7 señales de que tus zapatos están dañando tu salud sin que lo notes

Los zapatos son la base de tu movimiento diario, y si no están en óptimas condiciones, tu cuerpo paga el precio. La realidad es que hacemos muchísimas cosas en un día—pasear al perro, hacer recados, correr tras los niños—y si tu calzado no funciona, tus pies, rodillas y espalda sufrirán. Por eso te compartimos estás  7 señales sutiles pero muy importantes de que es hora de cambiar tus zapatos desgastados, por qué es crucial para tu salud y cómo elegir el próximo par perfecto.

Prepárate para darle a tus pies el soporte que merecen.

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El podólogo Austin Matthews, DPM, de Banner Health, advierte que ignorar estas señales puede traer consecuencias para todo el cuerpo.

7 señales de que es hora de cambiar tus zapatos

No es necesario ser un maratonista para que tus zapatillas se desgasten. Las actividades cotidianas como caminar, trabajar de pie o ir de compras también se acumulan. Aquí te presentamos las 7 señales comunes de que necesitas cambiar zapatos desgastados:

1. La suela está desgastada o falta agarre

Revisa la suela de tus zapatos. ¿Está lisa, irregular o peor aún, tiene agujeros?

• Una suela lisa significa que ya no proporciona tracción, aumentando el riesgo de resbalones.
• El desgaste desigual indica que el soporte interno ha fallado y estás pisando mal. Si la banda de rodadura está muy desgastada, el zapato ya no puede protegerte del impacto del suelo.

2. La amortiguación se siente plana y dura

Cuando los zapatos son nuevos, se sienten flexibles y con buen soporte. Con el tiempo, el acolchado interior (entresuela) se comprime y deja de absorber los impactos.

• Si sientes dolor en la planta de los pies, en los talones o en las rodillas después de un uso normal, es una señal clara.
• Dato Relevante: Los expertos recomiendan cambiar zapatillas para correr cada 480 a 800 kilómetros, o aproximadamente cada seis a ocho meses de uso regular.

3. Se doblan fácilmente por la mitad (Falta de soporte)

Toma tu zapato e intenta doblarlo por la mitad (de punta a talón).

• Un buen zapato debe flexionarse ligeramente solo en la planta del pie.
• Si se dobla fácilmente por el centro, es una señal de alerta; el zapato ya no le da al arco del pie el soporte necesario.

4. Notas nuevos dolores y molestias corporales

El dolor es el indicador más directo de que necesitas cambiar zapatos desgastados. ¿Te duelen los talones, las rodillas o las caderas después de un día normal?

• Los dolores que aparecen tras un uso normal del calzado son un buen indicador de que es hora de un reemplazo. El dolor de pies no es normal y puede ser un síntoma de un problema subyacente que el calzado desgastado está exacerbando.

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5. El Uso excesivo (Antigüedad)

Aunque se vean bien, la edad y el uso constante afectan la estructura interna.

• Si trabajas de pie, caminas mucho o los tienes desde hace más de un año, incluso si lucen presentables, es probable que las partes internas cruciales (como la entresuela) ya estén descompuestas.

6. Han perdido su forma original

Observa tus zapatos desde atrás. Si se inclinan notablemente hacia un lado (hacia adentro o hacia afuera) o se sienten estirados:

• Han perdido su capacidad de ofrecer un buen soporte y alineación.
• Los zapatos deben envolver y sujetar tus pies, no inclinarse.

7. Se sienten diferentes, Aunque la apariencia engañe

Las apariencias engañan. Un zapato puede verse bien por fuera, pero estar descompuesto por dentro. Enfócate en cómo se sienten tus pies con el calzado.

• • Las partes importantes, como el contrafuerte o la entresuela, son las primeras en desgastarse, aunque no sean prominentes a simple vista.

Qué buscar en un nuevo par de zapatos

• Pies planos o arco bajo: calzado de estabilidad o control de movimiento.
• Arco normal: modelos neutros o con combinación de control y amortiguación.
• Arco alto: zapatos acolchados y flexibles que absorban el impacto.

 Tip: Haz la prueba húmeda en casa: moja tu pie, pisa un papel y revisa la huella para identificar tu tipo de arco.

Cómo hacer que tus zapatos duren más

• Rótalos: no uses el mismo par todos los días.
• Mantenlos limpios y secos: evita que la humedad degrade los materiales.
• Úsalos para su propósito: no uses tenis para correr en actividades diarias y viceversa.

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¿Cuándo consultar a un podólogo?

Acude con un especialista si:

• Tienes dolor de pies o tobillos que no mejora con buen calzado.
• Has tenido lesiones o cirugías en los pies.
• Vives con diabetes o problemas de circulación.

Tus zapatos son la base de tu bienestar. Si ignoras el desgaste, no solo dañarás tus pies: también podrías afectar todo tu cuerpo. Escucha a tus pies y cámbialos a tiempo. Invertir en un buen par es invertir en tu salud.