7 reparaciones de muebles rápidas
No tires ese mueble viejo. Renuévalo con estos trucos. Para darle una nueva vida a tus muebles favoritos sigue la regla de oro de los muebles antiguos Has lo menos posible para cambiar la...
No tires ese mueble viejo. Renuévalo con estos trucos.
Para darle una nueva vida a tus muebles favoritos sigue la regla de oro de los muebles antiguos
Has lo menos posible para cambiar la construcción y el acabado originales de tus antigüedades. Al quitarle algún acabado y colocarle uno nuevo puedes reducir drásticamente el valor de ese mueble viejo. Si una silla está algo floja o rechina, o la laca de la superficie de la mesa está cuarteada, entonces está bien.
Protege tus antigüedades ‘barrocas’ sin tanto problema
Contrario a lo que aseguran los productores de esas ceras en espray con aroma a limón, no necesitas de químicos raros para limpiar y proteger tus armarios, escritorios, mesas y sillas de madera, aún si son tus posesiones más preciadas.
De hecho, esos productos pueden ocasionarles más daño.
“Algunos espráis tienen aditivos que no salen fácilmente”, asegura Nancy Rosebrock, Directora de Conservación del Biltmore Estate, en Asheville, Carolina del Norte.
“Se produce una reticulación química con el tiempo y se vuelven insolubles. Algunos nunca secan por completo y atraen al polvo, oscureciendo el acabado”. Y eso, asegura, disminuye su valor.
Sigue este régimen de cuidado y limpieza preventivos para tus muebles de madera:
Los carpinteros que se dedican a restaurar muebles prefieren hacerse cargo de los tuyos, pero puedes ahorrar miles de pesos ocultando los rayones utilizando alguno de varios métodos que no son nada caros. Ve a una ferretería y compra un lápiz de masilla o una cera para los rayones.
Asegúrate de que sea del mismo color del acabado de la madera de tus muebles. Aplícalo como se indica y ¡listo!, el rayón, y no tu dinero, se ha ido.
Una marca en una superficie de madera frecuentemente puede ser reparada ensanchando, hasta que regresen a su tamaño normal, las fibras de la madera comprimida con sólo aplicar humedad y calor. Pincha varias veces el acabado de barniz del área dañada con un alfiler delgado para que la humedad pueda penetrar en la madera.
Luego cubre el área con una compresa de tela mojada, coloca un taparrosca de metal encima de la compresa para esparcir el calor y aplica una plancha en un nivel alto durante unos minutos. Ten cuidado de no quemar el acabado. Después de eso, cuando la madera esté completamente seca, llena los agujeros del alfiler con una capa delgada de barniz fresco.
Como cualquier artesano experimentado, los restauradores de muebles tienen sus trucos. Aquí hay uno que te ahorrará dinero la próxima vez que el asiento de tu silla de mimbre se estire y se encorve. Primero, asegúrate que la silla esté elaborada con material natural como ratán o corteza (y no de junco).
Si es así, entonces coloca la silla de cabeza y moja el fondo durante uno o dos minutos, limpiándolo con una esponja limpia llena de agua templada. Una vez que el fondo esté totalmente mojado (la parte de arriba debe estar seca), entonces voltea la silla. Cuando el asiento cosido seque, estará más apretado.
Si tienes una silla con asiento de junco cosido (mimbre hecho con papel torcido), probablemente ya sepas que el papel tiende a rasgarse por el frente, donde las piernas lo rozan constantemente. Aquí hay una reparación cosmética rápida: coloca un poco de pegamento para artesanías debajo de las hebras sueltas y ponle algo de cinta adhesiva para mantenerlo en esa posición. Cuando seque el pegamento, quita la cinta adhesiva y nadie notará que las hebras estaban rotas.
Los muebles de mimbre pueden ser difíciles de limpiar. Pero esa no es razón para pagarle a un profesional. Stephen Berne, un restaurador de sillas antiguas de Vancouver que se especializa en las sillas de caña, de cuerda y de mimbre, ofrece estos consejos: