Mientras duermes, tu cuerpo refuerza la parte de tu sistema inmunológico que aprende las mejores formas de atacar nuevas bacterias, virus y otros factores desencadenantes. Sin embargo, si no duermes lo suficiente, tu cuerpo no tiene la oportunidad de combatir las enfermedades con tanta eficacia, según un estudio de la revista europea de fisiología Pflugers Archiv.
Solo seis días de sueño restringido podrían evitar que tu cuerpo use una vacuna de manera efectiva, y otros estudios han demostrado que la falta de sueño dificulta la recuperación de un resfriado. Trata de dormir de siete u ocho horas por noche para mantener tu sistema inmunológico en su mejor momento.
La falta de ejercicio podría enfermarte por más tiempo. Las infecciones del tracto respiratorio superior duraron un 42 por ciento más en los voluntarios que se ejercitaron una vez a la semana o menos que en los que hicieron ejercicios aeróbicos cinco o más veces a la semana, según un estudio en el British Journal of Sports Medicine.
Los participantes sedentarios también tenían síntomas más graves. Realiza ejercicio moderado todos los días, como dar un paseo rápido durante la hora del almuerzo.
La soledad pone tu cuerpo en modo de lucha o huida, según una investigación de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. El estudio de cinco años encontró que cuando las personas se sentían solas, la hormona norepinefrina era más alta.
Durante las crisis, la noradrenalina estimula la producción de glóbulos blancos que combaten las heridas. Pero en el proceso, apaga la parte de tu sistema inmunológico que combate los virus, dejándote vulnerable a las enfermedades. Si te siente deprimido, no te revuelques solo en el sofá, invita a un amigo a tomar un café o llama a un ser querido para que te apoye.
La presión de cumplir una sola fecha límite a tiempo no causará grandes daños, pero si dejas que tu trabajo te estrese incluso después del horario de oficina, podrías estar preparándote para una enfermedad. El estrés de un evento específico tiene resultados mixtos para tu sistema inmunológico: pone las defensas de tu cuerpo antes de infecciones o heridas, pero también puede causar inflamación, mientras que el estrés crónico puede causar estragos en la inmunidad.
Por ejemplo, las personas que atraviesan experiencias estresantes a largo plazo tienen un mayor riesgo de desarrollar un resfriado que aquellas que no tienen un factor estresante continuo, según un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. Todo esto le provoca el estrés a tu cuerpo y no lo sabes.
Las grasas saturadas aceleran tu sistema inmunológico y provocan inflamación. Por otro lado, los ácidos grasos omega-3 insaturados son antiinflamatorios y ayudan a controlar algunas de las proteínas que ayudan al cuerpo a reconocer los patógenos, según un estudio publicado en Nutrition Journal.
Cambia una comida de carne de res con alto contenido de grasas saturadas por salmón o atún, que son ricos en omega-3, o cocina con aceite de canola en lugar de mantequilla.
Los antibióticos interrumpen el diálogo entre tu sistema inmunológico y las bacterias, buenas y malas, de tu cuerpo. Los estudios con ratones han demostrado que los antibióticos pueden reducir ciertos glóbulos blancos que combaten enfermedades y las moléculas que indican a las proteínas que estimulan el sistema inmunológico para que se pongan en marcha, según un informe publicado en The American Journal of Human Genetics.
Es posible que tu cuerpo elimine una enfermedad más rápido mientras tomas el medicamento, pero una vez que termines tu receta, tu sistema inmunológico será aún más vulnerable. Cuando sea posible, deja que tu cuerpo combata una enfermedad por sí solo antes de pedirle medicamentos a un médico.
Si tu pareja no tiene un gran sistema inmunológico, tú también podrías terminar sufriendo. Un estudio en Nature Immunology encontró que los padres que vivían juntos tenían un 50 por ciento menos de variación entre los sistemas inmunológicos de los demás que con una persona similar en la población más grande.
Los autores concluyen que las personas que viven juntas tienen el mismo entorno y adoptan hábitos similares.
El alcohol inhibe el sistema inmunológico. El consumo crónico de alcohol hace que tus glóbulos blancos sean menos efectivos para atacar las bacterias dañinas y hace que tu cuerpo sea menos capaz para producir las células que identifican y matan bacterias y virus.
Incluso un día completo después de estar borracho, tu cuerpo será más débil en tu lucha contra las infecciones, según el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo.
Un peso saludable no solo te hará sentir en forma, sino que también te protegerá de las enfermedades. La obesidad es un tipo de desnutrición en exceso y puede alterar la cantidad de glóbulos blancos en su cuerpo.
La grasa del vientre y la grasa alrededor de tus órganos afectan tu sistema inmunológico más que la grasa corporal total, según un informe en Proceedings of the Nutrition Society.
Tomado de rd.com 9 Innocent Habits That Might Be Ruining Your Immune System
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