Termina con ese dolor de cabeza que la ventana te está ocasionando, borra rayones, detén las rajaduras, sella para que no pase el frío y alcanza ese pasador.
Borra los rayones en las ventanas con pasta de dientes
Pon un poco de pasta dental en un trapo y talla vigorosamente el rayón durante uno o dos minutos. Limpia con otro trapo húmedo y ¡listo!, el rayón habrá desaparecido. Recuerda que debes usar pasta blanca, sin sabor ni textura de gel ni añadidos extraños.
Una buena idea sería usar una pasta blanqueadora, que suele contener mayores cantidades de abrasivos.
Detén una cuarteadura con esmalte para uñas
Puedes postergar un poco el reemplazo de una ventana rajada aplicando un par de capas de barniz de uñas en ambos lados de la ventana. Una vez seco, el barniz sellará los huecos del vidrio y contendrá el daño.
Calla esa ventana con una caja de cerillos
Una ventana que hace ruido pone nervioso a cualquiera, sobre todo si estás intentando dormir. ¿Cómo puedes callarla? Pues muy fácil: con una caja de cerillos.
Desliza lo más que puedas la parte más delgada de la caja entre el marco y el vidrio flojo, pero de forma que al menos un tercio de la caja quede fuera, para poder sacarla sin dificultades. Después comprueba que la ventana ya no hace ruido y ¡buenas noches!
Arregla esa ventana helada
Esa ventana que deja pasar el aire enfría la atmósfera de tu casa y a ti te saca de quicio. ¿Qué hacer si la pistola de silicón está seca?
Una vez que hayas localizado el punto en que entra la corriente de aire (suele estar a lo largo del canal inferior o en una esquina, entre el canal y el marco), toma dos toallas de papel, pon una encima de la otra y dóblalas hasta obtener una tira delgada. Coloca la tira sobre el orificio y asegúrala con masking tape.
Alcanza el pasador de la ventana
¿El pasador se quedó atorado y no lo puedes alcanzar porque no puedes meter la mano entre los dos cristales de una ventana horizontal? No te lastimes intentando alcanzarlo. Mejor abre un clip y forma un ángulo recto con el último centímetro de alambre.
Desliza el “gancho” entre los cristales, alcanza el pasador y jálalo hacia ti; con suerte, la ventana funcionará como siempre.