En Estados Unidos uno de cada cinco perros adultos tiene artritis, una de las causas más comunes de dolor crónico que tratan los veterinarios.
La artritis es una enfermedad que se vuelve más evidente en el envejecimiento, pero el cuidado y el tratamiento adecuados pueden ayudar a controlar el dolor de tu mejor amigo y conservar su calidad de vida.
Síntomas
Lo que debes observar en tu perro:
- Solía apretar el paso por calles y escaleras, ahora se queda atrás
- Parece tener dificultad para sentarse o levantarse
- No se incorpora para ir a comer o cuando lo despiertan
- Está menos interesado en jugar
- Tiene temor para treparse a una cama, en algún mueble o subir las escaleras
- Cojea o favorece una pata sobre otra
- Expresa dolor con un lloriqueo o gemido cuando le tocan las patas
- Duerme más que antes
- Cambia su comportamiento
¿Qué puedes hacer?
Un can con artritis requiere cuidados especiales. Se le puede dar más comodidad poniéndole una cama hecha de hule espuma ortopédica, levantando del suelo los trastos de comida y agua para que no se agache tanto y paseándolo por superficies suaves de tierra (en vez de asfalto) para reducir el impacto en las articulaciones.
También es importante que tu animal de compañía mantenga un peso saludable mediante una dieta controlada y ejercicio, pues el sobrepeso aumenta la tensión en las articulaciones.
Tratamientos
Bajo ninguna circunstancia debes darle al perro medicamentos para personas, incluso fármacos comunes y de venta libre como la aspirina, pues pueden resultarle tóxicos. Los suplementos como glucosamina y condroitina y los antiinflamatorios no esteroides (AINE) pueden ayudar a disminuir el dolor, pero lo mejor es consultar con el veterinario antes de administrarlos.
Costo
Los seguros médicos para animales de compañía pueden ayudarte con los gastos, pero revisa la póliza antes de comprometerte. Algunas compañías de seguro médico excluyen ciertas enfermedades preexistentes como la artritis. Si no cuentas con cobertura para tu perro, quizá puedas negociar un plan de pagos con tu veterinario.
Fuente: Arthritis Foundation National Office