La luz artificial nocturna, un factor constante en la vida urbana, es más que una simple molestia: es un factor ambiental que podría estar afectando directamente tu salud cardíaca. Un estudio presentado en las Sesiones Científicas del 2025 de la American Heart Association (AHA) ha revelado una trayectoria biológica que vincula la contaminación lumínica y corazón.
La investigación advierte que demasiada luz por la noche causa un aumento de la actividad cerebral relacionada con el estrés, lo que a su vez provoca inflamación de las arterias y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.
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🧠 La trayectoria del daño: Estrés y arterias
El estudio, liderado por Shady Abohashem del Massachusetts General Hospital, se basó en tomografías cerebrales (PET/CT) e imágenes satelitales para evaluar la exposición a la luz nocturna, el estrés cerebral y la inflamación arterial en 466 adultos.
El mecanismo de daño es el siguiente:
- El cerebro percibe el estrés: Cuando el cerebro percibe el estrés provocado por la luz nocturna, activa señales específicas.
- Respuesta inmunológica: Estas señales desencadenan una respuesta inmunológica que inflama los vasos sanguíneos.
- Endurecimiento srterial: Con el tiempo, este proceso inflamatorio contribuye al endurecimiento de las arterias, incrementando el riesgo de sufrir un ataque cardíaco y un derrame cerebral.
“Detectamos una relación casi lineal entre la luz nocturna y las enfermedades cardíacas: a mayor exposición a la luz nocturna, mayor es el riesgo. Incluso los incrementos modestos de la luz nocturna se vincularon con niveles de estrés cerebral y arterial más altos.” — Shady Abohashem, autor principal.
Hallazgos clave de la investigación
La investigación confirmó que la exposición nocturna a la luz artificial se asocia con varios problemas de salud:
- Mayor estrés cerebral
- Inflamación vascular
- Riesgo cardíaco elevado: Un 17% de los participantes mostró un riesgo de enfermedades cardíacas en un plazo de 10 años, siendo los riesgos más altos en entornos con estrés social o ambiental adicional.
Aunque se trata de un estudio de observación (no puede demostrar una relación directa de causa y efecto), su relevancia radica en que identifica un mecanismo biológico plausible y un factor ambiental modificable.
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Un factor ambiental a considerar
El estudio subraya que la contaminación lumínica debe considerarse junto con otros factores ambientales conocidos, como la contaminación sonora y del aire, que afectan nuestra salud a través del estrés.
La conclusión del equipo es un llamado a la acción: “Esperamos que tanto médicos como legisladores tengan en cuenta la exposición a la luz nocturna al desarrollar estrategias de prevención.”
Reducir la exposición a la luz artificial de noche no solo puede mejorar el sueño, sino que podría ser una estrategia de salud pública para disminuir el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en comunidades urbanas.