Salud

Al médico hay que ir cuando estás sano

Aunque podemos sentirnos bien, realmente no sabemos cuál es nuestro estado de salud. Por esta razón, como reza el viejo dicho, más vale prevenir que lamentar.

Aquí te presentamos algunos estudios médicos clásicos, así como los más novedosos, que te debes realizar para tener un mejor conocimiento del estado de tu cuerpo y mantenerte siempre en equilibrio.

Cuando hablamos de salud, la prevención es nuestra arma más importante. El saber cómo funciona nuestro organismo nos puede dar tranquilidad o encender una pequeña alerta en caso de que se detecte algún problema para atenderlo a tiempo.

Es por ello que existen los estudios médicos (checkups, en inglés), herramientas que sirven como punto de partida al momento de explorar y cuidar nuestro cuerpo.

Los exámenes básicos

Dentro de la extensa gama de pruebas a las que podemos someternos para tener una idea de nuestro estado de salud, existen algunos estudios de rutina que pueden abrir nuestro panorama y darnos pie a una solución o a la realización de exámenes más minuciosos para descubrir la raíz de algunos padecimientos y tener un diagnóstico más acertado.

Para entender mejor este tema, investigadores del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) nos explican cuáles son los estudios básicos que deberás solicitar en tu cita médica.

Lo primero que los científicos comentan es que, a nivel nacional e internacional, los sistemas de salud están regidos por estadísticas de las principales enfermedades, basado en esto se realiza una primera división entre las que afectan a niños, jóvenes y adultos.

Los estudios para los pequeños

Desde los primeros días de nacido es preciso hacer exámenes, uno de ellos es el tamiz neonatal, que consiste en “una prueba sanguínea que se hace a los recién nacidos para determinar si tienen algún tipo de enfermedad de aspecto hormonal”, explica Juan Manuel Cardona Chavarría, médico epidemiólogo, quien considera este estudio muy importante para los bebés, ya que “es cuando puede incidirse sobre la prevención de que [las condiciones] evolucionen a algo más grave o que se pueda intervenir en ellos para que lleven una vida normal”.

Por su parte, la pediatra Jacqueline Bierge agrega que este estudio se realiza para detectar enfermedades metabólicas, como el hipotiroidismo congénito, que causa retraso mental. “Al momento de detectar a tiempo, estás evitando un retraso mental en el pequeño”.

Además de esta primera prueba, Bierge, quien se especializa en Medicina Genómica, menciona otras lecturas primarias que deben hacerse a los niños durante los primeros días de nacido y conforme van creciendo. Entre éstas, encontramos el tamiz auditivo, que consiste en “detectar algún tipo de sordera en los recién nacidos, puesto que ellos no hablan y no hay otra forma más que este estudio para detectar y dar un tratamiento o hacer otro estudio más enfocado al tipo de sordera que pudiese tener”, explicó la especialista.

Estudios para los niños grandes

Otro estudio básico para niños más grandes es la química sanguínea, que se solicita de acuerdo al cuadro clínico presentado en una consulta. A partir de los síntomas que puedan percibirse, se piden análisis como la biometría hemática.

“La biometría te puede orientar hacia alguna patología infecciosa de la sangre o incluso cáncer, como algún tipo de leucemia. Se podría considerar un estudio básico, sencillo, y te dan (resultados) en una o dos horas, a más tardar el siguiente día”, comentó la doctora Bierge.

En cuestión de avances, la doctora Jacqueline habla del diagnóstico molecular genético, que consiste en pruebas meticulosas que llevan a la detección de enfermedades muy específicas.

“Hay algo que se llama reacción en cadena de polimerasa, que puede detectar ciertos virus o bacterias. Aquí encuentras el genoma de ese microorganismo en la sangre de la persona. Los pides cuando quieres confirmar el diagnóstico o para la detección de ciertos genes que se relacionan con algunos tipos de cáncer como leucemia, por ejemplo, que es un poco más frecuente en los niños”, explica la doctora.

