Algún día podrían sustituirse las inyecciones de insulina por música rock
En un estudio reciente publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology, investigadores exploraron una innovadora conexión entre la música y el tratamiento de la diabetes.
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en todo el mundo. Aunque existen en desarrollo pastillas y parches cutáneo. El tratamiento más efectivo es la inyección de insulina, pero esta terapia puede ser difícil de seguir.
Los investigadores buscan alternativas más sencillas, como la ingeniería celular, que podrían mejorar la respuesta al tratamiento y la adherencia de los pacientes.
El profesor Bill Sullivan, experto en farmacología de la Universidad de California en San Diego, cree que la ingeniería celular podría ser una solución prometedora para el tratamiento de la diabetes.
La ingeniería celular es un campo de la ciencia que se centra en el desarrollo de nuevas formas de reparar o reemplazar células dañadas o enfermas.
En el caso de la diabetes, los investigadores están trabajando para desarrollar células beta artificiales que puedan producir insulina de manera natural.
Se explora la posibilidad de utilizar canales iónicos como dispositivos controlados a distancia para activar la producción de insulina en respuesta a estímulos específicos. Instalar el gen que produce la insulina en las células no es difícil, pero controlar cuándo la produce ha sido todo un reto hasta ahora. Porque la insulina sólo debe producirse en respuesta a niveles elevados de azúcar en sangre tras una comida, no en cualquier otro momento.
Un estudio liderado por el profesor Martin Fussenegger de la ETH de Zúrich, utilizó canales iónicos mecanosensibles para indicar a las células que libere insulina en respuesta a ondas sonoras específicas utilizando la música de bandas como Queen para estimular. Las células, denominadas “células liberadoras de insulina controladas por música” o MUSIC, fueron expuestas a diferentes géneros musicales con variadas intensidades y velocidades, desde pop hasta música clásica y bandas sonoras de películas.
Entre las canciones probadas, se observó que aquellas con bajos intensos, especialmente en la música con muchos graves y bandas sonoras de películas, eran más efectivas para desencadenar la liberación de insulina en comparación con la música clásica.
La canción “We Will Rock You” de Queen demostró ser particularmente efectiva al imitar la tasa de liberación de insulina en células beta pancreáticas normales. Este enfoque novedoso, aunque se encuentra en una etapa inicial, presenta un posible camino hacia un tratamiento menos invasivo y más agradable para las personas con diabetes, especialmente aquellas que prefieren evitar las inyecciones de insulina.
A pesar de los resultados prometedores en ratones diabéticos, los investigadores enfatizan que se necesita realizar más investigación antes de considerar la terapia musical para la producción de insulina como una opción viable para los seres humanos.
Hay varias razones para esta precaución. En primer lugar, la música debe reproducirse cerca del área abdominal donde se implantan las células beta. Esto podría ser un desafío para los pacientes, ya que tendrían que llevar un dispositivo de reproducción de música con ellos en todo momento.
En segundo lugar, hay preocupaciones sobre la posibilidad de producir demasiada insulina. Si las células beta se activan demasiado, podrían causar hipoglucemia, una condición en la que los niveles de azúcar en la sangre son demasiado bajos.
En tercer lugar, los ensayos clínicos extensos serán necesarios para evaluar la seguridad y la eficacia de la terapia musical en humanos. Estos ensayos podrían ser costosos y prolongados.
Finalmente, existe el riesgo de rechazo del tejido. Si el cuerpo del paciente rechaza las células beta implantadas, la terapia no será efectiva.
La ingeniería celular podría proporcionar una alternativa necesaria a las inyecciones frecuentes de insulina en el futuro, no solo para la diabetes, sino también para otras condiciones médicas.
Con información de publicado en The Conversation