Este estudiante universitario lo mismo guía a cuatro chicas a ganar una de las competencias de robótica más importantes del mundo, que organiza con niños la construcción de una montaña rusa en unos cuantos días. Conoce su historia, en entrevista con Selecciones.
Tiene 22 años de vida pero más de la mitad los ha pasado en competencias de robótica. La primera vez que participó tenía 10 años de edad y fue en First Lego League, un desafío internacional que involucra a jóvenes de 10 a 16 años en ciencia, investigación y resolución de problemas. Desde ese momento, no ha parado.
En 2014 se convirtió en emprendedor con Liks (creadores en maya), un club de robótica y programación dirigido a niños y adolescentes. Allí adquieren habilidades como innovación tecnológica, emprendimiento y liderazgo para luego aplicarlas en competencias internacionales.
¿Qué busca Adolfo con este club de robótica? Que los niños pasen de ser usuarios a creadores de tecnología, explica en entrevista con Selecciones. Por eso se muestra muy complacido ante la aparición de iniciativas a favor de la ciencia y la tecnología como la implementada por el gobierno federal llamada México 2.0.
“Creo que cada vez más niños se interesan por el desarrollo de la tecnología así que es muy bueno que existan opciones”.
Pero esas iniciativas son sólo una chispa en la oscuridad. “Hay un largo camino por recorrer porque el sistema educativo no ha asimilado las competencias que se requieren para una educación científica y tecnológica integral”, explica.
Pero es optimista. “Los chicos mexicanos están generando mucha tecnología”. Adolfo cuenta emocionado casos como el de un joven mexicano que inventó una impresora que hace hot cakes, o el un grupo de chicos que crea robots para enseñar tecnología a los niños.
“El gobierno federal debe hacer un cambio integral para avanzar con rapidez. Los niños tienen materias como ciencias, física y matemáticas pero no comprenden que están interrelacionadas” cuenta.
Ferrer espera que se implemente un aprendizaje basado en proyectos y que las actividades que realizan los niños tengan un objetivo único. Ese aprendizaje, precisa, se conoce como STEAM, el acrónimo de science, technology, engineering, arts and mathematics.
¡A familiarizarse con la ciencia!
Ferrer recomienda que los padres acerquen a sus hijos a la ciencia y la tecnología a través de los spacemakers, los espacios físicos en donde se reúnen para compartir conocimientos, trabajar en negocios, construir cosas y hacer networking.
Lugares como Papalote Museo del Niño, en donde los chicos no sólo ven cómo funciona algo, sino que participan en el proceso creativo, son excelentes. “Esa experiencia de inmersión es muy buena”.
Adolfo Ferrer cuenta que en Liks, durante el campamento de verano 2016, realizó junto con sus alumnos un campamento en el que los niños tienen experiencias vivenciales a gran escala.
“Creamos una montaña rusa completamente funcional”, cuenta orgulloso. Pero no sólo eso, los chicos también aprendieron que pueden emprender en cualquier momento de la vida, no hasta que concluyan la universidad.
Teniendo en mente la idea de convertir la ciencia y la tecnología en algo cotidiano, Adolfo Ferrer también recomienda sitios en línea donde se puede aprender programación de forma gratuita como code, codeacademy o thinkercad, en donde puedes imprimir en 3D tus diseños.
Por un triunfo más
Tras lograr que cuatro de sus alumnas ganaran el Moonbots, A Google Lunar Xprize Challenge, uno de los concursos de robótica más prestigiosos del mundo, ahora Adolfo Ferrer está concursando en el Global Student Entrepreneur Award que tiene por objetivo empoderar a los estudiantes emprendedores para convertirse en agentes de cambio.
Esta competencia global es para estudiantes que poseen y operan un negocio con fines de lucro y / o empresa social. Los candidatos compiten contra sus pares de todo el mundo en una serie de competiciones locales y nacionales hasta llegar a la final en Frankfurt, Alemania, en abril.
Adolfo Ferrer, quien concursa con su proyecto Liks, forma parte de un grupo mundial de élite de empresarios que operan un negocio mientras cursan su estudios universitarios, lo que no es poca cosa.
La final regional, en la que participa Ferrer, se llevará a cabo el 27 de febrero en la Bolsa Mexicana de Valores. El premio para el primer lugar son 250 mil pesos más el pase a la final en Alemania, en donde habrá un premio de 40 mil dólares.
“Es momento dejar el mundo en manos de los estudiantes, que demuestren el espíritu tenaz necesario para tener éxito como empresario y que superen los desafíos y errores que la vida laboral les presenta actualmente.
“Tratar de fusionar dos roles en la vida, estudiante y propietario de un negocio, puede sonar complicado; sin embargo cada año los jóvenes sorprenden a miles de empresarios y marcan rangos altos de emprendimiento”, finaliza.
Adolfo Ferrer es parte de nuestra sección México Joven, chicos mexicanos que están cambiando a su país y en un futuro, al mundo. ¿Qué opinas de este joven? ¿Te inspira?
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