Cuando llegan los alimentos a la habitación del hotel, resulta que no todas los alimentos son maravillosas cuando han estado debajo de una tapa de plástico.
Los huevos revueltos, por ejemplo, comienzan a enfriarse y a perder sabor casi en cuanto dejan la sartén. Esto significa que, cuando te llegan, están “fríos y pegajosos”, dice Jonathan Knudsen, ejecutivo del JK Hospital de Nueva York.
Este crujiente desayuno es otra comida que no deberías pedir en un hotel. Una vez que pones waffles debajo de una tapadera de servicio al cuarto, comienzan a aguadarse con su vapor.
Mejor pide hotcakes o pan francés, que retienen mejor el calor y no se ablandan tanto.
Obviamente, los alimentos fritos no se mantienen muy bien con vapor –a menos que te gusten aguados. Como regla, Knudsen sugiere evitar el pollo frito y las quesadillas en un hotel. ¿La excepción? Las alitas de pollo.
“Aunque están fritas, no pueden cocinarse de más”, dice Knudsen. “Además, la salsa picante las mantiene calientes por más tiempo”.
Una guarnición con verduras cocidas puede parecer la manera perfecta de comer sano mientras estás de vacaciones en tu hotel.
Desafortunadamente, “el brócoli y otros vegetales como la calabaza y las zanahorias sudan debajo de las tapas de plástico, así que cuando llegan a tu cuarto ya no son nada más que colores en un plato”, dice Kelly Merrit, autora de The Everything Family Guide to Budget Travel.
Nuestros expertos no se han puesto de acuerdo sobre las hamburguesas en este sentido. Por un lado, dicen que este clásico es difícil de arruinar y que puedes sentirte seguro de ordenarlo en un hotel.
Por el otro lado, dicen que el tiempo en el que una hamburguesa llega de la cocina a tu cuarto puede hacer que se cocine de más –y que se marchite la lechuga y las papas fritas se ablanden.
Mejor ordena un club sándwich de pavo o pollo con ensalada en lugar de las papas.
La pizza es otra comida que quizá quieras ordenar. Pero a menos que tu hotel tenga un restaurante italiano al lado, deberías evitarla.
“Es altamente probable que haya estado congelada o que haya pasado mucho tiempo debajo de una lámpara de calefacción”, dice Gian Nicola Colucci, chef ejecutivo del hotel Four Seasons Hotel St. Louis.
El antojo de pasta es difícil de ignorar –especialmente si extrañas el calor de hogar. Pero aún así, no es la mejor opción. “Para cuando llegue de la cocina a tu cuarto, estará pegajosa, fría o se le habrá escurrido la salsa.
La buena pasta se disfruta al momento, así que si la pides al cuarto vas a estar pagando por algo que no vale la pena”, dice Bradford Phillips, chef de Troquet River North en Chicago.
Ya que has cenado (un club sándwich o sopa y ensalada, ojalá), es momento del postre. Desafortunadamente, si tienes altas expectativas de un pastel de queso, probablemente resultes decepcionado.
A menos que tu hotel tenga su propia pastelería, es probable que te sirvan una rebanada que haya estado mucho rato refrigerada, que esté seca o que te resulte empalagosa.
Tomado de rd.com 8 Things You Probably Shouldn’t Order from Hotel Room Service
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