El acné es más común en adolescentes, pero cualquier persona puede tenerlo. Tiende a ser hereditario, y los cambios hormonales también pueden provocarlo.
A los primeros indicios de una espinilla o grano de acné envuelve un cubo de hielo en un pedazo de plástico y colócalo en el área, al menos dos veces al día —cada hora si puedes, pero no por más de cinco minutos cada vez que lo hagas. El frío reducirá el enrojecimiento y disminuirá la inflamación.
Tomando una o dos tabletas de 325 miligramos al día puedes ayudar a calmar un brote de acné, reduciendo la inflamación. (Consulta con tu doctor antes de tomarlas regularmente).
Aplica una gota de aceite de Melaleuca tres veces al día en el área para disminuir la infección y acelerar la recuperación. Algunas investigaciones han descubierto que 5% de este aceite contra el acné, es proporcional a 5% de una solución de peróxido de benzoilo.
Para el acné que brota en cierta temporada del mes toma una o dos tazas al día de té de sauzgatillo. Algunos estudios demuestran que esta hierba ayuda a regular las hormonas femeninas. Debes darle tiempo de actuar; dos o tres meses serán suficientes para que funcione y comiences a ver cambios.
No tomes cantidades abundantes de este té para acelerar los resultados. Si lo haces puedes provocar que tu piel se vea peor.
Aplícalo sobre las espinillas. Todos los vinagres contienen ácidos que ayudan a destapar los poros. El jugo de limón tiene las mismas propiedades, así que cualquiera de estas sustancias puede ayudarte la próxima vez que tengas acné.
La gente con acné suele tener niveles de zinc más abajo de lo normal. Los suplementos con zinc producen una mejora visible en una tercera parte de las personas que lo toman. Necesitarás ingerir dosis altas (entre 200 y 600 miligramos diarios) así que hazlo solo bajo supervisión médica.
¿Tienes o usas algún otro método natural que te haya dado resultado?
Fuente: 1,801 Remedios Caseros, Reader’s Digest
