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Soy terapeuta respiratoria, y esto veo en el frente de la batalla
Como terapeuta te digo que por favor ¡no salgas de casa! Si sigues trabajando es entendible. Pero no salgas por que quieres helado o te enfermarás.
Como terapeuta te digo que por favor ¡no salgas de casa! Si sigues trabajando es entendible. Pero no salgas por que quieres helado o te enfermarás.
Soy una terapeuta respiratoria. La manera más fácil en que puede describir mi trabajo es que ayudo a otras personas a respirar. Como enlace clínico sirviendo a varios hospitales metropolitanos de Detroit, coordino con hospicio, pacientes con fallas respiratorias crónicas, pacientes cardiopulmonares y pacientes neuromusculares del hospital.
Después coloco a los pacientes respiradores invasivos y no invasivos en sus casas. Estamos muy demandados y no somos suficientes, sobre todo ahora con la pandemia del coronavirus.
Lo que hago como terapeuta respiratoria es importante, pero me aterra ir a trabajar cada día. Soy madre soltera de dos adolescentes, mi ex vive del otro lado del país. Cada día que voy a trabajar, arriesgo mi salud y la de mis hijas.
Aún en el mejor escenario, si contraigo Covid-19, no podré seguir ayudando a mis hijas ni continuar como terapeuta respiratoria porque la enfermedad se propaga por aire y es muy contagiosa.
Claro que no quiero que mis hijas se enfermen. No tienen permitido salir de la casa por la misma razón. Nuestro gobernador extendió la orden hasta fines de abril. Michigan es el tercer lugar en casos de Covid-19. No es una broma y la crisis está lejos de terminar.
Durante las últimas tres semanas, como terapeuta he usado el mismo cubrebocas N95 porque no hay suficiente equipo de protección personal, y no tenemos repuestos. Espero en Dios que tengamos más pronto.
Todo lo que tenemos es una máquina de rayos UV que limpia los cubrebocas, toma dos horas. No es sanitizado, pero es mejor que nada. Las personas de nuestra comunidad son increíbles, están haciendo cubrebocas a mano y donándolos. También nos traen comida y rezan por nosotros.
Lo más importante para protegerme a mí, como terapeuta, y a mis hijas es el ritual diario de vuelta a casa. Salgo del auto, le pongo Lysol y limpio por dentro y por fuera las agarraderas. Después camino detrás de la casa, tomo una bolsa de basura, me desnudo, coloco mi ropa en la bolsa, y dejo mis zapatos fuera.
Pongo la ropa en la lavadora y me meto a la regadera. No saludo a las niñas ni toco nada hasta que termino mi rutina.
Los hospitales están llenos, y no hacen pruebas a las personas a menos que tengan comorbilidades. Así que “el conteo positivo” de los casos de Covid-19 no es acertado.
He visto múltiples escenarios. La mayoría de las personas que son saludables normalmente se recuperan del Covid-19 con la ayuda de oxigeno o tratamiento de nebulizaciones.
Los pacientes con diabetes, obesidad, EPOC y enfermedades en los pulmones no son tan afortunados. También hay personas jóvenes y saludables que no se recuperan. El virus es impactante, y no es solo peligroso para las personas mayores. De hecho, no tiene nada que ver con la edad en absoluto.
El Covid-19 progresa rápidamente a síndrome agudo de distrés respiratorio, neumonía y falla orgánica múltiple. Los rayos X de estas personas están completamente blancos, lo que significa que los pulmones están llenos de líquido.
Una vez un paciente presentó neumonía en ambos pulmones, es retador pasar el aire a los pulmones. El virus es mortal en ese punto. Estamos aprendiendo que, durante un Código Azul, o sea que el paciente tiene falla total cardiaca o respiratoria y morirá si no se acciona, ahora solo se hace una ronda de RCP y se llama al código.
Los pacientes que son “echados” del hospital en el que trabajo son para pacientes que tuvieron un trasplante de pulmón o que tiene la enfermedad de Lou Gehrig con complicaciones y que tienen o han tenido una traqueotomía.
Los hospitales se llenan rápido, los sacan rápido para que se recuperen en casa por que están en alto riesgo de contraer Covid-19. El cuidado en casa es escaso ahora. Estas personas necesitan un respirador y normalmente se recuperarían en el hospital.
Los pacientes de trasplante de pulmón tienen una medicación estricta y un régimen de terapias. Las familias están aterradas de cuidar de ellos por que solo hay ventiladores para dentro de casa. Los familiares de mis pacientes tienen mi numero y saben que me pueden llamar 24/7.
Nadie tiene permitido entrar con un potencial positivo de Covid-19, así que los familiares y amigos dejan a sus personas en la entrada del hospital.
Mis colegas me contaron de una pareja en sus sesentas que llegaron al hospital. Ella fue analizada, empeoró rápidamente y se le colocó respirador. Murió en seis horas, incluso antes de que tuviéramos los resultados. La esposa le dijo “adiós” a su esposo en el auto, sabiendo que podía ser la ultima vez.
No puedo explicar la tristeza que sentimos todos en el momento. Los pacientes están muriendo y no pueden estar con sus familias ni hablar con ellos porque están entubados para hablar. Las enfermeras llaman a los familiares de los fallecidos para que puedan verlos por videollamada y decirles adiós.
Nuestras enfermeras, doctores, terapeutas respiratorios y todo el sistema de cuidado y de salud están juntando fuerzas y fortaleciéndose frente a esto uniendo sus facultades. Pero no podemos hacerlo por nuestra cuenta.
Por favor, por favor, ¡Quédate en casa! Si sigues trabajando, necesitas medicinas, necesitas visitar a los mayores o no tienes comida, es entendible. Pero no salgas por que quieres helado o te enfermarás. Si tienes que salir lleva cubrebocas. Ahora, hay mucho que no sabemos del nuevo virus.
No podemos permitirnos perder más personal médico, pero si se enferman no pueden trabajar. Recuerda que al virus le toma de 7 a 25 días irse. Esto no incluye los días extras que se necesitan para que restaures tus niveles de energía.
Recuerdo diariamente que mis compañeros, familia y amigos estamos juntos en esto. No solo vivo en Detroit, soy Detroit. Los de Detroit somos fuertes y vamos a sobrevivir.
Tomado de rd.com I’m a Respiratory Therapist—Here’s What I’m Seeing on the Front Lines
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