguridad y empatía. “
Las preguntas que nos hagamos durante el proceso de reflexión ayudarán a informar cómo podemos usar lo aprendido para así desarrollar vínculos más estrechos y comunicar [nuestras necesidades] de manera más efectiva”.
Después de la ruptura, las personas a menudo pasan mucho tiempo recordando cosas que desearían no haber hecho en la relación, como “tal vez me silencié demasiado, tal vez no me defendí ni defendí mis necesidades, tal vez siempre fui hacer concesiones”, dice Dontea’ Mitchell-Hunter, LMFT, terapeuta y directora general de Soirées In Therapy . Aun así, el autocastigo y el arrepentimiento no son las respuestas aquí.
En su lugar, dice, use este momento importante para explorar dónde nuestros límites personales pueden haber sido un poco confusos o inexistentes.
La teoría del apego se refiere a cómo nos conectamos emocionalmente y nos vinculamos con los demás (y generalmente es un subproducto de nuestras experiencias al crecer). Comprenderlos nos puede ayudar a aprender más sobre nuestros comportamientos y necesidades en las relaciones, y este conocimiento puede darnos una mejor comprensión de los patrones impulsados por la ansiedad y cómo romperlos, explica Mitchell-Hunter.
Debido a que nuestros estilos de apego son profundos, este trabajo se realiza mejor con un terapeuta, reconoce. Pero podemos considerar preguntas como de qué modo respondimos a las peleas, cómo nos sentimos emocionalmente con nuestra expareja (y cómo nos sentimos cuando no estábamos con él/ella) y las fuentes de ansiedad en la relación puede ayudarlo a identificar patrones que puede trabajar conscientemente para cambiar.
Con información de rd.com 6 Powerful Lessons a Breakup Teaches You