Una rutina de ejercicio diario, acompañada de una buena hidratación, te ayudará a tener un peso óptimo y te alejará de los padecimientos cardiacos.
Realizar una actividad física entre tres y cuatro veces a la semana disminuye cerca de 70% el riesgo de muerte a causa de enfermedades del corazón y cáncer, entre otras.
Cuando te ejercitas ayudas a que este órgano trabaje con menos esfuerzo, además podrás prevenir o disminuir la presión sanguínea elevada.
Una dieta eficaz tiene que ser variada, suficiente y equilibrada. Siempre debe ser supervisada por un especialista y contener los tres grupos de comestibles:
Las bebidas que contienen gran cantidad de azúcares refinados o alcohol, pueden afectar negativamente el peso corporal y elevar los niveles de triglicéridos en la sangre, factores que también influyen en la salud del corazón.
El agua simple debe ser el líquido de elección para una buena hidratación en personas adultas sanas con actividad regular.
Durante el día es normal que varíe, pues baja con el reposo y aumenta con las actividades, sin embargo no hay que perder de vista que los valores normales en adultos es 120/80 mm Hg (milímetros de mercurio).
La hipertensión generalmente:
La presión sanguínea alta daña al corazón a largo plazo y muchas veces la persona no presenta síntomas.
Si disminuye hasta valores muy bajos puede ocasionar la muerte, por eso te recomendamos visitar periódicamente al cardiólogo.
Beber agua es básico para el buen funcionamiento del corazón, pues una mala hidratación aumenta el ritmo cardiaco y disminuye el volumen sanguíneo, debido a que el cuerpo debe tratar de mantener el suministro de sangre hacia los músculos activos y órganos vitales, y es que la frecuencia cardiaca aumenta a medida que el corazón se esfuerza por satisfacer esta demanda al realizar esfuerzo extra.
Estas son las cantidades de agua que deber beber cada miembro de la familia al día.
Cuando estamos preocupados liberamos sustancias químicas que nos producen cambios físicos.
Respiramos más rápido, el pulso se acelera, la boca se reseca, entre otros. Un estrés prolongado puede afectar al corazón dado que altera la presión arterial, así como los niveles de azúcar en la sangre, etc.
Para relajarte puedes meditar, dormir suficiente, ejercitarte, hidratarte adecuadamente, y comer sanamente.
Te recomendamos: Los momentos más peligrosos para el corazón
Tener este hábito, o simplemente inhalando el humo, hace que se introduzcan nocivas sustancias químicas al corazón y otros órganos.
Fumar aumenta la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea; además el monóxido de carbono inhalado sustituye al oxígeno de la sangre privando al corazón, cuerpo y cerebro de este vital elemento.
Por otro lado, la nicotina es de los compuestos más adictivos dado que da la sensación de placer.
Una excelente opción para combatirlo es hacer ejercicio y tomar agua cada vez que se te antoje fumar, sin embargo es clave que primero tengas la motivación de abandonar el hábito.
Recuerda que cuidar a tu corazón con un estilo de vida sana es un gran ejemplo que podrás heredar a tus seres queridos y que te ayudará a controlar los diversos factores de riesgo asociados a los ataques cardiacos; además ayudarás a construir generaciones más saludables.
¿En tu familia existe el hábito de cuidar su salud?
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