A mayor edad, más pruebas

Cuando el niño va creciendo y transformándose en adolescente para llegar a la adultez, se realiza otra división, esta vez por género, durante estas etapas ya hay estudios específicos para hombres y mujeres. Para los adolescentes, los principales checkups se concentran en la nutrición, como los estudios de glucosa en la sangre, los cuales se realizan a edades cada vez más tempranas por la incidencia de diabetes en el país.

“Hasta hace unos años, la prueba para la detección de diabetes se hacía a partir de los 40 años; después bajó a los 35 y después a los 30. Actualmente, por los niveles de diabetes en México, está indicado partir de los 20 años. Antes de esa edad hay que estar controlando el índice de masa corporal, que es la proporción de peso en relación a tu estatura”, afirma Cardona Chavarría.

Al llegar a una edad mediana los estudios necesarios se enfocan en prevenir, principalmente, varios tipos de cáncer, así lo explica el epidemiólogo del INMEGEN:

“En las personas un poquito más grandes, aparte de la constante revisión del índice de masa corporal y glicemia en sangre, entran otros dos grupos. En las mujeres a partir de 25 años se está recomendando hacerse el papanicolau para la prevención del cáncer cervicouterino, y en los hombres a partir de los 40, la revisión de la próstata”.

Conforme pasa el tiempo, y la edad, los estudios comienzan a hacerse en ciertas zonas del cuerpo específicas, de manera que en las mujeres mayores de 40 años se recomienda la mastografía, y si hay antecedentes familiares de cáncer de mama, ésta se puede realizar antes. “Esos son los checkups que actualmente están siendo difundidos a nivel internacional y todas las campañas están dirigidas a eso”, afirma el médico.

Avances a nivel genético

Gracias al desarrollo de la investigación médica, el progreso en el campo de la medicina preventiva ha dado pasos enormes que se traducen en pruebas basadas estructuras genómicas con checkups muy minuciosos. El desarrollo ha llegado a tal grado que será posible basarse en aspectos genéticos para identificar situaciones adversas a la salud, como ser propenso a ciertas enfermedades por distinción de rasgos, población o raza.

Y aunque esto se proyecta en un futuro cercano, Juan Cardona apunta que uno de los avances más significativos que hay en cuanto a la prevención de enfermedades se encuentran en las vacunas, específicamente, en la del VPH (Virus del Papiloma Humano).

“Creo que uno de los mayores avances que conocemos son las vacunas, por ejemplo, contra el Virus del Papiloma Humano. Es una vacuna relativamente nueva que lleva poco dentro de la cartilla, pero que está dirigida a niñas menores de 12 años para prevenir que presenten cáncer cuando tengan 30 años, o sea, te estás adelantando 15 o 20 años a la aparición del cáncer”.

Otro novedoso método de estudio general es el del escaneo no invasivo e indoloro, el cual sirve para prevenir algunos males más específicos en una persona; para este examen es necesario saber exactamente qué parte del cuerpo revisar, pues arroja una gran de información para analizar.

“La efectividad de qué tanto pueda prevenir depende de lo que busque la persona que lo está solicitando. Por ejemplo, si tú dices ‘me está doliendo la cabeza’, con ese escaneo voy a dirigirme a analizar qué factores pueden estar causando el dolor. Esto determina a qué se le pone atención porque los datos que arrojan son demasiados”.

“Al médico hay que ir cuando estás sano”

No es necesario revisarnos cada semana, pero tampoco dejar pasar mucho tiempo para saber cómo estamos. Los especialistas recomiendan realizarse estudios una vez por año.

En el caso de los niños, hay que poner atención a los cambios hormonales que van presentando y que determinan sus procesos de crecimiento. El doctor Juan Manuel Cardona recalca que es importante cambiar la cultura que nos hace asistir al médico.

“Al médico no tenemos que acudir cuando estamos enfermos, sino cuando estamos sanos. Lo recomendable es que un médico pueda estarnos haciendo estas revisiones mínimo cada año y no esperarnos a empezar con la sintomatología para acudir. Cuando empiezas a sentirte mal, la enfermedad ya está cimentada, ya evolucionó y tu cuerpo está gritando que necesita ser atendido”, concluyó el especialista.

Y tú, ¿hace cuánto te hiciste tus últimas pruebas médicas?

Arturo Velaztegui

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