A los 40, el cerebro se reduce; pero la música puede ayudar a evitar el deterioro

El envejecimiento trae consigo cambios inevitables: la vista se deteriora, las arrugas se marcan y las articulaciones duelen. Pero, ¿qué pasa con el deterioro cognitivo? Estudios recientes demuestran que, aunque el cerebro pierde alrededor del 5% de su volumen cada década después de los 40, su funcionamiento puede ser más flexible de lo que pensamos.

La ciencia sugiere que adquirir una nueva habilidad, como aprender a tocar un instrumento, puede ser el mejor antídoto para preservar la función cerebral hasta bien entrada la vejez.

Por qué nuestro cerebro se encoge con la edad

La pérdida gradual de tejido cerebral se conoce como atrofia cerebral. Aunque puede comenzar a los 30 años, no afecta a todos al mismo ritmo. Por lo general, afecta a áreas clave como la corteza prefrontal, responsable de la resolución de problemas, y el hipocampo, que controla la memoria y la orientación espacial.

La pérdida de neuronas y sinapsis, junto con una disminución de la plasticidad y de neurotransmisores esenciales como la dopamina y la serotonina, contribuye a esta reducción. La neuróloga Golnaz Yadollahikhales señala que la gravedad de este deterioro depende en gran medida de la genética y el estilo de vida.

La neuroplasticidad: el antídoto contra el deterioro

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para adaptarse y reconfigurarse a lo largo de la vida en respuesta a nuevas experiencias. Según la científica cognitiva Maya Shankar, “cuando aprendemos algo nuevo, estamos creando literalmente nuevas neuronas y vías”. Esta adaptabilidad es el fundamento de lo que los investigadores llaman “reserva cognitiva”, una especie de “andamio mental” que ayuda a compensar los daños o cambios relacionados con la edad.

Aprender nuevas habilidades que suponen un reto, como un idioma o un deporte, es una de las mejores formas de desarrollar esta reserva cognitiva. Estas actividades fortalecen la materia blanca y mejoran la comunicación entre los hemisferios cerebrales.

Música: el ejercicio más completo para tu cerebro

Aunque muchas actividades pueden estimular el cerebro, aprender a tocar un nuevo instrumento es “probablemente lo más beneficioso”, afirma Shankar. La razón es que la música para el cerebro lo involucra en casi todas sus regiones simultáneamente, fortaleciendo la comunicación entre ellas.

  • Coordinación y conexión: Tocar un instrumento requiere la coordinación de ambas manos y activa múltiples estructuras cerebrales a la vez, lo que fortalece el cuerpo calloso, el puente que conecta los hemisferios.
  • Memoria y función ejecutiva: La música mejora la memoria de trabajo y la función ejecutiva. Un estudio de 2022 demostró que las personas mayores que tomaban clases de piano por seis meses mejoraron la conectividad en las regiones del cerebro asociadas con la memoria y el lenguaje.

El psicólogo Daniel Gustavson lo resume así: “Aprender a tocar un nuevo instrumento es un ejercicio completo para el cerebro, y eso lo convierte en una herramienta potente para desarrollar la reserva cognitiva”.

Cómo empezar a usar la música para proteger tu cerebro

Para usar la música para el cerebro, elige un instrumento que te entusiasme, pero que también sea un reto. Si es demasiado fácil, no estimulará la neuroplasticidad. Si es demasiado difícil, lo abandonarás. La clave, según los expertos, es encontrar el punto óptimo que te mantenga motivado, ya que el compromiso constante es crucial para reforzar las nuevas conexiones neuronales.

No es necesario tomar clases formales; los tutoriales de YouTube, las aplicaciones o las clases grupales para adultos también son excelentes opciones. El componente social de aprender música puede ser tan poderoso como el cognitivo. La lección más importante de todas es que nunca es tarde para empezar.

El neurocientífico Michael Snyder afirma que el esfuerzo en sí mismo, más que el dominio, es lo que impulsa el crecimiento del cerebro a cualquier edad.

 

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