El prolapso genital es un padecimiento muy común entre las mujeres, más de lo que imaginamos. Sin embargo, aunque sea común no significa que no podamos hacer algo al respecto para prevenirlo, o en su caso, para contrarrestarlo. Aquí tienes 8 puntos que debes saber sobre el prolapso genital para conocerlo, identificarlo y actuar a tiempo.
El prolapso genital es el descenso o desplazamiento de los órganos pélvicos, es decir: útero, vejiga y/o recto por el canal vaginal, llegan a verse fuera de la vagina e inclusive puede darse un prolapso total.
Sucede porque el suelo pélvico va perdiendo fuerza y resistencia, entonces los órganos que sostiene este suelo comienzan a descender e incluso pueden salir por el orificio vaginal.
El suelo pélvico es como si fuese una hamaca en donde las mujeres estamos saltando a lo largo de nuestra vida; eventualmente esas fibras musculares y ligamentosas dejan de proporcionar el soporte necesario para sostener los órganos pélvicos.
Es natural que con el paso de los años, por los cambios hormonales, la estructura muscular del suelo pélvico pierda firmeza, pero hay algunas causas que aceleran ese desgaste.
Las primeras señales ocurren cuando estornudas, toses, ríes o brincas y se escapa un poco de orina.
¿Sabías que en Latinoamérica 50% de las mujeres en algún momento de la vida tendremos incontinencia urinaria de esfuerzo?
Ese porcentaje aumenta un 80% después de la menopausia y para la tercera edad sube al 90%. Y ojo, que sea frecuente no significa que sea normal; no tiene por qué escaparse ni una mínima gota de orina.
Es posible vivir con un prolapso, de hecho, los casos leves de prolapso genital no requieren un tratamiento muy específico.
Los grados 1 y 2 usualmente se tratan con fisioterapia para rehabilitar y fortalecer el suelo pélvico. Va acompañado de ciertos cambios en la rutina diaria, como una buena alimentación para bajar de peso y evitar el estreñimiento, no cargar objetos muy pesados ni hacer esfuerzos notables, y controlar la tos crónica.
Grados 3 y 4 pueden requerir cirugía si afectan tu vida diaria y para no llegar a las complicaciones, que pueden ser infecciones hasta úlceras en los órganos desplazados al exterior.
La mejor prevención para un prolapso son los ejercicios de Kegel, que constan de apretar y soltar los músculos de la estructura pélvica para fortalecer el suelo pélvico.
Se recomienda iniciar con los ejercicios de Kegel desde una edad temprana, cuando las chicas comienzan a ser activas sexualmente.
Aparte, ¡fortalecer el suelo pélvico otorga muchos beneficios!
Por ejemplo… también previenes la flacidez vaginal, evita la incontinencia urinaria, aumenta la circulación, mejora tu autoestima, aumenta el placer sexual en ambos miembros de la pareja e incluso facilita tu llegada al orgasmo.
Si notas algunos síntomas que podrían indicar esta afectación o tienes dudas, debes acudir lo antes posible con tu ginecólogo o urólogo, para que recibas una evaluación adecuada y actúes a tiempo. ¡Tu plenitud debe ser prioridad!
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