La fuente de la juventud no existe, pero elegir alimentos saludables podría agregar años a tu vida.
Si bien es probable que comer un sándwich ocasionalmente no te mate, la ingesta constante de embutidos y carnes procesadas se ha relacionado con muchos tipos de enfermedades, incluyendo cardiacas y cáncer, con el paso del tiempo, explica Roger Adams, nutricionista.
De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica a la carne procesada (la mayoría de las carnes frías, hot dogs, jamón, tocino y salchichas) como carcinógena. “Veintidós expertos de diez países revisaron más de 800 estudios científicos y concluyeron que consumir 50 gramos de carne procesada a diario aumentaba el riesgo de cáncer colorrectal en 18 por ciento”, dice Adams.
“Además, el alto contenido de sodio de la mayoría de las carnes procesadas puede provocar aumentos, tanto agudos como a largo plazo, en la presión arterial”.
El aspartame es un químico presente en la mayoría de los productos que contienen edulcorantes artificiales, incluyendo refrescos dietéticos… y se le ha ligado con tumores cerebrales y algunos cánceres relacionados con la sangre, como leucemias y linfomas (aunque la investigación se ha centrado mínimamente en ratas).
“El aspartato se descompone en ácido aspártico que, cuando no está unido a otros aminoácidos, se vuelve neurotóxico”, dice Carolyn Dean, especialista en salud, dieta y nutrición.
Los alimentos refinados, procesados o con apariencia blanca no son saludables para la digestión de tu cuerpo. Estos alimentos —harina, pan, galletas saladas, arroz blanco, pastas, etc. — proporcionan demasiados carbohidratos simples que se convierten rápidamente en glucosa en la sangre y pueden causar resistencia a la insulina, diabetes y enfermedades del corazón.
“Fisiológicamente, el azúcar causa un aumento en la insulina y altera la forma en la que el hígado metaboliza la glucosa”, dice Dean. “El azúcar promueve el estrés oxidativo y la inflamación interna, que es similar a la oxidación. Esta oxidación interna daña las células y causa envejecimiento y arrugas”.
El azúcar también afecta las glándulas suprarrenales y el sistema inmunitario. Cuando la función suprarrenal se ve afectada o debilitada, la persona puede sufrir una reducción de glucosa en sangre, presión arterial baja, temperatura corporal menor y fatiga o agotamiento.
Quizá hagan que los alimentos sean deliciosos, pero se ha relacionado al glutamato monosólido (GMS) con una serie de problemas de salud, como dolores de cabeza, bochornos, sudoración, presión o tensión facial, entumecimiento, hormigueo o ardor, palpitaciones, dolor en el pecho, náuseas y más.
Dean recomienda preferir alimentos que se identifiquen como “sin glutamato monosódico” o sustituirlos por nueces orgánicas y semillas con alto contenido de magnesio, un mineral necesario para más de 700 acciones enzimáticas dentro de nuestro cuerpo, incluyendo función inmune adecuada, control de insulina, equilibrio de azúcar en sangre y producción de energía.
Además del GMS, las versiones locales de alimentos asiáticos tienden a ser altas en sal y grasa. “La alta ingesta en grasas puede aumentar el riesgo de obesidad, enfermedad cardiaca y cáncer”, advierte el doctor Adams.
“La gran cantidad de sodio que se agrega a estos alimentos también puede provocar un rápido aumento de la presión arterial y, si se consume regularmente, una enfermedad cardiaca”.
“Cuando el calor intenso se topa con la superficie de la carne, se produce una reacción química que implica la formación de aminas heterocíclicas (HCA) e hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH)”, explica Adams.
“Estos compuestos se forman cuando la grasa y los jugos de la carne gotean sobre fuego abierto, causando llamas con HCA que se adhieren a la superficie de la carne”. Además, los estudios han demostrado que la exposición a ambos pueden causar cáncer en los animales, y aún se analizan las asociaciones entre las técnicas de cocción de carne y los riesgos de cáncer.
La buena noticia es que hay muchos trucos para minimizar esta reacción. Adams recomienda simplemente usar un adobo con poca azúcar, preparar carnes en salsas o aceites, o incluso sumergir las proteínas en agua antes de colocarlas en la parrilla.
“Esto puede minimizar o impedir esta reacción”, dice. “Además, girar la carne con frecuencia mientras la cocinas, retirar las piezas quemadas o carbonizadas o pre-cocinar la carne en una fuente de menos calor reducirá la creación de estos compuestos dañinos”.
Lo sentimos, fanáticos de las papas fritas, pasteles, galletas y cualquier alimento súper dulce, glaseado o frita, pero la mayoría contienen niveles extremadamente altos de grasas trans.
“Las grasas trans se han relacionado con la inflamación, las enfermedades cardiacas, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y otras afecciones crónicas que acortan la vida”, advierte Sally Warren, naturópata.
Los estudios han demostrado que un aumento del 2 por ciento en el consumo de energía a partir de ácidos grasos trans se asoció con un aumento del 23 por ciento en la incidencia de cardiopatía coronaria, un factor de riesgo importante para la muerte súbita. En pocas palabras: disfruta los manjares fritos y glaseados muy de vez en cuando.
Sabes que estas bebidas con altos niveles de cafeína son terribles para ti, pero quizá sigas tomándolas de vez en cuando. Los expertos dicen que si quieres darle a tu cuerpo la oportunidad de tener una vida larga y saludable, tu mejor opción es dejarlas por completo.
“Hay tanta cafeína en estas bebidas que pueden causar arritmias o latidos cardiacos irregulares”, dice Nicole Weinberg, cardióloga del Providence Saint John’s Health Center en Santa Mónica, California. En casos raros, se ha relacionado a la muerte súbita con una ingesta excesiva de cafeína: es mucho mejor que las sustituyas con otras bebidas que la contengan, como el café.
Por difícil que sea, los expertos recomiendan resistirse a las hamburguesas y papas fritas. “Eliminar la comida rápida, que es rica en grasas saturadas y sodio, ayudará a reducir las calorías y la grasa”, dice Sherry Ross, experta en salud femenina en el Providence Saint John’s Health Center en Santa Monica, California.
“A las pocas semanas de eliminar la comida rápida de tu alimentación, tus niveles de colesterol comenzarán a mejorar”. La investigación respalda esta teoría: un estudio publicado por Public Health Nutrition detectó que comer fuera, en general, representa un promedio de 200 calorías adicionales por día.
Disfrutar una bebida alcohólica diaria para las mujeres y dos para los hombres se ha relacionado con los efectos negativos para la salud en la vejez.
“Aunque raras veces sugiero que mis clientes eviten el alcohol por completo, me aseguro de que sepan que hay una línea muy delgada entre el consumo moderado y las cantidades que afectarán su salud tanto a corto como a largo plazo”, dice Adams.
“Si bien beber pequeñas cantidades de alcohol (específicamente vino) es bueno para la salud, no está libre de riesgos”. De hecho, Adams señala que la mayoría de las investigaciones sobre el tema muestran que los posibles efectos positivos del alcohol colocan la porción en una sola cerveza de 350 ml o una copa de vino de 150 ml, mucho menos de lo que el bebedor promedio consume regularmente.
Los efectos negativos de un exceso de alcohol incluyen enfermedades cardiacas, daño hepático, pancreatitis, aumento del riesgo de cáncer de boca, esófago, garganta, hígado y mama, entre otros. Mantén tu ingesta moderada y bien equilibrada.
Tomado de rd.com 10 Foods to Never Eat If You Want to Live a Long Life
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