¿Qué son los acrocordones?
Los acrocordones (también llamados fibromas blandos o pólipos fibroepiteliales) son pequeños bultos benignos que crecen en la piel. Suaves al tacto y del color de la piel o ligeramente más oscuros, cuelgan como una pequeña gota o colgajo.
Por lo general, miden entre 1 y 5 milímetros, aunque algunos pueden alcanzar mayor tamaño. No duelen ni pican, y suelen pasar desapercibidos, salvo que se irriten por roce con ropa o accesorios.
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¿Dónde suelen salir?
Los acrocordones aparecen en zonas donde hay pliegues cutáneos o roce frecuente entre la piel, como:
- Cuello
- Axilas
- Ingles
- Párpados
- Debajo de los senos
¿Por qué aparecen los acrocordones?
- Cambios hormonales: Durante el embarazo o por desequilibrios hormonales, la piel puede volverse más propensa a formar estos bultitos.
- Fricción constante: El roce continuo de piel con piel o con la ropa favorece su aparición, especialmente en personas con sobrepeso.
- Genética: La predisposición familiar juega un papel importante. Si tus padres los tienen, es más probable que tú también desarrolles acrocordones.
- Sobrepeso y obesidad: Más pliegues y más fricción aumentan el riesgo de que aparezcan. Además, se ha asociado su presencia con el síndrome metabólico.
- Relación con la diabetes tipo 2: Estudios han vinculado los acrocordones con la resistencia a la insulina, y en algunos casos pueden ser un signo temprano de diabetes tipo 2.
¿Son peligrosos los acrocordones?
En la mayoría de los casos, no son peligrosos ni se convierten en cáncer. Sin embargo, hay que prestar atención si:
- Cambian de color, tamaño o forma
- Duelen o sangran
- Aumentan rápidamente en número
Estos cambios pueden indicar que se trata de otra lesión cutánea y deben ser evaluados por un dermatólogo.
Complicaciones comunes
Aunque son benignos, los acrocordones pueden:
- Irritarse con la ropa
- Inflamarse o sangrar si se enganchan
- Generar molestias estéticas
¿Cómo se eliminan los acrocordones?
Tratamientos médicos seguros
- Crioterapia: Se congela el acrocordón con nitrógeno líquido para que se caiga solo.
- Electrocauterización: Se destruye con una corriente eléctrica controlada.
- Extirpación quirúrgica: Se corta con bisturí bajo anestesia local.
Todos estos métodos deben realizarse en una clínica o consultorio médico.
¿Y los remedios caseros?
Aunque en internet se sugieren soluciones como vinagre de manzana o hilo dental, no se recomiendan por el riesgo de infección, sangrado o cicatrices.
¿Se pueden prevenir?
- Mantén un peso saludable: Menos fricción, menos riesgo.
- Cuida tu piel: Usa ropa cómoda y humectantes para reducir la fricción.
- Controla tu salud metabólica: Un chequeo médico regular puede ayudarte a prevenir factores relacionados.
Mitos comunes sobre los acrocordones
- ¿Son contagiosos? No, no se transmiten de persona a persona.
- ¿Todos los bultos son acrocordones? No, algunas lesiones pueden ser verrugas o lunares que requieren evaluación médica.
- ¿Hay que quitarlos siempre? No, solo si causan molestias físicas o estéticas.
Cuándo consultar al dermatólogo
Acude con un especialista si:
- Notas cambios en los bultitos
- Aparecen muchos de golpe
- Te generan molestias constantes
- Tienes antecedentes de problemas metabólicos
Conclusión
Los acrocordones son lesiones cutáneas comunes e inofensivas en la mayoría de los casos. Aprender a identificarlos y saber cuándo buscar ayuda médica es clave para cuidar tu piel. Y recuerda: si algo en tu piel cambia, no dudes en consultar. La prevención siempre es la mejor aliada.