¿Lo Sabías?

¡Adiós a las callosidades con estos remedios!

Tal vez lo primero que te preguntes es porqué algunas zonas de tus pies se han endurecido, y esto se debe a un mecanismo de defensa. Cuando el cuerpo trata de defenderse de una lesión, algunas veces crea extrañas corazas.

La capa exterior de la piel acumula un grueso refuerzo de células muertas cada vez que es frotada demasiado o muy seguido. Que es lo que sucede cuando zapatos mal ajustados frotan el mismo dedo o cuando el rastrillo con mango de metal fricciona la parte interior del pulgar.

Gradualmente, la epidermis construye una callosidad, que puede evolucionar a callo, con un centro duro. Es posible que las callosidades de las manos y los pies sean indoloras y protectoras, pero si presionan un hueso o nervio debajo de la piel, se puede sentir tanto dolor como si se tuviera una pequeña piedra entre los dedos.

Seguramente en la farmacia hallarás infinidad de productos dedicados al cuidado de callos y callosidades, pero el conocimiento de remedios puede llevarte más lejos.

Si tus pies están afectados, el aceite correcto suavizará la piel dura, usa parches durante el día, calcetines, zapatos y plantillas para protegerlos del dolor. Para las manos, unos guantes apropiados pueden ayudar.

He aquí algunas formas para aliviar la irritación de callosidades y callos.

Raspa y lima

Si una callosidad te está causando dolor e irritación, necesitas raspar algunas de esas células muertas para evitar demasiada presión en los nervios. Inmediatamente después de un baño caliente en regadera o tina, aprovechando que la piel está húmeda y suave, frota la callosidad con una piedra pómez para remover las células muertas.

Este tipo de piedra, disponible en las farmacias o mercados, es simplemente una áspera pieza de mineral volcánico. No trates de eliminar toda la callosidad de una vez, ya que frotarías la piel viva. En lugar de eso, límala un poco todos los días y sé paciente, pues si es muy gruesa o muy dura el proceso de limado deberá prolongarse unas semanas.

Suaviza

En lugar de limar los callos y callosidades puedes remojarlos y lubricarlos hasta que se suavicen. Para los callos en los dedos de los pies usa aceite de ricino como suavizador, con unos parches para callos como protección, especialmente los parches sin medicamento y con forma de dona que venden en las farmacias.

Coloca uno alrededor del callo, en un algodón pon unas gotas de aceite de ricino y aplícalo en el callo, luego pon encima del parche una tela adhesiva para detenerlo. El pequeño parche rodea el callo y lo protege de la presión y también conserva la humedad del aceite de ricino. Recuerda usar calcetines viejos porque el aceite mancha.

Otra buena forma de suavizarlos es meterlos en agua con sales de Epson. Solo sigue las instrucciones del paquete y listo.

Ataque con ácido

Busca los parches medicados para remover callos que contengan ácido salicílico. Aplica el parche después de bañarte y asegúrate que estás tratando solo el área dura de la callosidad, no la suave que la rodea, pues ese ácido puede causar quemaduras o ulceraciones en la piel normal.

Otra fuente de ácido salicílico es la aspirina, con la que puedes crear tu propio compuesto anticallos:

  • Machaca 5 tabletas de aspirina hasta obtener un polvo fino
  • Mezcla ese polvo con media cucharada de jugo de limón y un cuarto de cucharada de agua
  • Unta esa pasta en la piel más gruesa, envuelve el pie en plástico y luego cúbrelo con una toalla caliente.

Remueve la envoltura después de diez minutos y con suavidad talla la piel suelta con una piedra pómez. Si eres alérgico a la aspirina no lo hagas.

Libera la fricción

Para ayudar a proteger de la presión a un callo de los pies, elabora tu propio parche de dona con una pieza de tela de algodón. Corta un círculo más grande que el callo, dóblalo a la mitad y corta un medio círculo en el centro. Cuando lo abras tendrás un anillo acolchonado. Pégalo en el callo con una cinta adhesiva.

Si tienes callos suaves entre dos dedos de los pies, pon un separador de hule espuma entre ellos para evitar que se froten. Puedes comprarlos en la sección de cuidados de los pies en la farmacia.

¿Debo acudir al doctor?

Para algunas personas con diabetes, las callosidades y callos en los pies son particularmente amenazantes. Una mala circulación es de alto riesgo cuando aparecen infecciones en los pies, y es peligroso intentar tratarse uno mismo con instrumentos no esterilizados que pueden introducir bacterias.

Si tienes diabetes, consulta a un doctor si llegas a tener callosidades o callos que necesiten atención. Otras personas pueden intentar primero tratamientos caseros en el entendido de que el consejo es importante: si el callo o callosidad parecen inflamados es signo de una probable infección.

¿Has podido librarte de las molestas callosidades?

Extraído del libro 1001 remedios caseros, tratamientos confiables para problemas de salud cotidianos, editado por Selecciones Reader’s Digest.

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