A 200 años luz de la Tierra, un pequeño sistema estelar está protagonizando un espectáculo cósmico extremo: una estrella “vampiro” que se alimenta constantemente de su compañera. Gracias a nuevas mediciones del MIT, los astrónomos lograron observar detalles nunca antes vistos de este proceso, revelando cómo una enana blanca atrae, calienta y devora material que no le pertenece.
El estudio, realizado en el sistema binario EX Hydrae, midió por primera vez la polarización de rayos X de una enana blanca en acreción. El resultado: una visión inédita del “tubo de alimentación” que conecta a estas dos estrellas.
Una estrella enana blanca más pequeña (izquierda) atrae material de una estrella más grande hacia un disco de acreción giratorio.Jose-Luis Olivares, MIT
¿Qué es EX Hydrae y por qué fascina a los astrónomos?
EX Hydrae es un sistema binario del tipo polar intermedio. En él conviven dos estrellas:
- Una enana blanca extremadamente densa, pequeña y con un poderoso campo magnético.
- Una estrella compañera mayor, de la que la enana blanca extrae gas como si lo succionara.
Ese gas robado forma un disco de acreción, se calienta a miles de grados y cae en forma de torrentes sobre la superficie de la enana blanca, generando intensas emisiones de rayos X.
Este fenómeno, conocido como vampirismo estelar, prolonga la vida de la enana blanca a costa de desnudar lentamente a su compañera.
La clave del descubrimiento: medir la polarización de rayos X
Aunque los astrónomos ya habían estudiado el brillo y la potencia de los rayos X en sistemas como este, nunca antes habían logrado medir su polarización, es decir, la orientación de las ondas.
Para lograrlo, el equipo utilizó el observatorio espacial IXPE, de la NASA, diseñado para estudiar fenómenos extremos como agujeros negros o supernovas.
Gracias a IXPE, los científicos pudieron:
- Analizar cómo cambia la polarización según la fase orbital del sistema.
- Identificar la fuente exacta de la emisión de rayos X.
- Reconstruir la geometría del material que cae sobre la enana blanca.
El resultado fue sorprendente.
Una columna de gas de 3,200 kilómetros: el “canal” del vampiro
Las mediciones revelaron que el gas no cae de manera uniforme sobre la enana blanca, sino que viaja por columnas o canales magnéticos que guían el material directamente a los polos.
En EX Hydrae, esa columna mide unos 3,200 kilómetros de altura, casi la mitad del radio de la enana blanca.
Imagina un chorro de plasma ardiente elevándose miles de kilómetros desde su superficie antes de expandirse hacia el exterior. Eso es lo que vieron los científicos.
Además, parte de los rayos X rebotan en la superficie de la enana blanca antes de escapar al espacio, algo que solo pudo confirmarse gracias a la polarización.
¿Por qué importa este descubrimiento?
Comprender cómo se alimentan las estrellas vampiro tiene implicaciones profundas en la astronomía:
Pistas sobre cómo se forman las supernovas tipo Ia
Cuando una enana blanca acumula demasiada materia, puede colapsar y explotar en una supernova visible en toda la galaxia. Estas explosiones se usan para medir distancias cósmicas, por lo que entender su origen es vital.
Nuevos detalles sobre la física de campos magnéticos extremos
La polarización reveló cómo las líneas magnéticas canalizan el gas. Esto ayuda a perfeccionar los modelos teóricos sobre acreción.
Un método aplicable a otros sistemas binarios
Los astrónomos ahora pueden estudiar otros “polares intermedios” con esta técnica, lo que permitirá construir una imagen más completa de cómo evolucionan las estrellas en pareja.
Una ventana inédita al corazón de una estrella vampiro
El análisis de EX Hydrae demuestra que la polarización de rayos X es una herramienta poderosa para descifrar regiones extremadamente energéticas que antes eran invisibles para los telescopios tradicionales.
Por primera vez, los astrónomos pudieron “dibujar” la ruta exacta por la que fluye el material entre dos estrellas que viven unidas por una relación tan violenta como fascinante.