Si con frecuencia tienes vellos enterrados, cambia tu dispositivo de afeitar y tal vez así se resuelva el problema. Si te afeitas con un rastrillo, cambia a una rasuradora eléctrica. Y si usas rasuradora eléctrica, adquiere un rastrillo.
Infinidad de rastrillos tienen hojas dobles o hasta triples para una afeitada al ras, pero cuando se trata de prevenir vellos enterrados, un rastrillo tradicional de una sola hoja suele ser mejor. Los rastrillos de hojas gemelas suelen jalar la barba cerdosa de la piel antes de cortarla. Los vellos responden bruscamente y pueden acabar incrustados en la superficie.
Si un vello enterrado se infecta y tú usas rastrillo, cambiar las hojas debe acelerar el proceso de curación ayudándolo a evitar exponer de nuevo tu piel a los gérmenes que causaron la primera infección. Si deseas volver a usar una hoja, esterilízala limpiándola con alcohol quirúrgico.
Aféitate siguiendo el nacimiento de tu vello. Por ejemplo, cuando los hombres se afeitan el cuello deberían hacerlo más bien hacia abajo y no hacia arriba. Cuando las mujeres se afeitan las piernas o el pubis deberían hacerlo de igual manera hacia abajo, no hacia arriba.
Quizá no logres una afeitada al ras, pero evitarás que el vello quede tan corto que se entierre en la piel.
Probablemente la cera es la mejor manera de lograr un depilado perfecto del pubis o las piernas, pero en absoluto es lo mejor si eres proclive a los vellos enterrados.
Después de depilarte con cera los vellos tienden a crecer en ángulo y no derechos, lo que aumenta la posibilidad de que se entierren.
Antes de tu próxima afeitada, frota enérgicamente la zona con un estropajo, un guante exfoliador, una esponja o una franela secas. Lo anterior retira las células muertas de la piel que pueden bloquear los folículos capilares (un proceso llamado exfoliación) y separa los vellos de sus folículos.
Si un vello crece dentro de la piel debes eliminarlo. Coloca durante cinco minutos una franela empapada con agua caliente en la zona afectada, eso ablandará el vello. Con unas pinzas jala suavemente la punta del vello.
Pocos médicos se interesarán en los vellos encerrados o en la irritación por la afeitada. Como sea, si padeces esta última de manera severa y persistente, quizá se trate de una reacción alérgica al gel o a la crema de afeitar. O bien, de una infección bacteriana o micótica.
En ese caso tu médico deberá diagnosticar y tratar el problema. Además, si el grano rojo debido a un vello enterrado se hincha y te duele más en lugar de mejorar, quizá tengas una infección, por lo que el médico deberá recetar un antibiótico.
Cuando te afeitas raspas las células de la superficie de la piel. Sin esa capa protectora externa la piel debajo de ella se seca e irrita. Afeitarse apresurada e incorrectamente aumenta el riesgo de irritación.
Ciertos individuos, como los afrocaribeños y los hombres con barba rizada, son propensos a reaccionar adversamente a la afeitada. En las mujeres, afeitarse las axilas y las piernas pueden tener efectos similares: piel irritada con escoriaciones.
Los vellos enterrados dan lugar a barros rojos y dolorosos, y pueden ser el resultado de una afeitada demasiado al ras que daña al folículo del que nace el vello, o bien, presentarse cuando la punta de un vello muy rizado crece hacia el interior del folículo.
¿Te pasa continuamente esto al depilarte o rasurarte?
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