Dolores, rigidez, crujidos o incomodidad al moverte pueden parecer parte normal del envejecimiento, pero en muchos casos, están relacionados con malos hábitos cotidianos que dañan tus articulaciones lentamente.
“No se trata solo de grandes lesiones”, explica el fisioterapeuta Michael Piccirillo de Banner Physical Therapy. “Pequeñas acciones repetidas pueden desalinear tu cuerpo y afectar tus articulaciones con el tiempo”.
Aquí te mostramos cuáles son esos hábitos comunes y cómo corregirlos antes de que se conviertan en un problema más serio.
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1. Cargar una bolsa pesada en un solo hombro
Parece inofensivo, pero este hábito genera tensión desigual en el cuerpo y puede causar dolor en cuello, hombros y espalda.
Mejor hábito:
Alterna de hombro con frecuencia.
Usa mochilas o bolsas cruzadas.
Reduce el peso que cargas.
2. Girarte bruscamente para alcanzar algo en el auto
Este movimiento puede parecer menor, pero implica una torsión peligrosa para la columna, especialmente si lo haces con frecuencia o en movimiento.
Solución:
Detén el auto antes de moverte.
Coloca lo esencial al alcance.
Enseña a tus hijos a ayudarte solo cuando sea seguro.
3. Sentarte encorvado o con las piernas cruzadas
La mala postura afecta la alineación de la columna y las caderas, debilitando los músculos que te mantienen erguido.
Haz esto en su lugar:
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4. Usar tecnología mirando hacia abajo
El “cuello tecnológico” es real. Inclinar la cabeza hacia adelante pone peso adicional en la columna y los hombros.
Mejor hábito:
Sube la pantalla a la altura de los ojos.
Mantén hombros relajados y la barbilla alineada.
Usa soportes para tabletas o laptops.
5. Usar calzado sin soporte
Chancletas, zapatos planos o desgastados no protegen tus pies ni absorben impacto, lo que desajusta rodillas y columna.
Hazlo bien:
6. Tener un estilo de vida sedentario
Estar sentado muchas horas rigidiza las articulaciones y debilita los músculos que las protegen.
Cambia tu rutina:
Muévete al menos cada 30–60 minutos.
Haz ejercicio de bajo impacto como caminar, nadar o yoga.
Estira todos los días al menos 10 minutos.
Cómo mantener tus articulaciones sanas a largo plazo
Cambiar hábitos puede parecer complicado, pero tus articulaciones te lo agradecerán. Aquí algunos tips adicionales:
Hidrátate bien: el agua lubrica tus articulaciones.
Aliméntate mejor: incluye alimentos antiinflamatorios como salmón, frutos secos, verduras de hoja verde y bayas.
Haz estiramientos diarios para mejorar la movilidad y reducir la rigidez.
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¿Cuándo consultar a un especialista?
Si el dolor persiste, limita tu movilidad o te impide hacer lo que disfrutas, es momento de consultar con un profesional. Un fisioterapeuta puede ayudarte a identificar la causa y diseñar un plan para aliviar el dolor sin necesidad de cirugía.