“Un ataque de pánico es un estado repentino de miedo intenso que parece venir de la nada“, explica la terapeuta Thai-An Truong. Afirma que los síntomas se intensifican en minutos y duran al menos media hora, pero la mayoría de las personas sentirán el agotamiento y los efectos secundarios horas después.
De acuerdo con Truong, los síntomas más comunes son un aumento en el ritmo cardiaco, palpitaciones, dolor en el pecho, sudor, temblores, dificultad para respirar e hiperventilación.
Las causas dependen del individuo, así que identificar tus detonantes personales puede ayudarte a controlarlos. Pero prestar atención a estos hábitos (con ayuda de un terapeuta de ser necesario) podría ayudarte a reducir tus niveles de ansiedad.
Pensar que un evento es mucho más serio de lo que realmente es te hará sentir como si se aproximara el fin del mundo. “Podrías interpretar un momento de estrés como si te estuvieras volviendo loco”, dice Truong.
Las personas con fobias creen que la fuente de su temor los matará o lastimará gravemente (por ejemplo, el elevador se caerá, mi niño se enfermará y morirá).
Interpretar como catástrofe cualquier sensación física puede detonar un ataque de pánico, dice Truong.
Sientes una palpitación y crees que estás teniendo un ataque cardiaco, o te duele el cuello y juras que es un coágulo que te provocará un derrame cerebral, por ejemplo.
Este hábito puede afectar tus niveles de ansiedad de diferentes formas, explica Truong. Quizá intentes predecir tu futuro (que siempre será negativo) o leer las mentes ajenas (y pensar que los demás te rechazan).
Por ejemplo, puedes predecir que fallarás y que todos te odiarán mientras te diriges a una entrevista de trabajo. O si tu esposo no devolvió tu llamada, seguramente —dirás— es porque tuvo un accidente de auto y ha muerto.
Consiste en pensar que tu respuesta emocional prueba que algo es cierto, sin que importen los hechos o las evidencias. “Lo sientes, por tanto es cierto”, explica Truong.
Por ejemplo, te sientes culpable por algo, por tanto eres culpable… aunque no exista evidencia alguna de que hiciste algo mal.
Está bien mantenerse en contacto con tus amigos a través de tus redes sociales. Pero también pueden hacer que te compares con los otros, con sus consecuentes pensamientos negativos, dice Truong.
Obsesionarse con lo que otras personas suben a sus redes puede causar pensamientos como “nunca estaré a su nivel” o “ya pasó otro año y sigo igual” o “nunca encontraré una pareja y me moriré solo y miserable”, lo que sienta las bases de los ataques de pánico.
Analizar de más puede convertirse en un patrón de pensamiento que conduzca a la ansiedad, especialmente si provoca que alguien espere un futuro negativo o crea que los demás lo odian, dice Truong.
Por ejemplo: “Mi jefe no respondió mi llamada… debe estar enojado conmigo… me van a despedir… voy a perder mi casa”.
Aunque dejar las cosas para después puede aliviar la ansiedad en el corto plazo, puede volverse adictivo, explica Truong, y prepara el camino a un ataque de pánico.
Si estás posponiendo algo que no quieres hacer y lo cambias por algo más agradable, te sentirás mejor en el momento, dice. “Pero a largo plazo puede causar pánico si genera pensamientos catastrofistas como ‘voy a reprobar esta materia’ o ‘voy a perder mi trabajo'”.
Un poco de soledad puede ser bueno para las personas que sufren ansiedad, pero depende de sus procesos de pensamiento.
Si están pensando que aman ese tiempo a solas, los hará sentir bien, explica Truong. Pero si están pensando “nadie me quiere y moriré solo”, el resultado puede ser un ataque de pánico.
La terapia puede ayudarte a identificar tus detonantes. Truong recurre al tratamiento TEAM-CBT del doctor David Burns, que tiene cuatro modelos para tratar la ansiedad/pánico: Modelo Cognitivo, Modelo Motivacional, Modelo Exposición, y Modelo de Emociones Ocultas.
“Suele requerirse una combinación de los cuatro modelos para que un cliente supere sus ataques de pánico y ansiedad”, explica Truong.
“Como somos únicos, no podemos predecir las herramientas que servirán para cada uno, así que pasamos sistemáticamente al cliente por cada uno en un proceso de prueba-y-error”.
Por ejemplo, el Modelo Cognitivo requiere examinar los pensamientos negativos que una persona tiene durante un ataque de pánico y trabajarlos a través de una serie de técnicas hasta encontrar una que le ayude a cambiar sus patrones de pensamiento.
Esto permite controlar los procesos que detonan los síntomas físicos.
¿Alguna vez tuviste pánico hasta sentir alguna de las sensaciones de la lista?
Tomado de rd.com 8 Everyday Habits That Could Trigger a Panic Attack
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