“Hay huéspedes que se llevan los artículos de higiene que proporciona el hotel, como shampoo y crema”, cuenta Ryazan Tristram, fotógrafa y bloguera de viajes. “No obstante, a veces también toman las batas de baño; no lo hagas”.
Si te llevas objetos más caros como ropa de cama y baño, decoración o electrónicos, te los pueden cobrar o multarte.
Los accidentes ocurren, pero quebrar algún objeto de la habitación y no informarlo puede lastimar al personal o a los próximos visitantes. Matthew, fundador de thetravelblogs.com, recuerda que, en una ocasión, una persona se cortó el pie con un pedazo de vidrio roto.
“Este material es difícil de localizar, aun sabiendo que está allí; pese a que se hizo el aseo, había un trozo que la recamarera no vio”, narra. “Tuvimos que darle esa noche gratis al cliente, y todo porque el anterior no dijo lo que había pasado”.
No tiene nada de malo disfrutar de una buena ducha caliente durante tu estadía; sin embargo, toma en cuenta esto: “Las regaderas de un hotel pueden crear mucho vapor; por lo tanto, es factible que si dejas la puerta del baño abierta se active el sensor del sistema de alarma contra incendios que se encuentra instalado dentro de tu habitación”, explica Tristram.
Algunos hoteles cuentan con cuartos para fumadores, pero hay quienes insisten en hacerlo en aquellos para no fumadores. ¿El problema? Estos clientes cubren los detectores de humo y ponen en riesgo a los demás, afirma Byrony Summer, editora de coastingaustralia.com.
Ni los hoteles ni las recamareras más refinados pueden evitar que los bichos espeluznantes entren a las habitaciones. “Siempre aconsejo a los turistas que pongan sus maletas en la bañera hasta que se cercioren de que no haya chinches en la cama”, dice Mitch Krayton, de Krayton Travel.
No es delito disfrutar un trago del refri. “Pero si lo tomas, hay que pagarlo”, puntualiza Sophia Borghese, consultora de La Galerie Hotel, de Nueva Orleans. “No intentes timar al personal reemplazando el licor con refresco. Esto sucede muy a menudo, pero lo notan y, al final, cobran la bebida”.
“Si no tienen fundas removibles, da por sentado que nunca se limpian a fondo”, dice Kashlee Kucheran, viajera y copropietaria de traveloffpath.com. “Si están tan manchados y olorosos que ofenden, el hotel solo los reemplaza.
Mientras tanto, puedes estar seguro de que muchas cosas se han posado sobre ellos. Mejor evita usarlos”.
“Nadie debería, por motivo alguno, enviar información confidencial o hacer una transacción importante usándolo, a menos que la encripte”, señala Harold Li, vicepresidente de Express-VPN.
“Dado lo fácil que es espiar las redes públicas, utilizarlo es como gritar tus contraseñas y datos bancarios”. Los viajeros deberían cifrar sus archivos para proteger sus actividades electrónicas.
Es tentador llevar a tus amigos peludos en tus viajes, pero no lo hagas sin preguntar a los hoteles en los que te vas a hospedar si aceptan mascotas.
Si la respuesta es “no”, no intentes pasarte de listo: los animales dejan mucha evidencia, desde pelo hasta huellas y olores; si rompes las reglas te cobrarán una tarifa de limpieza exorbitante.
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