¿’Actúas’ tus sueños? Podría ser una señal temprana de Parkinson
A diferencia de lo que suele pensarse, el Parkinson es una enfermedad frecuente y, aunque afecta a los mayores de 60 años, no es exclusiva de esa edad.
Se estima que unos 8 millones de personas en el mundo padecen la enfermedad de Parkinson, apunta el Dr. Héctor Rubén Martínez Hernández, neurólogo especialista en enfermedad de Parkinson y trastornos del movimiento.
Los primeros síntomas se expresan en cambios en las actividades finas; aparece la lentitud. “Se nota cuando usan los cubiertos o al escribir, por ejemplo”. La presencia de la enfermedad se nota porque existe una combinación de dolor de hombros o de cuello con rigidez.
“También se observan problemas de la marcha. Las personas se vuelven cada vez más lentas en sus actividades diarias, lo que suele confundirse con el proceso de envejecimiento”, precisa Martínez Hernández.
Por ello, además de que tarda más en llegar el diagnóstico, existen infinidad de personas con Parkinson que no están diagnosticadas, pues se piensa que su lentitud o dolor obedece al paso del tiempo.
“En realidad el Parkinson es una forma de envejecimiento apresurado. Todos nos volvemos menos hábiles, menos coordinados, pero cuando este proceso aparece en poco tiempo debemos sospechar” explica.
Pero la enfermedad va más allá de esos focos rojos. Además de alteraciones en el equilibrio y la postura hay síntomas como:
Hay una etapa específica —conocida como movimientos oculares rápidos, en la cual el cerebro está muy activo e incluso soñando— en la que el cuerpo no se mueve, el cerebro bloquea los movimientos, pero en ciertos pacientes “actúan” lo que están soñando.
“Esa característica puede aparecer incluso años antes de que se manifiesten las otras alteraciones de Parkinson” dice el especialista.
Es una enfermedad que tiene tratamiento y requiere un manejo multidisciplinario y su tratamiento se sustenta en tres grandes acciones:
Puede ser guiada por un especialista en rehabilitación. Se llama rehabilitación física y ocupacional, pero es actividad física en general: ejercicio aeróbico, caminata, baile, yoga, tai chi, son prácticas que, según estudios científicos, ayudan a mantener la movilidad y junto con ella la socializan, las cuales son muy importantes para mantener la calidad de vida.
Lo que sucede en la enfermedad de Parkinson es que se pierde una parte del sistema nervioso de forma progresiva; esa área produce ciertos transmisores del cerebro, especialmente uno que se llama dopamina.
La dopamina es una especie de hormona que tiene varias funciones en el cerebro y una de estas funciones es regular un circuito que se encarga de la coordinación de los movimientos.
“Es como si fuera el aceite del motor, si se pierde ese aceite los engranes del motor empiezan a fallar, así que con medicamentos se suple esa carencia, siendo la levodopa la sustancias más usada, pues en un precursor de la dopamina en cuanto llega al cerebro” explica Martínez Hernández, jefe de la Clínica de Parkinson en el Centro Médico ABC.
Hay otros medicamentos que ayudan en dos sentidos:
“Los medicamentos que administramos están encaminados a mejorar el sistema dopaminérgico”.
En estadios avanzados de la enfermedad, es decir, cuando la efectividad de las medicinas se reduce o aparecen las complicaciones propias de la enfermedad, existe una serie de recursos que van desde medicamentos para controlar los efectos adversos hasta la cirugía.
Actualmente las herramientas tecnológicas permiten ofrecer una cirugía más segura y certera.
“La principal herramienta utilizada actualmente es la estimulación cerebral profunda, para desarrollarla introducimos un par de electrodos milimétricos en las estructuras del cerebro que modulan las principales manifestaciones clínicas motoras de pacientes con esta enfermedad”.
Para que un paciente sea candidato a esta cirugía se deben cumplir con tres principales condiciones: diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, repuesta al medicamento (levodopa) y que cumpla con los criterios de beneficio clínico o de riesgo que evalúa el protocolo preoperatorio.
La cirugía no cura, optimiza las bondades de los medicamentos. “Los pacientes intervenidos quirúrgicamente están muy familiarizados con los beneficios que obtienen con los fármacos, así que la intención de la cirugía es que el paciente permanezca en ese periodo óptimo de movilidad durante casi todo el día, sin fluctuaciones en la respuesta a los medicamentos e, incluso, logren este beneficio clínico con menos dosis, lo que les permite regresar a esa normalidad de vida” comenta el jefe de la Clínica de Parkinson en el Centro Médico ABC.
Este procedimiento quirúrgico es el estándar de tratamiento en infinidad de centros en el mundo. De hecho es antigua y precede a la levodopa. Empezó a usarse desde los años sesenta.
“La calidad de vida del paciente mejora increíblemente y tras esta cirugía incluso pueden alimentarse por sí mismos, los temblores se reducen y gozan de una movilidad completa, presentan menor rigidez, pueden estar lúcidos por largos periodos y la dosificación de los medicamentos. Este procedimiento es benéfico para el paciente y su familia” explica el Dr. Amir Faraji, neurocirujano del Hospital Houston Methodist.