Un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang ha arrojado datos que una conectan la calidad del sueño y el dolor de espalda
Los hallazgos sugieren que algunos de nuestros hábitos nocturnos pueden tener un impacto significativo en la salud de nuestra espalda, y viceversa. A continuación te contamos a detalle.
¿Cómo la calidad del sueño afecta el dolor de espalda?
Los investigadores han descubierto una doble relación entre el dolor de espalda y la calidad del sueño. Por un lado, las personas que sufren dolor de espalda tienen más probabilidades de tener dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes y sueño no reparador.
Estas consecuencias, en gran medida previsibles, provocan somnolencia diurna y sensación de agotamiento a lo largo del día.
El estudio corroboró la noción de que el dolor de espalda puede aumentar la fatiga a lo largo del día; sin embargo, también descubrió que el dolor de espalda no puede ser la causa principal del dolor.
Por otro lado, la falta de sueño y descanso insuficiente también puede contribuir al dolor de espalda. Cuando no dormimos lo suficiente, nuestros músculos y tejidos no tienen la oportunidad de recuperarse adecuadamente, lo que puede provocar dolor en la zona lumbar.
Además de la cantidad de sueño, la postura al dormir también juega un papel crucial. Adoptar una posición incómoda o mantener una mala alineación de la columna vertebral durante la noche puede aumentar la presión sobre la espalda, lo que a su vez puede desencadenar o empeorar el dolor lumbar.
¿Qué hacer para evitar los dolores de espalda?
Entonces, ¿cómo podemos mejorar la calidad de nuestro sueño y reducir el dolor de espalda al despertar? Aquí hay algunos consejos:
- Colchón y almohada adecuados: Asegúrate de tener un colchón y una almohada que sean cómodos y que brinden el soporte necesario para tu espalda.
- Postura correcta: Trata de dormir en una posición que mantenga tu columna vertebral alineada.
- Ejercicio regular: Mantenerse activo durante el día puede ayudar a fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la postura, lo que puede reducir el riesgo de dolor lumbar.
- Gestión del estrés: El estrés puede afectar la calidad del sueño y aumentar la tensión en la espalda. Practicar técnicas de relajación, como la meditación, puede ser beneficioso.
- Cargar demasiado peso: Cargar peso, y sobre todo, levantarlo de manera inadecuada puede ser perjudicial para la espalda. Por ejemplo, coger a tus hijos en brazos demasiado tiempo cuando ya no son bebés, levantar cajas pesadas sin doblar rodillas, etc.
- Tabaco: Fumar está totalmente contraindicado para la salud, y también para la de tu espalda. Este hábito, según un estudio sobre el dolor de espalda y el tabaco, afecta a la forma en que el cerebro procesa el dolor y los fumadores podrían ser más propensos a dolores crónicos de espalda.