9 mitos sobre el sueño que necesitas olvidar para descansar de verdad
Conoce si lo que has escuchado, o leído sobre como lograr dormir mejor funcionan, o qué puedes hacer para lograr un sueño más completo.
Realidad: Beber una copa de vino antes de acostarte puede ayudarte a conciliar el sueño (aunque algunas personas piensan que el alcohol hace exactamente lo contrario), pero es probable que ese sueño sea cualquier cosa menos restaurador.
El alcohol, un ingrediente común en los medicamentos para ayudarte a dormir, evita que tu cuerpo produzca melatonina, un ingrediente necesario para una buena noche de sueño. También interrumpe tus ciclos REM e inhibe el sueño, lo que es probable que te haga sentir desgastado en lugar de la sensación de haber descansar cuando suena la alarma.
Realidad: Dormir un par de días a la semana no compensará la pérdida crónica del sueño. Cada vez que escatimas en el sueño, empiezas a acumular una “deuda de sueño” de las horas que has perdido.
Si te desvelas una noche y te acuestas temprano la siguiente, probablemente no sea gran cosa. Pero hacer eso constantemente significa que nunca pagarás tu “deuda” en su totalidad, y nunca superarás los aterradores síntomas de la pérdida del sueño.
De hecho, un estudio del American Journal of Physiology descubrió que no podrás saldar la deuda, sin importar cuánto duermas. Después de seis días de privación del sueño, los participantes estaban más cansados y menos capaces de concentrarse que antes de la pérdida del sueño. Una vez que se recuperaron, ya no estaban tan somnolientos, pero sus niveles de atención aún no volvieron a la normalidad.
Realidad: Ir a la cama antes de tener sueño podría actuar en tu contra. Ya a que tu cuerpo no está acostumbrado a acostarse tan temprano, seguirás dando vueltas hasta el momento en que normalmente te sueles quedar dormido.
“Cuanto más tiempo pases en la cama cada noche sin dormir, más asociarás tu cama con estar completamente despierto, en lugar de un lugar tranquilo y que promueva el sueño”, escribe la experta en sueño Stephanie Silberman, en HuffPost. “En realidad, puedes hacer que te sea más difícil quedarte dormido porque tu mente y tu cuerpo pensarán que deberías estar despierto en la cama”.
Ella recomienda esperar hasta que estés cansado para irte a la cama, y luego solo levantarte después de haber estado despierto durante 20 minutos. Te quedarás dormido más rápido esa noche, además de desarrollar buenos hábitos. A medida que tu cuerpo empiece a asociar la cama con el sueño, será menos probable que des vueltas.
Realidad: Dependiendo de tu sensibilidad a la cafeína, la edad e incluso la época del mes, la cafeína a cualquier hora del día puede mantenerte despierto por la noche. El cuerpo tarda siete horas en descomponer la mitad de la cantidad de cafeína que consumes, y tu sensibilidad a la cafeína cambia con el tiempo.
Si de repente no puedes quedarte dormido por la noche, intenta cortar el café después del mediodía o incluso reducir tu dosis matutina de dos tazas a una. ¿Todavía no puedes dormir? Prueba el café descafeinado. Conoce los secretos del sueño, una vital función para nuestro cuerpo.
Realidad: Exprimir carbohidratos antes de acostarte podría arruinar la calidad de tu sueño. Los carbohidratos aumentan el triptófano, que eleva los niveles de serotonina del cuerpo que inducen el sueño. Pero los científicos que estudian el sueño advierten que no se debe comer nada pesado unas pocas horas antes de acostarse.
Comer tarde en la noche no solo eleva la temperatura corporal, sino que también puede provocar problemas digestivos, los cuales interfieren con el sueño.
Realidad: Ese ruido nocturno podría indicar un problema mayor.
Para la mayoría de las personas, los ronquidos probablemente no sean un problema (excepto para sus parejas molestas) y podrían solucionarse con remedios caseros. Pero para otros, podría ser el primer signo de apnea obstructiva del sueño.
Las vías respiratorias se bloquean total o parcialmente cuando estás dormido, y tu cuerpo se despertará cuando se dé cuenta de que no estás respirando. La apnea obstructiva del sueño no solo arruina la calidad de tu sueño, sino que también puede aumentar tu riesgo de diabetes, presión arterial alta, ataques cardíacos, accidente cerebrovascular y obesidad, según los NIH.
Realidad: Las necesidades de sueño varían de una persona a otra.
La Fundación Nacional del Sueño revisó 312 estudios y concluyó que de 7 a 9 horas de sueño mantendrán a la mayoría de los adultos sanos. Así que sí, ocho horas es un promedio práctico, pero no cuenta toda la historia. Además, los investigadores hicieron hincapié en que algunas personas podrían necesitar más o menos que esas recomendaciones para funcionar correctamente.
En resumen: Si te sientes muy bien mientras duermes constantemente seis horas, es increíble. Pero si necesitas al menos nueve para sentirte funcional, tampoco hay que sentir vergüenza.
Realidad: De hecho, ocurre lo contrario. Según la Fundación Nacional del Sueño, la temperatura ideal para dormir está entre 12 y 23 grados Celsius, una amplia gama que permite que tu temperatura corporal se enfríe y que comiences tu ciclo de sueño.
La buena circulación del aire, las mantas ligeras a medias y tener manos y pies calientes también son ingredientes cruciales para un sueño saludable.
Realidad: Dependiendo de la situación y del insomnio.
Los expertos en sueño varían en opinión sobre este caso, pero la mayoría está de acuerdo en que si estás relajado y cómodo, debes quedarte en la cama y permitir que tu cuerpo y tu mente descansen.
Tomado de rd.com 9 Myths About Sleep You Need to Stop Believing If You Want to Have a Great Night’s Rest