Un ataque de nervios es algo común, estas son las señales
Un “ataque de nervios” no es un término médico oficial o una enfermedad mental, pero puede ser indicativo de un problema mental subyacente.
Un “ataque de nervios” no tiene definición precisa, generalmente describe el sentimiento de estar bajo demasiado estrés prolongado que sientes que estás alcanzando el punto de quiebre, dice David A. Merrill, un neurólogo y psiquiatra en el Instituto Pacifico de Neurociencia en el Centro de Salud de Providence Saint John en Santa Monica, California.
Sentir que estás teniendo un ataque de nervios puede ser indicativo de un problema mental subyacente y necesitas hablar con un doctor sobre el tema tan pronto como sea posible si está impidiendo tu habilidad de vivir tu vida normal, dice.
Habla con tu doctor sobre todos los síntomas de un ataque de nervios para que puedas recibir la ayuda correcta y detener tu estrés extremo con la intención de empezar a sentirte mejor.
“Los ataques de nervios necesitan ser tratados medica y psicológicamente”, explica. “Existen muchos tratamientos nuevos disponibles, así que no tengas miedo de pedir ayuda”.
A corto plazo, el estrés puede aumentar tu actividad cerebral al soltar hormonas que aumentan el almacenamiento de memoria y mejoran tu concentración. Pero a largo plazo, el estrés crónico hace que sea difícil bloquear las distracciones externas, lo cual afecta tu habilidad de concentrarte en proyectos trabajo (malo) o tus alrededores mientras conduces (muy, muy malo), dice el Dr. Merrill.
En casos extremos, cantidades excesivas del cortisol de la hormona del estrés pueden llevar a pérdida de memoria, según un estudio publicado en The American Journal of Psychiatry. El estrés puede ser un síntoma de un ataque de nervios.
¿Necesitas un litro de helado o un chocolate tras un largo día (o semana, o mes)? Hay una buena razón para eso. El estrés causa que el cerebro suelte hormonas, incluyendo adrenalina, que da energía a tus músculos para una respuesta de “lucha o vuela”.
Una vez que la adrenalina se va, el cortisol pide al cuerpo que compense su energía perdida con comida, dice el Dr. Merrill. El problema es cuando estás estresado por motivos que no involucran niveles locos de actividad física (por ejemplo, huir de un tigre dientes de sable), estás biológicamente hecho para comer cuando no necesitas hacerlo.
Los alimentos altos en grasas y azúcares incrementan químicos de placer en el cerebro para engañarte temporalmente en sentirte mejor, explica.
A veces el estrés y la ansiedad pueden manifestarse como dolores estomacales y cólicos, dice el Dr. Merrill. Pero si notas un grupo de síntomas que incluyen dolor abdominal, estreñimiento, inflamación, gases, y diarrea, podrías tener síndrome del intestino irritable (IBS), el cual varios estudios sugieren que está ligado con estrés a largo plazo.
El IBS podría ser detonado por la respuesta del sistema inmunológico al estrés, aunque los investigadores siguen estudiando esto.
Según la Asociación de Ansiedad y Depresión de America, del 50% al 90% de las personas que buscan tratamiento para el IBS tienen una condición de salud mental, como síndrome de ansiedad generalizada o depresión.
Si sospechas que tienes IBS, habla con tu doctor sobre opciones para alivio físico y emocional antes de que esto contribuya a un ataque de nervios.
“Descuidar el autocuidado básico es una señal clara de un problema mental serio”, dice el Dr. Merrill. Saltarte las prácticas básicas de higiene, como bañarte o cepillar tus dientes, o que no te importen cosas que antes solían importarte, como tu estilo de ropa o maquillaje, puede significar que tienes un episodio de presión o un quiebre emocional, dice.
El estrés afecta la mente y el cuerpo, llevando a fatiga y apatía, lo cual puede causar una pérdida de felicidad o una falta de motivación por las actividades que antes disfrutabas.
¿Alguna vez has mirado a alguien y pensado: “esa persona parece deprimida”? Comunicamos mucho a través de nuestra postura y gestos no verbales, incluyendo nuestro estado mental, dice el Dr. Merrill.
“Cuando las personas adoptan una ‘postura protectora’—brazos cruzados, encorvado, mirando hacia abajo o hacia otro lado— muestra que se sienten estresados y a la defensiva”, explica.
Eso se puede convertir en un círculo vicioso, con tu estrés haciéndote sentir y parecer defensivo y tu postura manteniendo a las personas lejos, que entonces te hace sentir más triste, dice.
El insomnio crónico va mano a mano con el estrés crónico y podría ser una señal de advertencia de un ataque de nervios.
“El estrés lleva a la ansiedad, lo cual impide que te puedas relajar, esto dificulta que puedas dormir y mantenerte dormido. Eso significa que no recibes el descanso y rejuvenecimiento que tu cuerpo necesita para recuperarse del estrés, entonces lleva a más síntomas de fatiga y estrés, causando un círculo vicioso de estrés y problemas de sueño”, explica el Dr. Merrill.
¿Estás constantemente preocupado por algo, pero no sabes exactamente qué? El estrés abrumador puede sacar preocupaciones normales fuera de proporción, detonando un ataque de nervios, dice el Dr. Merrill says.
“Las personas bajo mucho estrés suelen interpretar cosas benignas como negativas, causando que se sientan constantemente preocupados incluso cuando no hay ninguna causa obvia”, explica.
“Esta sensación nace de una pérdida de control y un sentido de desesperanza. Las personas encaminadas a un ataque de nervios han perdido la confianza en que todo va a estar bien”.
Existen remedios naturales que podrían ayudar a bajar la ansiedad, pero es una buena idea hablar con tu doctor para ver si recomienda medicación u otros tratamientos para ayudar a sentirte mejor.
Tomado de thehealthy.com 7 Signs You’re Headed for a Nervous Breakdown