La salud cardiovascular se ve directamente afectada por nuestra elección alimentaria, ya que el colesterol, los triglicéridos y la glucosa en sangre están estrechamente relacionados con la dieta que seguimos. Es conocido que una ingesta elevada de vegetales es beneficiosa para el corazón, por lo que las dietas, como la mediterránea, son altamente recomendadas para mantener una buena salud.
El cardiólogo Josep Brugada, director médico del hospital Clínic de Barcelona, sugiere adoptar el enfoque de la dieta mediterránea, aunque destaca que otras opciones respaldadas por algunos médicos y nutricionistas, como la dieta atlántica, también son válidas.
En los últimos años, la dieta DASH ha sido destacada con insistencia como otra excelente alternativa para promover la salud cardiovascular. Se ha hecho hincapié en la importancia de elegir alimentos que contribuyan a reducir los niveles de colesterol.
Por otro lado, es fundamental evitar el consumo excesivo de ciertos alimentos que incrementan los riesgos asociados con la salud cardiovascular, tales como el colesterol, la hipertensión o la diabetes.
En cuanto a la elección de platos poco saludables, el Dr. Brugada aboga por no hacer prohibiciones estrictas. “Sin duda, hay que evitar los hábitos que se ha demostrado que no son saludables y cualquier tipo de exceso de indulgencia”, señala. “Por ejemplo, abstenerse de consumir carne roja a diario”.
Eso no quiere decir que no te puedas comer un filete un día, igual que disfrutar un día de marisco. “Varía mucho, haz rotación de todos tipo de platos e introduce mucha verdura y fruta. Sentido común es lo que queremos los médicos”, añade.
¿Por qué no es esencial ser dogmático? Las ideas nutricionales evolucionan continuamente. Hace medio siglo, el aceite de oliva tenía una pésima reputación: lo considerábamos demasiado grasiento. Por el contrario, hoy se encuentra entre las recomendaciones nutricionales preferidas.
El cardiólogo comparte: “Me he encontrado con pacientes que, tras leer sobre los beneficios de las nueces de California, empiezan a afirmar que comen demasiadas”. Aunque estos frutos secos tienen un alto contenido en ácidos grasos beneficiosos y son un gran suplemento, nadie se imagina una dieta compuesta únicamente de nueces, del mismo modo que no es razonable una dieta sólo a base de ensaladas.
Por esta razón, se aconseja restringir en la medida de lo posible ciertos platos e ingredientes que, según múltiples estudios científicos respaldados por cardiólogos, se ha demostrado que son perjudiciales a largo plazo o en cantidades excesivas.
Los expertos hacen hincapié en este punto porque es común excedernos en su consumo. Muchas veces, nos engañamos a nosotros mismos pensando que se trata de un consumo excepcional, cuando en realidad los consumimos en exceso.
Hablamos del típico pollo entero, ensartado en una varilla metálica y que da vueltas en las brasas. Es cierto que nos arreglan el menú del domingo y es verdad que la carne blanca es más saludable. Sin embargo los preparan con mucha sal, grasas saturadas y la piel de estas aves si no son de granja ecológica suele tener toxinas.
Ideal para los platos de pasta, es sabrosa y gusta a toda la familia. ¿Por qué? Porque en las salsas comerciales le ponen demasiado azúcar y demasiada sal justamente para que sean más sabrosas.
los médicos de la Universidad de Harvard han alertado de que no se puede considerar las patatas como un vegetal más. Su consumo excesivo sube los niveles de azúcar y hay más riesgo de diabetes e hipertensión. Además, fritas tienen mucha grasa.
tiene muchos aditivos y grasas saturadas. Cuando se buscó por qué los nórdicos tenían más infartos que los mediterráneos, la margarina se puso en el punto de mira. La mantequilla, también muy criticada, hoy ha ganado adeptos entre los científicos, tras nuevos estudios.
nos inundan a sal. El 70% de la que consumimos nos llega por el exceso que le ponen a los platos de los restaurantes y a la comida del supermercado. Otro 15% es natural de los alimentos. Intentemos ahorrarnos el otro 15%, que es la que consumimos al añadir a nuestros platos en la cocción o con el salero de mesa.
Los refrescos light se promocionaban como una solución para el aumento de peso, pero tienen un alto índice glucémico, lo que aumenta el riesgo de diabetes y pueden hacer que volvamos a sentir hambre antes.
De acuerdo al especialista para tener una alimentación más sana se podría hacer lo siguiente:
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